Los videojuegos en tiempos de crisis

Los videojuegos en tiempos de crisis
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'¿Crisis, qué crisis?' El título del célebre disco de Supertramp de mediados de los 70 se ajusta como un guante a la actual situación de la industria de los videojuegos. Porque, aunque es cierto que desarrolladoras tan importantes como Infinity Ward se están diluyendo y que gigantes como Electronic Arts han reducido su plantilla, también lo es que observando más detenidamente la situación, todo se aprecia de forma diferente.

Si todos hemos visto como el 'Modern Warfare 2' de Infinity Ward pulverizaba records estas navidades, ahora nos enteramos de que la prestigiosa revista Fortune (esa que compran los señores de corbata con grandes despachos) ha incluido a EA dentro de su privilegiada lista de las 500 empresas más importantes.

Si unimos a esos datos la fortuna de 160 millones de dólares de los fundadores de Jagex (la casa de 'RuneScape'), los presumibles beneficios de Blizzard y su imparable 'World of Warcraft' o La incombustible maquinaria de Nintendo, no queda más que preguntarse ¿Cómo es posible tanto éxito en tiempos de crisis? Pues tal vez no sea algo tan extraño.

En el famoso crack de 1929, que arrastró a Estados Unidos a la mayor depresión económica de su historia, no todas las empresas se desmoronaron. El cine por ejemplo, campeó con éxito el temporal. ¿La razón? El pueblo americano, hundido, se refugió en las salas buscando un bálsamo a sus penas. Las pantallas se llenaron de luz ofreciendo comedias y musicales que hacían olvidar la terrible realidad.

42 Street

Con la situación económica tan difícil que estamos viviendo, los videojuegos suponen una estupenda inversión de ocio. ¿Para qué gastar un dineral en caras salidas nocturnas si podemos pasarlo bien en casa (solos o en familia)? Todos sabemos que si elegimos con buen tino, un juego puede tenernos ocupados durante largo tiempo.

La crisis ha beneficiado también al usuario en otros aspectos. Por un lado podemos ver a menudo cómo los juegos bajan su precio de forma más rápida y radical, permitiendo un flujo de títulos mucho más fluido. Por otro, y tal vez sea el elemento más importante, podemos disfrutar más tranquilos de esta generación de consolas.

La fuerte inversión que supone un nuevo hardware ha hecho que se alargue la vida de la actual generación. Los cambios revolucionarios se dan ahora dentro de las propias consolas con el añadido de periféricos o nuevas funcionalidades como Wii Motion Plus, Playstation Move, Natal o las 3D.

De los cinco o seis años de vida habituales es más que probable que pasemos a los diez que se vaticinaron para PS3. Yo estoy de acuerdo con esta tendencia, no tengo la sensación de que esta generación se encuentre agotada técnicamente. Creo que nos queda mucho por ver y, paradójicamente, va a ser la crisis la que posibilite estos logros.

Vía | Meristation

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