Análisis de Phantom: Covert Ops, o cómo hacer que un juego de sigilo sobre un francotirador en un kayak sea una idea fantástica

Análisis de Phantom: Covert Ops, o cómo hacer que un juego de sigilo sobre un francotirador en un kayak sea una idea fantástica

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Adoro esos momentos en los que algo que no parece tener el menor de los sentidos, de repente, hace clic. No importa si es la historia de una película o la mecánica de un videojuego. Simplemente dos cosas que no imaginas juntas y atarlas resulta ser una magnífica idea.

Habiendo intentado por todos los medios llegar a Phantom: Covert Ops sabiendo lo mínimo de él, eso es precisamente lo que ha conseguido, sorprenderme. Una reacción lógica teniendo en cuenta que en sus primeros minutos te cuenta que eres un francotirador que va en kayak. A lo que tú reaccionas con un “¿pero qué?”, y acto seguido no puedes evitar quedarte con la boca abierta.

Descolocado y encantado a la vez

Cansado de ver vídeos e imágenes chafándome las sorpresas de los juegos de realidad virtual  -que por lo general suelen ser cortos y no tienen hueco para muchas-, con Phantom: Covert Ops decidí ir casi a ciegas. Además de su imagen promocional había visto algo de tiros y sigilo en la tienda de Oculus Quest, pero no necesitaba saber más.

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La primera sorpresa fue cruzarme con un juego que debía jugar sentado. No es lo habitual en un shooter, pero no le di demasiadas vueltas y pronto comprendí a qué se debía. En pantalla la típica rueda de carga, esta vez con la animación de un militar remando en un kayak.

Completamente descolocado me rindo por completo a lo que está por venir, que no es otra cosa que la secuencia introductoria en la que un avión de carga aterriza en un lago y abre la compuerta trasera para que yo, en mi kayak, pueda salir navegando de allí.

La experiencia simula que estoy sentado constantemente y, alrededor del cuerpo y la embarcación, está todo lo que voy a necesitar para mi misión. Tengo bolsas en las que guardar la munición y granadas, un rifle francotirador a mi derecha, un subfusil a la espalda, una pistola en el pecho y unos binoculares con los que marcar enemigos y realizar fotografías.

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En el extremo izquierdo está la parte más importante de todo el conjunto, un remo que agarro con ambas manos y empiezo a golpear contra el agua para ponerme en movimiento. La salida del avión resulta ser algo de locos y Phantom: Covert Ops me gana al instante.

Un juego de sigilo inusual

Mi misión es infiltrarme en la típica base rusa, pero en esta ocasión resulta ser el emplazamiento ideal para mi vehículo porque se encuentra rodeado de ríos y embalses. Por ellos puedo moverme con toda la tranquilidad del mundo, o a toda pastilla e incluso realizando derrapes clavando el remo. Todo depende del ímpetu que generen mis brazos al moverme.

Lo primero lo utilizaré para moverme entre los juncos y pasar bajo puentes custodiados por guardias sin hacer ruido. Lo segundo para escapar cuando la cosa se tuerza o evitar los focos y cámaras que alertarán de mi presencia.

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Si me atasco en alguna zona, y es bastante difícil que ocurra por lo bien que funciona su conducción, puedo golpear la punta del remo para empujarme en otra dirección.

Y cuando estés colocado donde quieres, clavas el remo, te frenas y te preparas para disparar. Sujetas el rifle de francotirador con ambas manos, llevándolo hasta el ojo derecho y cerrando el otro para poder ver bien, y disparas. Bam, headshot.

Te lo crees. Estás ahí sentado y te lo crees. La cosa no va mucho más allá de eso, pero la idea es tan divertida que no necesita más para esconder sus limitaciones. Es cortito y cae en lo flojo de pedirte recorrer los mismos niveles para aprovechar nuevas herramientas y caminos, pero funciona como un tiro.

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La opinión de VidaExtra

Que esté tan bien medido es probablemente lo que acaba echando un poco por tierra todo lo demás al no ampliar un poco más su mundo. Se me ocurren muchos escenarios en los que esto funcionaría de perlas. Puede que ninguno con más encanto que una base abandonada con barcos y submarinos, pero desde luego sí algún que otro cambio de aires.

La colección de situaciones consigue ser lo bastante nutrida como para tenerte con novedades durante tres cuartas partes del juego. Una palanca por aquí, esconderte de un barco por allá. Un disparo a un objeto que llame la atención de un guardia o marcar la posición de un ataque aéreo.

La sensación está más cerca del “por algún lado había que cortar” que de la falta de ideas, así que ojalá Phantom: Covert Ops sirva para acabar entregando nuevas y ampliadas propuestas del estudio. Yo, desde luego, allí estaré para probarlas.

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Phantom: Covert Ops

Plataformas Oculus
Multijugador No
Desarrollador nDreams
Compañía nDreams
Lanzamiento 25 de junio de 2020
Precio 29,99 euros

Lo mejor

  • Una lección de diseño adaptado a VR
  • Las mecánicas del kayak son una delicia
  • Una campaña divertida...

Lo peor

  • ... pero excesivamente corta
  • Repetir algunas secciones con tímidos cambios

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