Kinect Sports Rivals: análisis

Kinect Sports Rivals: análisis
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‘Kinect Sports Rivals’ es el primer título para Xbox One capaz de demostrar de qué pasta está hecho el nuevo Kinect. Las dudas sobre si el sensor de Microsoft es tan avanzado y preciso como dicen quedan despejadas aquí. Esto no quiere decir que no haya margen de mejora. Es evidente que, siendo este el primer juego que intenta aprovechar las posibilidades del dispositivo, queda mucho camino por recorrer, pero deja muy clara una cosa: el nuevo Kinect es muy potente.

Lo que ha buscado Rare con ‘Kinect Sports Rivals’ se podría resumir en dos puntos: reinventar la saga haciendo uso de la tecnología mejorada del nuevo Kinect y, sobre todo, encontrar el equilibrio entre logro técnico, innovación en jugabilidad y diversión. Lo veremos todo con más detalle a continuación, pero lo cierto es que pesa mucho más el apartado de logro técnico que el resto.

’Kinect Sports Rivals’: creando a tu campeón

La demostración de fuerza tecnológica en ‘Kinect Sports Rivals’ no tarda en llegar: lo primero que nos pide el título antes de empezar a jugar es la creación de nuestro campeón, una representación digital de nosotros mismos que se genera en función de un buen puñado de parámetros que Kinect se encarga de recoger. El proceso, además, está llevado a cabo de forma bastante espectacular.

Kinect Sports Rivals

Se trata del primer contacto que vamos a tener con lo que el nuevo Kinect esconde en su interior y creo que no podría ser más impactante. Durante este proceso intervienen siete sistemas de visión distintos: escaneo en tres dimensiones de nuestro rostro, detección del color de nuestra piel, del de nuestro cabello, de nuestro peinado, de nuestras gafas en el caso de llevarlas puestas, de nuestro vello facial y de nuestro físico.

En el transcurso del escaneo de nuestra cara, por ejemplo, seremos testigos de la precisión de Kinect al detectar la posición de nuestra cabeza: miremos hacia donde miremos, la cabeza virtual hará exactamente lo mismo. El resultado, si lo hacemos bien (debemos seguir las indicaciones y mantener una expresión neutra, por ejemplo), es muy satisfactorio y nuestro campeón se nos parece. Luego podremos hacer pequeños retoques para mejorarlo, pero nos será fácil reconocer nuestro rostro caricaturizado en pantalla sin llevar a cabo ningún ajuste extra.

Kinect Sports Rivals

En el escaneo de nuestro físico intervienen menos factores, ya que el color de la piel o del cabello quedan establecidos en el reconocimiento facial, pero también se ajustará a nuestro tipo de constitución. En todo caso hay que tener en cuenta lo que comentaba anteriormente sobre la caricaturización y, por otro lado, el hecho de tratarse de un juego centrado en los deportes. Mi campeón, por ejemplo, es mucho más atlético que yo (tampoco es difícil esto). El juego recoge mi constitución física y a partir de ahí construye, no la traslada directamente al mundo virtual. Y lo agradezco.

Seis disciplinas deportivas en Minority Report

’Kinect Sports Rivals’ nos ofrece un total de seis disciplinas deportivas distintas: motos de agua, bolos, fútbol, tenis, escalada y tiro al blanco. Podemos ponernos con cualquiera de ellas desde el principio si optamos por la opción Juego Rápido, donde además tendremos la posibilidad de jugar a pantalla partida con amigos y familiares en casa, pero en este caso no participará nuestro campeón y se nos asignarán una serie de personajes predefinidos por el juego. Es una buena opción para ir al grano, pero lo ideal es haber pasado primero por las actividades principales para acceder al entrenamiento de cada disciplina y conocer los controles gestuales de cada una de ellas. Por cierto, podemos movernos entre las distintas opciones de los menús tanto con comandos de voz como con gestos (y con un mando, se entiende). La última opción ofrece una experiencia al más puro estilo Minority Report.

Los entrenamientos son muy sencillos: un tipo calvo con aires de sargento de hierro nos soltará un pequeño sermón sobre cada disciplina mientras vemos qué tipo de gestos vamos a tener que llevar a cabo. En general son gestos sencillos que se corresponden con cada deporte y que son muy fáciles de asimilar y ejecutar. Estos entrenamientos sirven, principalmente, para conocer las diversas posibilidades que tenemos a nuestro alcance. En un partido de tenis, por ejemplo, podemos golpear la bola de diversas formas en función de la fuerza y dirección de nuestro brazo.

Kinect Sports Rivals

Motos acuáticas

Las carreras de motos acuáticas sorprenden por lo bien que están ejecutadas con Kinect y son, junto al tenis, las dos disciplinas más divertidas.

A partir de ahí toca empezar a competir y a ver realmente de qué es capaz Kinect. Y sorprende. La precisión del nuevo sensor me dejó con la boca abierta cuando, tras la creación de mi campeón, el juego me puso a los mandos de una de esas motos acuáticas en la que sería mi primera carrera. Cuesta creer que Kinect detecte si mi mano derecha está abierta o cerrada para saber cuándo debe acelerar, pero lo hace. Es muy sencillo manejar una de esas motos desde el sofá: basta con poner las manos en la misma posición que las pondríamos si tuviéramos el manillar entre ellas y moverlas de forma realista. Y si inclinamos nuestro cuerpo en las curvas conseguiremos hacer giros cerrados. Funciona a la perfección, Kinect lo detecta todo y lo traduce sin retrasos y sin problemas.

Lo mismo sucede con el resto de deportes. Es especialmente alucinante comprobar cómo mi avatar en pantalla, de espaldas, adopta la misma posición que yo en el salón. Es capaz de reproducir mis movimientos de forma casi exacta (dejaremos aquí un margen de mejora, pero está verdaderamente pulido) y uno se maravilla una y otra vez cuando un simple giro de muñeca es recogido por Kinect y trasladado al personaje. Ese es el nivel de precisión alcanzado por ’Kinect Sports Rivals’.

Muy bien en el logro técnico y ajustado en jugabilidad

’Kinect Sports Rivals’ es la primera gran muestra de lo que Kinect puede llegar a dar de sí. Rare ha sabido sacarle provecho al nuevo sensor y ha logrado eso que muchos llevamos esperando desde que se anunciaron los primeros dispositivos de control gestual: reproducir nuestros movimientos con fidelidad más allá de los típicos movimientos predefinidos que no logran reflejar en pantalla la realidad. Lo hace muy bien, es un gran comienzo, pero algunos de los deportes elegidos quizás no acaban de ofrecer una experiencia del todo satisfactoria en el apartado jugable.

Aquí las tres disciplinas que mejores resultados dan son las motos acuáticas, el tenis y los bolos. La razón es muy sencilla: no necesitan de artificios ni reinvenciones. Para ir en moto acuática basta estar sentado y hacer como que tenemos un manillar entre las manos; para jugar al tenis basta con imaginarnos que tenemos una raqueta bien sujeta; y para los bolos es tan sencillo como agarrar una bola y hacer los movimientos naturales. Todo va fluido y es una buena reproducción de estos deportes.

Tenis

En el lado más dudoso de la balanza está el fútbol. Es obvio que resulta muy complicado transformar un partido de fútbol real en algo jugable con Kinect, por lo que Rare ha buscado la forma de adaptar este deporte a una experiencia que, en su forma final, se aleja casi por completo de lo que entendemos como fútbol. Sí, debemos dar pases y rematar a portería, incluso hacer de porteros cuando ataque el contrario, pero la representación de este deporte se queda en anécdota. Dar tres o cuatro pases a monigotes estáticos hasta llegar al delantero que se encarga de rematar puede ser divertido la primera vez, pero luego se convierte en algo monótono y totalmente olvidable.

Con la escalada y el tiro al blanco quizás la sensación de que algo falla no es tan evidente, pero de nuevo no dejan de parecer disciplinas anecdóticas. El tiro al blanco consigue convertir nuestra mano en una pistola. El cursor se moverá en pantalla en función de donde señalemos con el dedo, pero el disparo es automático y los alicientes por seguir avanzando una competición tras otra insuficientes. Con la escalada, una disciplina que en principio puede resultar llamativa y espectacular, lo que obtenemos es una experiencia de juego algo plana. Sí, está muy conseguido el hecho de tener que buscar los puntos de apoyo con nuestras manos, agarrarlos e impulsarnos, pero no llega a los niveles de diversión que pueden ofrecer las carreras, los partidos de tenis o los bolos.

Estamos hablando de deportes, pero aquí, a parte de lo que consigue el juego gracias a Kinect, no hablamos de simulación. Esto es arcade puro y duro. De hecho existen distintos ataques especiales para cada disciplina, los cuales iremos desbloqueando a medida que vayamos avanzando, y que nos otorgarán ventajas sobre nuestros rivales. Desde turbos en las motos acuáticas hasta hacer que la raqueta del contrincante disminuya de tamaño para dificultarle el juego.

La principal baza del juego, en todo caso, está en la Liga que ofrece, en el pique y la competición. Querremos ser los primeros del mundo en cada unas de las disciplinas (pese a que, como hemos visto, unas son mucho más divertidas que otras) y tendremos monedas para compra equipo, puntos de experiencia, seguidores, rankings de todo tipo y más.

Conclusiones

’Kinect Sports Rivals’, en definitiva, es un juego deportivo totalmente arcade que nos pide ir siempre a por todas y competir al máximo nivel. Tiene muy buenas ideas, pero también otras que no están tan bien resueltas, y lo que sí consigue es demostrar que el nuevo Kinect es realmente preciso y potente. Además no es necesario contar con mucho espacio para usarlo.

Estamos ante el primer juego pensado para sacarle jugo a Kinect y ha salido cuatro meses después del lanzamiento de la consola. Es un buen comienzo. Queda por ver de qué forma van a aprovecharlo el resto de desarrolladores más allá de los típicos comandos por voz que, dicho sea de paso, funcionan a las mil maravillas en ’Kinect Sports Rivals’.

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A favor

  • El logro técnico de Kinect
  • La búsqueda del pique y la competición
  • Las carreras de motos acuáticas

En contra

  • Pocas disciplinas deportivas
  • Esa reinvención raruna del fútbol
  • Los brazos llegan a doler del cansancio
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