El futuro de las consolas se llama Xbox One X, pero probarla no despeja nuestras dudas sobre el futuro de Xbox

El futuro de las consolas se llama Xbox One X, pero probarla no despeja nuestras dudas sobre el futuro de Xbox

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El futuro de las consolas se llama Xbox One X, pero probarla no despeja nuestras dudas sobre el futuro de Xbox

Acostumbrado a ver todo a 1080, tenía muchísima curiosidad por comprobar de primera mano qué estaba detrás de la tecnología 4K, el HDR, y todas esas bondades que prometen llevar la actual generación a un nuevo nivel. Pude hacerlo de la mano de Xbox One X y algunos de sus próximos lanzamientos. Juegos que, como en el caso de ‘Forza Motorsport 7’, hablaremos largo y tendido estos días.

Por ahora toca centrarse en la consola, en qué ofrece, en cómo quiere mejorar nuestra forma de jugar, en qué promete y qué entrega, en si Xbox One X es la revolución que asegura Microsoft y, al final del camino, si eso es tan importante como parecen hacernos creer para el futuro de Xbox.

Las primeras impresiones con Xbox One X

Tras ver la consola frente a mí me sorprendió lo pequeña que era. Aún más de lo que aventuraban fotos y vídeos. Es algo menos que una Xbox One S, sí, pero entre refrigeración, teraflops y demás virguerías técnicas, me parece alucinante que hayan podido meter todo eso ahí dentro y que el cacharro no eche a volar.

El ambiente no era el adecuado para comprobar si el rendimiento provocaba algún sonido destacable, y acercar la oreja tampoco iba a servir de mucho en una época en la que todo parece hacer ruido si afinas el oído. Sí toqué varias de ellas a lo largo de toda una tarde y, tras estar encendidas durante horas, ninguna de ellas hizo el más mínimo atisbo de fulminar mis huellas dactilares.

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Es pequeña, no parece ser un peligro a nivel acústico y térmico, es bonita y parece especialmente diseñada para que la pongas al lado del televisor. Allí donde poder disfrutar no sólo de los juegos a 4K, también de series y películas en el mismo formato. Sin duda alguna es un asalto al salón mucho mejor orquestado que el de Kinect.

Sin embargo la cantinela del TV, TV, ya la conocemos. Nos hizo gracia en su momento y dejó hueco para un par de chistes bastante divertidos que con el paso del tiempo han dejado de tener gracia. Lo que busca un jugador en Xbox One X, al igual que en cualquier otra consola, son juegos.

El futuro de los juegos a 4K

Sería el primero en alegrarse si la situación actual de la división Xbox y sus consolas fuese otra muy distinta. Han caído algunas cabezas desde el lanzamiento de One (hola, 'Scalebound'), la gente se preocupa por el futuro de la marca, y decisiones como la de lanzar una nueva versión de su consola con un catálogo de juegos exclusivos nada espectacular, no ayuda a difuminar esa idea.

Poco agraciado el catálogo, por variedad y número, pero no los juegos que ahí están incluidos. Tenemos a ‘Cuphead’ a la vuelta de la esquina (por fin), ‘Sea of Thieves’ navegando en el horizonte, ‘Forza Motorsport 7’ demostrando aquí y ahora de lo que es capaz la nueva máquina, y sorpresas agradables como ‘Super Lucky’s Tale’ que, como mínimo, aportan algo de frescura a una colección de juegos que olía un poco a viciada.

Forza1

No hubo ocasión para confirmar mis sospechas con ‘Crackdown 3’, pero sí para cerciorarme de que el trabajo de una first party para aprovechar One X no será igual que el de una third. El resto eran juegos que, o ya había probado o no son imprescindibles en la difícil tarea de invitarme a cambiar de consola.

Ninguno de ellos será plenamente exclusivo de Xbox One, ni siquiera aquellos bajo el sello Xbox. Todos están apadrinados por ese Play Anywhere que, a fin de cuentas, es la primera semilla de duda en la mente de aquellos que estén planteándose o dar el salto a una Xbox One o aprovechar ese dinero para mejorar su PC. Al fin y al cabo van a recibir los mismos juegos. Más en realidad. ¿Para qué tomar riesgos?

Al 4K lo adoptaremos tarde o temprano

La respuesta a esa pregunta por parte de Microsoft está en el milagro de la ingeniería que ha dado vida a Xbox One X. Una consola potentísima capaz de mover todo lo que le eches si el que está detrás del desarrollo sabe lo que hace. Una máquina capaz de plantarte ante una carrera de coches y que alguien que lo vea, y no sepa de qué va el asunto, crea que en realidad está viendo una grabación.

¿Queréis saber cómo es la experiencia de plantarte ante un televisor a la última jugando a resolución 4K? Es fantástico. En serio, es alucinante, de esas cosas que, como ya ocurrió con el 3D o la realidad virtual, es difícil de entender si no lo tienes delante. Malos ejemplos, soy consciente de que ninguno de ellos ha acabado de despegar, pero por suerte para Xbox One X, tarde o temprano acabaremos pasando por el 4K igual que lo hicimos por el DVD, la música en mp3 o las series en streaming.

Xbox One Family Of Devices

Sin todo lo que necesitas para alcanzar ese zénit visual, sin una tele adecuada o un sistema de sonido que aproveche las posibilidades de Dolby Atmos, Xbox One X es sólo una consola en la que los juegos a 1080p se ven treméndamente bien. Tal vez también con mejores distancias de dibujado o cargas más rápidas, pero no es algo con lo que pondría la mano en el fuego sin haber realizado una comparativa del mismo juego en ambos formatos.

No sólo el mismo, más de uno. Y es que si tengo grandes esperanzas en que el trabajo de Turn 10 o Rare sea modélico en ese sentido, no pondría la mano en el fuego por un ‘FIFA 18’, un ‘Sombras de Guerra’ o cualquier otro juego que no tuviese la mano de Microsoft controlando sus hilos. Es decir, que aunque Xbox One X ya me haya demostrado de qué es capaz, sin juegos avalados por la propia Microsoft desconozco qué rendimiento le sacarán el resto de compañías.

Xbox One X es una gozada, pero Xbox necesita reaccionar

Habiendo sido usuario acérrimo de Xbox 360 durante la pasada generación, y habiendo aplaudido las decisiones y lanzamientos que tomó Microsoft en esa época, nada me gustaría más que poder ofrecer un rayo de esperanza a quienes hayan apostado el todo por el todo a esta máquina.

Que van a disfrutar de una calidad superior es innegable, pero el precio a pagar, el de un futuro incierto en lo que a lanzamientos exclusivos se refiere, me parece peligroso para el mañana más cercano de Microsoft. Ojalá Phil Spencer salga al escenario del próximo E3 y me haga tragarme todas y cada una de mis palabras. Ojalá una competencia de hierro con la que frenarle los pies a una Sony que echa el freno en su catálogo de lanzamientos o se aventura a subir el precio de su servicio online porque sabe que tiene la sartén por el mango. Ojalá.

Es difícil encontrarte con una situación tan prometedora y, a su vez, tan desalentadora. ¿Me gustaría tener en casa una tele 4K y poder disfrutar de la belleza del cielo, el asfalto y los coches de ‘Forza Motorsport 7’? Por supuesto, decidme dónde hay que firmar. ¿Apostaría por Xbox One X sabiendo que ese es el único juego exclusivo de 2017 en el que voy a poder aprovechar hasta la última gota de sus posibilidades? Dejadme que compruebe primero de bien cómo se ve a 1080p en Xbox One S.

Lo complicado viene cuando, ni siquiera forzando esa respuesta para decantar la balanza, tengo claro cuál sería mi respuesta. Microsoft no nos ha engañado en ningún momento, dijo desde el primer día que Xbox One X no era para aquellos que no tengan un televisor 4K. Pero me preocupa, mucho, que sólo con ‘Forza 7’, ‘Crackdown 3’ y ‘Sea of Thieves’ en el horizonte, Microsoft crea que su catálogo es para mí.

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