El 'ET' de Atari y el crack del 83

En la noticia sobre el posible abandono por parte de EA de las licencias cinematográficas, han aparecido comentarios en los que algunos lectores recordaban, de forma acertada, aquel gran descalabro que fue el videojuego de 1982 basado en ‘ET: El extraterrestre’. Y es que entre el crack del 29 y la actual crisis económica ya hubo una debacle que estuvo a punto de acabar, en este caso, con la industria de los videojuegos.

Hagamos un poco de historia. A principios de los 80 los videojuegos dejaban de lado los años de bonanza para sumergirse en un gran agujero que algunos vieron como el fin de una moda. Un mercado saturado de productos infames hizo que la industria se colapsara. En este contexto, el juego de Atari sobre la recién estrenada película de Steven Spielberg jugó un importante papel, amen de erigirse en cabeza visible de aquel desastre.

La pionera compañía había pagado nada menos que 20 millones de dólares a Spielberg para hacer un juego sobre la que sería, durante años, la película más taquillera de la historia. Las prisas que achacamos ahora a las conversiones jugables de películas se quedan en nada en el caso de ‘ET’ el videojuego. Howard Scott Warshaw, el desarrollador sobre el que cayó el encargo, dispuso entonces de sólo seis semanas para realizarlo. ¿El resultado? Como era de esperar, un autentico despropósito.

Cinco millones de cartuchos estuvieron listos para las navidades de 1982, el problema vino cuando la mayoría de ellos no se vendieron o, incluso, fueron devueltos. Al parecer, la calidad del juego era tan infame en todos los sentidos (diseño, jugabilidad,...) que el título de Atari quebró la confianza del público en los productos de la compañía y en los videojuegos en general (La anterior e inefable conversión de ‘Pac Man’ también tuvo mucho que ver). Aquel momento tan delicado se conoce como crack del 83.

El juego se había convertido en una molesta y voluminosa basura y de la basura hay que deshacerse. La leyenda cuenta que toneladas de cartuchos de ‘ET’ fueron enterrados en el desierto. El sueño se había acabado, fue bonito mientras duró.

Al igual que el rock´n´roll, que pareció desaparecer tras terminar la década de los cincuenta, los videojuegos recibieron un salvador. Si la música popular volvió a ser vibrante y exitosa gracias a los Beatles, los videojuegos resurgieron de sus cenizas de la mano de un bigotudo fontanero. El resto, como se suele decir, es historia.