'Dragon's Crown': análisis

'Dragon's Crown': análisis
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Los beat 'em up han quedado relegados a un segundo plano en los últimos años. Salvo joyas puntuales como 'Castle Crashers' o el juego ambientado en las aventuras de Scott Pilgrim, no hemos tenido muchos más representantes. También es cierto que los pocos que llegan son excelentes y 'Dragons's Crown' de Vanillaware viene para corroborar esta afirmación.

Mi reino por cinco duros para continuar esta partida

Me encantan los beat 'em up y reconozco que cuando vi el primer trailer de 'Dragon's Crown' me quedé encantado. Una propuesta muy potente que combinaba una excelente dirección artística con un universo rico de detalles y referencias a un montón de mitos, películas e historias.

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Me dejé una pasta en 'Final Fight', 'Cadillac and Dinosaurs', 'The Punisher'. No porque fuera malo sino porque me encantaba jugar con amigos, daba igual que me lo hubiera pasado cinco veces, siempre disfrutaba de cada partida. Todo eso se acabó, o más bien se transformó.

Lo cierto es que el género no ha evolucionado mucho: siempre ha girado sobre una misma idea. Cada uno lo hace aportando su granito de arena pero en el fondo tenemos un esquema que se repite siempre: ir hacia la derecha, recoger objetos, matar al malo con varias barras de vida al final de cada nivel.

Sin embargo, siempre logran sorprendernos para no tener la sensación de que estamos jugando a lo mismo. 'Dragon's Crown' lo hace con mucha gracia desde el primer momento: metiéndonos de lleno en un mundo que al principio parece sólo la obra de un ilustrador habilidoso.

Sin embargo, detrás de todos esos dibujos y escenarios ricos de detalles (el libro de arte es pequeño pero soberbio) nos encontramos toda la magia de Vanillaware. Unos maestros de la animación tradicional que han logrado dar a sus juegos un toque único: 'Odin's Sphere' y 'Muramasa'.

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La historia no da lugar a grandes sorpresas ni revelaciones: somos un personaje que acaba de llegar al reino y nuestro objetivo es salvar al mundo de las amenazas que le rodean, así como el dragón chungo que será --obvio-- el jefe final.

No esperéis giros en la trama ni grandes revelaciones que os dejarán con el culo torcido. La historia es sencilla pero funciona. Aceptamos nuestro destino y creamos a nuestro personaje entre las seis clases que tenemos a nuestra disposición.

Amazona, paladín, enano, elfa, hechicera y mago. Cada uno con personalidad propia y con un estilo de juego único. Si no somos muy duchos en el género merece la pena empezar por un personaje sencillo como nos guía el juego.

La elección resulta difícil y es que cada uno tiene sus grandes atractivos. Con él creceremos, y podremos ir personalizándolo a nuestro gusto porque los árboles de habilidades son bastante completos y nos darán para crear dos o tres tipos de personajes diferentes dentro de la misma profesión.

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Embarcamos en la aventura, mi primera vuelta fue con el mago y la segunda con la amazona, para saltar a la arena de batalla. La infinidad horizontal que se extiende hasta el final, a la derecha, donde nos espera el jefe de turno.

Los controles son sencillos, con un botón para saltar y dos para atacar, con estos últimos realizaremos desde los golpes básicos a las habilidades especiales de cada personaje. El mago esconde en el botón círculo casi todo su repertorio de hechizos.

Y digo casi porque algunos personajes tienen habilidades que configuraremos pulsando la cruceta primero para después usarla. Parece complicado pero tras pasar las dos primeras fases le pillaremos el tranquillo.

Aquí Vanillaware ha hecho un gran trabajo: ha trabajado muy bien el arte y los gráficos pero no ha hecho que ese excelente trabajo empañe las mecánicas. Son sencillas, efectivas y dominarlas nos llevará un montón de horas, porque los niveles de dificultad más altos no son lo que se dice fáciles.

En total tenemos ocho escenarios que a su vez se dividen en dos rutas. Lo cierto es que a veces de tanto repetir los viajes para cumplir las misiones secundarias o simplemente subir de nivel se puede hacer monótono.

Sin embargo, la riqueza y la variedad de los niveles es sobresaliente. Recogen un montón de referencias a mitos, leyendas e incluso películas. No quiero destriparos el juego y sus jefes pero de verdad que aquí lo han clavado: todo es muy variado y da gusto recorrer, aunque a veces con un poco de tedio, los escenarios.

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Jugar solo tiene su gracia al principio, aunque una vez vamos superando fases y resucitando guerreros para no luchar solos, nos damos cuenta de que lo que encontramos para devolver a la vida y lucha a nuestro lado no son más que huesos.

Y digo que no son nada más que huesos por su escasa inteligencia artificial. Estamos en un nivel, hacemos saltar una trampa, se incendia el fuego bajo nuestro compañero. ¿Qué hace? ¿Se mueve para evitarlo y que se apague lo antes posible? No, se queda quieto salvo que nosotros nos movamos, bravo.

La chicha de 'Dragon's Crown' está en el online donde la mayoría de los usuarios son bastante más competentes que la máquina. Jugar aquí es una gozada y si es con más amigos que conocemos más todavía.

En mi caso he jugado a la versión de Playstation Vita y la adaptación que han hecho es francamente buena. Aprovecha muy bien los controles táctiles para interactuar con el escenario y recoger objetos o abrir puertas con el pequeño ladronzuelo que siempre nos acompaña desde la retaguardia, esperando a que le demos instrucciones para abrir un cofe o una puerta.

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Si hablamos de duración, superar la historia principal de 'Dragon's Crown' nos puede llevar entre 12 y 15 horas según nuestra habilidad y el tiempo que hayamos dedicado a las tareas secundarias. Cantidad, en mi opinión, diferente que se complementa con un modo de juego nuevo expandido: los mismos niveles, mejores objetos y enemigos más poderosos.

La polémica dirección artística de 'Dragon's Crown'

Resulta interesante ver el revuelo que se ha producido en un país como Estados Unidos, principal productor de pornografía en el mundo y de iconos como Miley Cyrus, por cómo los artistas de Vanillaware han decidido crear este mundo.

Pues sí, la hechizera tiene las tetas grandes y las mujeres sale, con contadas excepciones con un toque erótico que en ocasiones no está justificado. Tampoco los hiperbíceps del primo de Sansón con el que nos cruzaremos en la primera fase.

Habrá quien se sienta ofendido, otros que no. Sinceramente, es un juego y han decidido crearlo de esa forma. No hay más. Es un videojuego y, honestamente, prefiero que se alejen de las proporciones realistas para crear una estética diferente.

No veo mala fe en este sentido. Es más, creo que hacen falta más compañías como Vanillaware, que se atrevan a explorar otros cánones de belleza, un prisma diferente con el que ver las cosas.

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No voy a dedicarle más tiempo a esto, de hecho si no fuera por la polémica que se ha generado ni me habría molestado en comentarlo. A nivel artístico es una auténtica joya y cada segundo de 'Dragon's Crown' es un espectáculo para los ojos.

'Dragon's Crown', conclusiones

Decían sus creadores en alguna entrevista que 'Dragon's Crown' era el proyecto más ambicioso de Vanillaware hasta la fecha. Han conseguido llegar a ese nivel y no decepcionar ni dejarnos a media.

Se le puede achacar algunos fallos, como por ejemplo que en algunos momentos puede llegar a ser un poco monótono y aburrido si jugamos solos. Sin embargo, las quince horas que ofrece la historia principal son realmente buenas y como experiencia es muy sólida.

Online gana enteros y las mecánicas de cada personaje, así como la personalización con habilidades y objetos, nos abre un mundo de posibilidades para profundizar, hacer pruebas y guardar las que mejor nos venga según cada momento.

La direccion artística es excelente y nos recuerda que aunque el pixel, en su formato más grande, es la principal forma de expresión del 2D, también lo son estos juegos que --aunque también son píxeles-- dan más la sensación de ser un cuento de ilustraciones.

Plataformas: PS3 y PS Vita (versión analizada) Desarrollador: Vanillaware Distribuidor: ATLUS Lanzamiento: 11 de octubre de 2013 (PS3 y PS Vita) Precio: 39,95 euros PS Vita (

en Zavvi está a 36,59 euros), 49,95 euros Playstation 3

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