Mi problema con Digimon Survive no es que sea una visual novel, son sus insulsos diálogos entre cada fabuloso combate

Mi problema con Digimon Survive no es que sea una visual novel, son sus insulsos diálogos entre cada fabuloso combate

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Digimon Survive

Siendo un crío que se rebozó en el anime y las series de los años 90, no hubo escapatoria a Digimon en mi infancia. Y realmente fue imposible evitarlo, las aventuras de Tai, Agumon y compañía coparon absolutamente todas las revistas, programas infantiles y lugares que recuerdo. Con todo, lo que más recuerdo es la gran pasión que despertó en mí aquel viaje por el mundo digital.

Más allá de algún escarceo esporádico con un Digidevice de juguete o a Digimon World de PS1, nunca he llegado a degustar ninguna entrega virtual de la franquicia. Por ello Digimon Survive se ha presentado como una oportunidad, una mano extendida para regresar a esos momentos de la niñez tan queridos.

Un viaje a la nostalgia

Un grupo de niños y jóvenes adolescentes se embarcan en una epopeya que jamás olvidarán junto a unos monstruos digitales la mar de extraños. Una premisa tan inesperada como atrayente hace más de 25 años como ahora, aunque la forma de contarlo ha cambiado.

Una de las peores situaciones que puede vivir un videojuego en la industria es el siempre detestado review bombing. Cientos de usuarios que no tienen mejor pasatiempo que acudir a Metacritic, Opencritic o cualquier lugar en el que puedan escribir que el juego de turno es una engañifa barata. Un lastre que ninguna desarrolladora se merece.

Digimon Survive

Los géneros no son malos per se, tienen sus puntos fuertes y debilidades y las visual novel son sencillamente uno más. Reconozco que no soy un habitual a esta fórmula -ciertos pajarracos de Hatoful Boyfriend me miran a lo lejos-, pero ni por esas me voy a alejar de un título que te abre las puertas con una banda sonora fabulosa.

No cabe ninguna duda de que los temas de Digimon Survive van a pasar directamente a alguna de mis listas de Spotify. Tomoki Miyoshi ha conseguido que la música acompase perfectamente lo que sucede entre cada bocadillo de diálogo y batalla gracias a un toque nostálgico. No menos puedo decir de Uiti Ukumo y sus ilustraciones, rayando a un gran nivel y que lucen mejor que nunca en las cinemáticas.

Digimon Survive

A pesar de todo, he sentido que el juego se ha convertido en un chicle que hay que mascar mucho hasta conseguir que expulse su sabor. La advertencia por parte de Bandai Namco había sido clara, con un peso alrededor del 70% hacia la vertiente visual novel y dejando el 30% restante a unos combates por los que suplico.

Y este pensamiento no se instala en mi cabeza porque la trama sea aburrida o carezca de interés, todo lo contrario. No puedo estar más atento a lo que le sucede a Takuma, Labramon, Aoi y al resto del grupo del campamento que han sido teletransportados a un sitio que reconocen, pero les es ajeno. Desde el primer momento se colocan una serie de mimbres realmente buenos.

Pisa el acelerador

Dos misteriosos niños aparecen al comienzo, sufren un terrible destino y más tarde regresan en un estado cuasi fantasmal. Simplemente por este hilo de historia seguiría adelante, pero es que hay más. No necesitas saber necesariamente nada sobre la idiosincrasia de Digimon para disfrutar de Digimon Survive.

Al fin y al cabo, todas las bases de una aventura inicial están aquí y los van poniendo encima de la mesa, pero muy lentamente. Puede ser perfectamente una carta de presentación como la primera temporada de la serie, aunque el exceso de relleno en las conversaciones terminan por lastrar el ritmo.

Puedes hablar con muchos personajes, interactuar con elementos del escenario, investigar, recoger objetos y recopilar información, pero el tedio al que llega el juego es constante. Muchos de los diálogos se reducen a repetir ideas manidas, escuchadas por la boca de otros personajes y con una trama que avanza a pedales.

Digimon Survive

Digimon Survive se empeña en que no nos topemos con una machaconería constante, puesto que podremos escoger algunas opciones para contestar, lo cual nos reportará afinidad con ese personaje. Lo mejor es que la consecuencia de ello se traduce en las recompensas que podemos obtener para las batallas, e incluso pueden existir ciertas variaciones dependiendo del orden de elección de personaje que hagamos.

Sin embargo, en más de una ocasión he activado el modo de Omitir para los diálogos, lo cual los hace avanzar a grandes velocidades. Tan cierto es esto como que no me he perdido ni un ápice de lo que estaba sucediendo a cada momento. Ya no solo es la presencia de relleno en las conversaciones, es la lentitud con la que se suceden los hechos trascendentales.

Digievolución en plena batalla

Es sorprendente, por lo menos en las primeras horas, la poca presencia de los combates. Es una lástima, porque son realmente buenos y se echa en falta poder disfrutarlos con mayor asiduidad. Combates por turnos tácticos, en los que los movimientos de los personajes y colocación son absolutamente determinantes.

Se nota que, a pesar de que su peso en el juego es menor, no ha sido un apartado desdeñado por el equipo de Bandai Namco. Se aprecia y se disfruta de una gran profundidad de opciones, con mecánicas realmente interesantes y que ofrecen grandes posibilidades en manos expertas. Noto que apenas he podido rascar la superficie de un sistema con enorme potencial.

Digimon Survive

Decidir si Agumon utiliza su Llama bebé, si Falcomon se coloca en la retaguardia de un Gotsumon o si Labramon es capaz de curar a sus aliados. Nada especialmente llamativo para los más avezados del género, pero desde luego que lo he disfrutado muchísimo en los ratos que he podido sacarle partido.

Además, es fabulosa la mecánica de poder hablar con los Digimon contrarios para intentar provocarles estados alterados o incluso conseguir reclutarlos a nuestra causa. Los Digimon asociados a los niños protagonistas no son ni mucho menos los que usas siempre en Digimon Survive, pudiendo desplegar una formación inédita.

Digimon Survive

Por otro lado, ver a Agumon digievolucionar hacia un Tyrannomon es una delicia, convirtiéndose en un tanque imparable. Lo mejor es que posee una rama de evolución con diferentes formas, si bien por ahora desconozco cómo exprimir al máximo.

He de reconocer que Digimon Survive me ha dado una de cal y otra de arena por ahora. Sabía a lo que venía cuando me enteré de que tocaba visual novel, pero cualquier título adolecería de un ritmo tan excesivamente pausado. Seguiré al pie del cañón, porque la trama me ha atrapado y porque necesito conseguir que Wargreymon aparezca frente a mí.

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