Watch Dogs: Bad Blood, primeras impresiones

Watch Dogs: Bad Blood, primeras impresiones
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'Watch Dogs' vuelve para coger fuerzas en el último trimestre del año con Bad Blood. Una extensión que busca completar la historia del juego original con diez misiones nuevas y unos cuantos extras como un modo multijugador para darle más vidilla un juego en el que se echaba de menos tal opción.

No sabemos si la sangre que trae este DLC es tan mala como el título promete, pero desde luego es sangre fresca para llegar fuerte a finales de año. Os contamos nuestras impresiones.

Nuevas misiones y modo multijugador

La historia nos sitúa en un punto posterior al final de la historia principal de Watch Dogs. Esta vez no controlaremos a Aiden Pearce sino a su singular socio Raymond “T-Bone” Kenney. Un tipo con pintas algo singulares que, en palabras de Ubisoft, representa todo lo relacionado con la cultura maker, algo que se nota desde el primer momento en la construcción del personaje.

T-Bone es un tipo polivalente que tan pronto hackea software como hardware sin olvidarnos de las habilidades para usar armas de fuego de todo tipo para lidiar con lo que se nos ponga por delante. ¿Qué le diferencia de Aiden? A parte de una estética más grunge el hecho de que podremos utilizar un coche de radiocontrol en momentos puntuales de cada misión.

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Este objeto servirá para avanzar por zonas donde de primeras no podremos acceder por nuestra cuenta. Eugene, así se llama el coche, nos permite colarnos en recovecos y acceder a otras zonas para hackear dispositivos varios o inutilizar guardias. Al igual que nosotros, cuenta con un árbol de habilidades que podemos ir desarrollando según avanza el juego.

El desarrollo del juego es muy similar al del juego original. Sigilo, hackeo de diferentes objetos para sembrar el caos y lograr nuestro objetivo sin ser visto y alguna que otra escena de acción cuando no nos quede otra. Todo ello sin olvidarnos de los pequeños puzzles para pasar momentos puntuales.

Quitando el momento coche de radio control, nada realmente novedoso en la jugabilidad. Una fórmula conocida donde las novedades se centran en Eugene y la posibilidad de manipular algunas cámaras de seguridad armadas con fusiles o lanzagranadas. Eso sí, las misiones que hemos jugado hasta ahora son entretenidas y variadas.

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Watch Dogs: Bad Blood, un DLC continuista

Además de la trama principal, tendremos una serie de contratos voluntarios que podremos completar por nuestra cuenta o bien con ayuda de otro jugador. Pequeñas misiones de habilidad como hackear un sitio y aguantar una horda de vigilantes con el plus de que tenemos que evitar matarles.

En lo que respecta a la historia, nos ayuda a saber un poco más qué pasó con Aiden pero sobre todo para conocer mejor a T-Bone y a su singular compañero Tobias. Hay escenarios nuevos dentro de la ciudad de Chicago y la sensación que da es que tendremos unas cuantas horas de diversión por delante.

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No pretende innovar ni ser disruptor respecto a la historia original. A priori, un buen añadido para quienes se quedaron con ganas de más tras terminar Watch Dogs. La relación entre los protagonistas, T-Bone y Tobias, es muy divertida y el multijugador es un añadido que será bien recibido, aunque en mi opinión deberían haberlo incluido en la versión original. En cualquier caso: Ubisoft se fuerza bien de cara a navidades con este DLC, Far Cry 4 y Assassin’s Creed Unity.

En VidaExtra | Watch Dogs: análisis

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