Análisis de Illusion: A Tale of the Mind, un pequeño indie con buenas intenciones y peor resultado

Análisis de Illusion: A Tale of the Mind, un pequeño indie con buenas intenciones y peor resultado

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Análisis de Illusion: A Tale of the Mind, un pequeño indie con buenas intenciones y peor resultado

‘Illusion: A Tale of the Mind’ es el perfecto ejemplo de que en un videojuego todos los componentes deben ir de la mano. De nada sirve que uno brille más que otro porque, de ser así, el conjunto acaba quedando muy lejos de lo que una parte del desarrollo puede llegar a entregar.

Con un apartado visual para enmarcar, el arte va por un lado y las mecánicas por otro, ofreciendo así ‘Illusion: A Tale of the Mind’ un combo que inevitablemente entra por los ojos y se gana tu atención con cualquier vídeo, pero que una vez a los mandos deja un sabor de boca muy agridulce.

La historia y el arte de Illusion

De la mano de Emma y un simpático conejo de peluche, ‘Illusion: A Tale of the Mind’ se acerca al imaginario de Alicia en el País de las Maravillas para contarnos una historia de desamor. Adentrándonos en la mente de la parte rechazada en un triángulo amoroso, deberemos ir descubriendo qué le ha pasado a ese personaje mientras avanzamos por la trama.

De la mano de cinemáticas, mensajes en la pantalla de carga y los audios que iremos encontrando en ciertas partes del escenario, lo ocurrido al forzudo de un circo nos acercará a sentimientos como el del descubrimiento del amor, la pérdida su posterior depresión. Un punto notable, pero no para enmarcar, que en ocasiones se hace pesado por cómo han errado a la hora de contar la historia.

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Conversaciones que debemos volver a escuchar tras morir sin posibilidad de omitirlas, audios que frenan el avance del juego en vez de ser capaces de integrarlo, spoilers en forma de mensajes en la pantalla de carga y un final bastante descafeinado consiguen que, pese a sus buenas intenciones, su historia nunca acabe siendo su punto fuerte.

Ese es su apartado artístico, como ya hemos comentado, con unos escenarios preciosos y unos personajes que gozan de muchísimo carisma a base de modelado y animaciones. Alucinantes estas últimas, sobre todo si tenemos en cuenta que es un juego de presupuesto ajustado.

Una ilusión jugable que no se materializa

Excusas para esquivar esas mencionadas balas habría de no ser porque a nivel jugable tampoco es capaz de llamar nuestra atención. ‘Illusion: A Tale of the Mind’ quiere ser una mezcla entre puzles y plataformas, pero ni unos sorprenden ni los otros entretienen. Ambos siempre son un mero trámite de cara a seguir viendo cómo avanza el juego con la esperanza de que llegues a ese punto en el que lo que transmite cambie por completo.

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Apunta a querer hacerlo a mitad del juego, cuando llevas unas dos o tres horas de las cinco o seis que acaba durando, pero para entonces ya has repetido en varias ocasiones los mismos retos, siempre ampliados con un engranaje más en vez de intentar revolucionar el concepto o querer ser algo más que un simple pasatiempo.

Lo mismo ocurre con sus desafíos a nivel plataformero, la gran mayoría sosos y poco inspirados. Para cuando la cosa se anima la desidia ya habrá hecho acto de presencia y, a falta de descubrir si su final estará a la altura de las expectativas (y lamentablemente para muchos no será así), ‘Illusion: A Tale of the Mind’ se jugará más por inercia que por interés.

Es fácil entender qué pretendía Frima Studio con esta bonita historia cargada de simbolismo e inspiración burtoniana, pero acostumbrados a pequeñas joyas como ‘Fated’ o ‘Super Chariot’, lo vivido en ‘Illusion: A Tale of the Mind’ se queda muy lejos de lo que esperábamos. Una pena, pero también un toque de atención que seguro les acaba devolviendo al buen camino que llevaban hasta ahora.

A favor

  • Pinceladas de una gran historia
  • Un apartado artístico fabuloso

En contra

  • Puzles repetitivos y plataformas sin reto
  • Demasiado simple a casi todos los niveles
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