Análisis de Megaton Rainfall. Los matamarcianos arcade en la época de la realidad virtual

Análisis de Megaton Rainfall. Los matamarcianos arcade en la época de la realidad virtual

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Análisis de Megaton Rainfall. Los matamarcianos arcade en la época de la realidad virtual

‘Megaton Rainfall’ no es el típico juego del que uno se espera hablar a estas alturas del año. Entre Marios, asesinos, y coches de gran cilindrada y mayor carga poligonal, está la aventura de un superhéroe, de espíritu ‘Space Invader’, en la que masacrar alienígenas a ritmo de música machacona.

Ni su factura técnica, ni mucho menos el equipo que hay detrás (una persona), equivalen al estilo de triples A que suele haber en esta época del año. Y sin embargo este humilde juego independiente consigue hacerse un hueco entre todos ellos para demostrar que, con mucho trabajo y un buen saco de cariño, también se pueden conseguir cosas increíbles.

El poder conlleva una gran responsabilidad

Mirándolo desde esa perspectiva, la que inevitablemente te lleva a pensar que todo lo que hay detrás del juego lo ha parido una persona, ‘Megaton Rainfall’ es alucinante de principio a fin. Lástima que los desarrollos no se valoren por su precio o por el número de personas que han trabajado detrás.

Desde la otra cara, desde la del jugador que se pone a los mandos de ‘Megaton Rainfall’, las sensaciones son bastante complicadas. En él controlamos a un superhéroe del que sabemos muy poco, sólo que tiene como misión proteger la tierra y sus habitantes de una raza alienígena que la ha tomado con la población.

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Teniendo la posibilidad de volar donde queramos, incluso fuera de la Tierra para navegar entre el cinturón de asteroides de Saturno, nuestra misión será recorrer el planeta en busca de esos enemigos para acabar con las oleadas que vayan llegando. Superada una, conseguiremos una esfera que nos abrirá la puerta a más poderes.

Estos son lanzar bolas de energía, rayos capaces de aniquilar el planeta si chocan con su superficie, levitación y lanzamiento de objetos o incluso atravesar la corteza terrestre y llegar hasta el magma del planeta. Todos destinados a que, de una u otra forma, los nuevos enemigos que vayan apareciendo nos inviten a utilizarlos.

A algunos habrá que dispararlos en su punto débil. A otros tendremos que golpearlos como si fuésemos a atravesarlos. Otros incluso lanzarán bombas que deberemos lanzar al espacio o hacia los enemigos para evitar que detonen el planeta. Todo muy arcade de la vieja escuela, pero con la realidad virtual como principal reclamo.

Las costuras de Megaton Rainfall

Aunque es jugable sin tirar de esta tecnología, parece que es la opción más adecuada. Ya no por lo espectacular de sobrevolar la tierra desde el espacio o recorrer el planeta serpenteando edificios, también porque la comodidad del mando frente a la posibilidad de apuntar con la mirada, deja bastante que desear.

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La cuestión es que tanto los ataques de los enemigos como los nuestros son capaces de llevar la destrucción allí donde caigan, lo que supone acabar con varios cientos de personas y, como consecuencia, que la partida se reinicie y nos traslade al último punto de control. Así, el tiro que pensabas que había dado en el blanco, acaba estrellándose contra un edificio que, en el mejor de los casos, se derrumbará por completo. ¿En el peor? Un rascacielos quedará suspendido mágicamente por una viga de soporte.

Ambicioso por lo que supone ir encontrándote con ciudades conforme vuelas por el planeta, su espíritu independiente le obliga a recortar en texturas y físicas todo lo que puede y más. Eso supone un varapalo a la calidad gráfica del juego, pero también a su estabilidad. Se me ha colgado, he sufrido cargas a mitad de un vuelo y, en el peor de los casos, me he estrellado contra más de un edificio de los que después no he conseguido salir. Mi única solución ha sido destruirlos por completo desde dentro, a menudo minando mi puntuación e incluso obilgándome a reiniciar el punto de control.

El juego, pese a ello, no engaña en absoluto. Lo que has visto en los vídeos de promoción es justamente lo que te vas a encontrar. Ni más, ni menos. Como experiencia de cara a aprovechar unos cascos VR me parece perfecto, pero sus cuatro o cinco horas de duración no van mucho más allá de una demo técnica muy divertida. Es cierto que, tras ello, se desbloquean dificultades adicionales y desafíos de tiempo, pero el juego no ofrece demasiadas razones para volver a él una vez has superado su historia.

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La opinión de VidaExtra

‘Megaton Rainfall’ es ese proyecto simpático, aplaudible y disfrutable, con el que enseñarle a tus amigos de qué es capaz la realidad virtual, pero sería ilógico pedirle mucho más. Capta con maestría lo que supone convertirse en un superhéroe que no controla del todo sus poderes, pero se estrella en no pocas ocasiones queriendo ir más allá de lo que puede ofrecer su inversión.

Si te llama mínimamente la atención y lo visto en sus vídeos te convence, adelante. Si tienes dudas o sus gráficos te tirán para atrás, mejor esperar a que a alguien se le encienda la bombilla y decida darle al equipo de ‘Megaton Rainfall’ la pasta que se merecen. Este juego, con una buena bolsa de dinero detrás, bien podría acabar siendo un bombazo.

A favor

  • La sensación de volar
  • Patrones de enemigos divertidos
  • Algunos combates son espectaculares

En contra

  • A nivel gráfico es muy flojo
  • Corto y con poca variedad
  • El ritmo de la historia y su narrador es muy lento
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