‘Trials of the Blood Dragon’ es un juego de sensaciones enfrentadas, uno que disfrutarán aquellos que sólo hayan rascado la superficie de la saga de RedLynx y que recibirá muecas de desacuerdo de los fans habituales. Si habéis jugado al DLC de ‘Awesome Level MAX’ probablemente ya sabéis a qué me refiero.
Para los que aún no hayan pasado por él, el resumen es fácil, sus locuras son capaces de sacarte una sonrisa pero sus pistas fallan al intentar conseguir tal efecto. Con ‘Trials of the Blood Dragon’ ocurre algo similar, es un buen juego pero no un buen ‘Trials’.
Otro estilo de Trials
Disfrutable, por otro lado, es decir poco, la mezcla de chistes sobre las películas y héroes de los 80 sumado al cambio de perspectiva de este ‘Trials of the Blood Dragon’ son una experiencia completamente recomendable, pero antes de adentrarse en ella hay que tener muy en cuenta que las motos ya no son la gran estrella de RedLynx.
Además de los vehículos de dos ruedas nos tocará ir a pie, en jetpack o incluso en una tanqueta que bien podría ser un primo hermano del Mako de ‘Mass Effect’. La cuestión es que el equipo de ‘Trials’ ha cogido aquí sus habituales desafíos y los ha convertido en campaña, obligándonos a, por ejemplo, pasear una frágil bomba por un camino plagado de baches hasta alcanzar la boca de una reina alienígena.
La gran baza, sin embargo, está en la inclusión de los disparos, ya sea en moto o a pie. Secciones de plataformas de dificultad descafeinada en las que afinar la puntería y evitar obstáculos se convertirá en nuestro pan de cada día. Un pan que a veces resulta un tanto rancio por cómo se ha encarado el timing y las físicas de dicho salto, pero disfrutable, al fin y al cabo.
Gadgets y homenajes
Lo más sorprendente de todo es que al final del camino esa mezcla funciona porque, además de divertida, resulta coherente con lo que propone y con los caminos por los que nos lleva la historia, desde una misión a Marte que emula la hecatombe de ‘DOOM’ hasta la búsqueda de un objeto antiguo a bordo de una vagoneta al más puro estilo Indiana Jones.
Por el camino encontramos gadgets como el gancho, con el que balancearnos para superar obstáculos mayores y arañar segundos al crono, o el coche teledirigido, que nos invita a superar pistas jugando con la aceleración y la marcha atrás para no perder velocidad en pistas de doble sentido.
Salvo algún bug extraño y aislado, la mezcla sabe a gloria en una campaña que os puede durar poco más de una tarde, pero eso sí, el que venga aquí buscando el desafío de superar una pista estilo Inferno, tendrá que conformarse con algún obstáculo ligeramente complicado hacia el final del camino y las pruebas ocultas que desbloquearemos al encontrar y superar una serie de minijuegos que se esconden entre los niveles normales.
Una razón más para seguir amando Trials
La lástima es que ni siquiera esos últimos ceden algo de hueco a la acción en moto, la razón por la que muchos de vosotros os habréis interesado en este ‘Trials of the Blood Dragon’. Hay más saltos imposibles a pie y pruebas de disparo que conducción, así que es comprensible que, pese a lo divertido de la propuesta, más de uno se sienta un poco decepcionado.
Es la forma que tiene RedLynx de decirnos que también pueden hacer otras cosas y que funcionen a los mandos, pero nosotros tal vez estamos demasiado anclados a su magnífica fórmula clásica para saber apreciar sus desvaríos. Al fin y al cabo son los únicos que explotan esta idea a la perfección.
Apenas dos o tres pistas de dificultad demencial para la moto, aunque hubiesen estado ocultas entre sus desbloqueables para no frenar la historia, habrían servido para acabar de redondear un juego que, pese a dicha carencia, sigue siendo igual de recomendable.
A favor
- Una historia divertidísima
- Buena mezcla de desafíos estilo Trials
- Un reto para los cazadores de buenas puntuaciones
En contra
- Se olvida un poco de la esencia Trials
- Echamos en falta pistas más difíciles
- Puede resultar algo corto
