Diez años de Red Dead Redemption: estos son nuestros recuerdos y sensaciones en el salvaje oeste de John Marston

Diez años de Red Dead Redemption: estos son nuestros recuerdos y sensaciones en el salvaje oeste de John Marston

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Red Dead Redemption
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Alex CD

Director

Coordinador editorial de VidaExtra. Llevo 20 años escribiendo sobre videojuegos en VidaExtra, desde análisis a noticias y artículos de opinión, además de desempeñar las labores de coordinación editorial del medio. LinkedIN

Se cumplen 10 años del lanzamiento del primer Red Dead Redemption y los que formamos el equipo de VidaExtra hemos querido echar la vista atrás y ver cómo fue nuestra experiencia con el juego de Rockstar.

Algunos llegamos hasta el final, otros no lo acabamos, pero todos entramos al juego en su lanzamiento y conservamos unos recuerdos y unas sensaciones que queremos compartir hoy con vosotros.

Los siguientes textos están libres de spoilers salvo uno de ellos, donde avisamos con antelación para que quien no haya jugado todavía pueda saltarse esa parte.

R. Márquez

Yo venía del Gun de Neversoft y Activision con la idea de un mundo abierto ambientado en el Salvaje Oeste ya vendida. Me habría conformado con un simple más y mejor, pero Rockstar y Red Dead Redemption demostraron ser especiales por razones completamente distintas.

El último tramo del juego consiguió un hito que hasta ese momento sólo creía posible en el cine: estar completamente en manos de su historia y no ver venir lo que se me venía encima. El girito me pilló completamente desprevenido.

Y sí, probablemente haya ejemplos para aburrir en años anteriores y con géneros más al servicio de la narrativa, pero ese fue un golpe que ni en mil vidas habría podido pronosticar y, como ya esperaban en Rockstar, de alguna forma me marcó para siempre.

Red Dead Redemption

Jarkendia

Red Dead Redemption es uno de mis juegos favoritos de la pasada generación, con diferencia. Ante la creciente masificación de sandbox al estilo GTA, la propia Rockstar nos sorprendía con esa evolución del Red Dead Revolver de 2004 para ahondar con mayor profundidad en los entresijos del Salvaje Oeste. Y lo hacíamos bajo el rol de John Marston, un tipo duro y bastante seco al que se le cogía cariño.

Es precisamente en torno a la figura de este hombre que se mostraba de lo más familiar en el último tramo de la historia, el que nos iba a brindar el momento más impactante de toda la aventura. Uno que recordamos hace un par de años: la masacre del rancho (contiene spoilers). Porque no se podía borrar una vida llena de fechorías por culpa de las malas compañías y salir impune de todos esos actos.

El siguiente párrafo contiene spoilers.

¿Lo mejor? No solamente la escena en sí, sino lo que vino después: la enorme sorpresa al ver cómo manejábamos, años después, al hijo del propio Marston para cobrar su venganza acabando con la vida de Edgar Ross. Bendita poesía.

Fin de los spoilers.

Jonathan León

Desafortunadamente, nunca llegué a experimentar del todo el primer Red Dead Redemption. En aquel entonces, con 16 años de edad, no me podía permitir comprar juegos de salida. Lo pude alquilar, sí, pero en solo un par de días no da tiempo a meterse en un mundo de Rockstar como dios manda. Aquel apoteósico final me llegó de oídas poco después, y muchas otras veces a lo largo de los años, así que le fui perdiendo el interés. Grave error por mi parte, ya que lo importante no era saber lo que ocurría, sino conocer por qué era tan importante.

Muchos años han pasado y no lo he vuelto a tocar, pero sí que he jugado a su secuela de cabo a rabo. Red Dead Redemption 2 me maravilló de principio a fin, a pesar de que supe desde el primer momento que me estaba perdiendo algo. En cualquier caso, por fin tuve la oportunidad de conocer a ese elenco tan icónico, y en una faceta muy distinta de la habitual.

Puede que no jugara al Red Dead Redemption original como se merece, pero mucho tiempo después he conseguido apreciar su importancia a través de lo que creo que es el mayor fuerte de esta saga: su guión y sus personajes. El juego de 2010 sembraría la semilla para una Rockstar más centrada en las historias emocionales que en el humor gamberro y satírico, y me alegro de que haya florecido bien.

Red Dead Redemption

Alex CD

Soy otro de los que no llegaron al final del primer Red Dead Redemption. Lo he empezado dos veces, una en el original de Xbox 360 y más tarde en Xbox One X para disfrutarlo en 4K, y nunca lo he acabado. Lo curioso es que me gusta. Me gusta mucho. Supongo que una de las razones que me han llevado a abandonarlo en las dos ocasiones ha sido la falta de tiempo.

Me ha sucedido lo mismo con The Witcher 3. Lo he empezado un par de veces y en ambas lo he acabado dejando porque había otro juego más corto o más importante al que debía prestarle atención. Maldita sea, también me ha pasado con Red Dead Redemption 2: lo empecé con ganas y tuve que dejarlo aparcado a pesar de todo.

Me gusta Red Dead Redemption a pesar de sus fallos. En mis recuerdos se juntan estas dos cosas: 1) qué bien la historia y los personajes, quiero seguir avanzando y su ritmo pausado me puede venir bien en ciertos momentos, y 2) qué desastre el sistema de control, cada vez que me echaba unas partidas me acababa cabreando no ser capaz de manejarlo todo de forma cómoda. Feliz 10º Aniversario, Marston.

Sergio Cejas

Siempre guardaré el primer Red Dead Redemption en mi memoria con mucho cariño porque por aquel entonces creo que fue el videojuego más grande que había probado en mi vida en una consola. Pasear por ese descomunal Salvaje Oeste fue una experiencia alucinante a la que le dediqué su buena cantidad de horas haciendo cualquier cosa. Me daba igual el qué, solo me importaba jugar y recorrer esos paisajes que eran una auténtica pasada.

Me gustaba tanto cabalgar a lomos de mi caballo por todos lados, o básicamente disfrutar de cualquier cosa que ofrecía el juego, que dediqué más tiempo a cumplir objetivos secundarios y realizar otras tareas que a pasarme la propia aventura. De hecho, he de reconocer que es una de mis tareas pendientes a pesar de haberme quedado (creo) a las puertas del final.

Esa misma sensación de querer perderse por el mundo abierto de Rockstar la experimenté con su expansión Undead Nightmare, que me llevó una enorme cantidad de horas completarla. Probablemente sea uno de los mejores contenidos descargables que he probado en un videojuego por todo lo que abarcaba y lo que duraba. No me arrepiento de haberme gastado ni un solo euro en ella.

Frankie MB

Incluso con todas las libertades y licencias propias de cualquier videojuego, Red Dead Redemption se consagró como el western definitivo. Rockstar hizo posible esa fantasía de cabalgar libremente hacia la puesta de sol, con énfasis en la palabra libre; de los duelos y tramas de Sergio Leone y de la crudeza y complejidad de una época en la que los lentos morían con las botas puestas. Un listón que no fue igualado hasta la llegada de su secuela.

Lo admito, mi primera toma de contacto con John Marston, nuestro antihéroe, no fue totalmente positiva. El motivo era un sistema de control mucho menos intuitivo de lo que pensaba. Sin embargo, tres días después la situación era muy diferente: RDR acabó cautivándome semanas enteras, haciéndome desgranar cada pedacito de juego a mi ritmo, completando el ciclo de venganza y redención de la familia Marston e incluso enfrentándome a los No Muertos. Aquello no era un mundo abierto de vaqueros: era una obra maestra del videojuego.

Ahora es vuestro turno. Tenéis los comentarios a vuestra disposición para contarnos lo que queráis sobre vuestra relación con Red Dead Redemption.

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