Hohokum: análisis

Hohokum: análisis
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Como en las carátulas de los juegos de Atari de los ochenta 'Hohokum' es un juego que se vende por la imagen, una serie de panorámicas preciosas que nos invitan a zambullirnos en universo plagado de formas y colores que rivalizarían con el cuelgue multitudinario de una noche de farra ibicenca.

Promete y entrega precisamente eso, y si eres uno de esos románticos a los que es fácil venderle una propuesta así (como servidor), caerás en sus redes y es muy probable que incluso lo disfrutes. Este análisis y el videoanálisis que encontrarás justo a continuación no pretenden replicar eso, pero sí puntualizar que su fachada puede ser para muchos su único punto fuerte.

Videoanálisis de Hohokum

Bellísima fachada

Hohokum

'Hohokum' es una de esas locuras a las que no estamos acostumbrados. Tal vez por eso cuando una de ellas llega al mercado nos empecinamos en esperar ver más de lo que realmente ofrece. Nada más lejos de la realidad, el juego de Sony Santa Monica es tan simple como parece.

En él controlamos a una serpiente voladora que debe recorrer los distintos escenarios buscando a sus compañeras.

Cada zona cuenta con una serie de puzles que, una vez resueltos, liberarán a esa nueva sierpe para que podamos saltar a por la siguiente con “nuevos” retos a nuestra disposición.

Entrecomillo lo de nuevos porque el principal problema de 'Hohokum' reside justamente ahí, en la falta de originalidad al plantearnos los desafíos y la desequilibrada balanza que se encuentra entre los más simples y los realmente originales.

En la gran mayoría de ellos el proceso es básicamente el siguiente.

Jugando a Hohokum

Llegamos a una nueva zona a través de un portal y paseamos por la misma a velocidad media, baja o rápida durante algunos minutos para ver cómo reaccionan edificios, objetos y personajes al paso de nuestra serpiente sobre ellos. Casi siempre deriva en la activación de algún mecanismo, la recopilación de algún objeto o un personaje subiéndose a nuestro lomo como si fuésemos un Fuyur psicodélico. Lo siguiente es encontrar a dónde debes llevar a tus pasajeros o qué es lo siguiente que debes tocar para seguir resolviendo el puzle.

En el vídeo de arriba lo podréis ver más claro, pero no es una mecánica complicada, es eso y ya. Puede tener gracia las cuatro primeras veces, pero debes haber llegado al juego con muy pocas pretensiones o simplemente con la idea de relajarte un buen rato para que la fórmula parezca suficiente.

Hohokum

El potencial de Hohokum

El nivel con un jefe final al que atacar mientras esquivas sus disparos es el ejemplo perfecto de lo que podría llegar a ofrecer.

Tampoco ayuda que la idea de desconectar y evadirnos gracias al juego no se vea apoyada por un sistema más simple cuando retomamos la partida, obligándonos a bucear entre los distintos mundos y el nivel inicial para dar con esa zona que aún esconde una serpiente.

Así entramos en ese amplio espectro de juegos en los que se menciona aquello de “o te encanta o lo odias”, pero aquí parece jugarse más en una escala de grises que fácilmente podría derivar hacia la indiferencia. En mi caso he disfrutado bastante la experiencia, pero no me habría importado encontrarme con un juego más ambicioso, con puzles no más sesudos pero sí más cercanos a la innovación que al simple relleno.

Las estampas y animaciones son preciosas, eso sí, pero imagino que para saber eso basta con echarle un vistazo a las capturas del juego. Aquí la gracia habría sido poder gritar a los cuatro vientos que detrás de ellas hay algo más, pero lamentablemente no es el caso de 'Hohokum'.

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A favor

  • Su apartado artístico es una delicia
  • La relajante banda sonora
  • La originalidad de algunos puzles

En contra

  • Muy poca profundidad
  • Es un juego corto que puede durarte una tarde
  • Se echan en falta secciones más innovadoras
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