He perdido la cuenta de la cantidad de juegos que han intentado replicar el éxito de Hotline Miami desde que nos volase la cabeza hace ya la friolera de siete años. En todo ese tiempo, sólo un título ha demostrado con dignidad intentar seguir esa estela, el Ape Out de Devolver Digital.
Un despliegue jugable, sonoro y visual que llega a las tiendas el próximo 28 de febrero para demostrar que se puede seguir esa misma estela con una identidad propia. Ape Out ha resultado ser justo lo que glorificaban sus vídeos de presentación, y es una excelente noticia.
El mejor Hotline Miami desde Hotline Miami
Con una intensidad y ritmo vertiginoso que irremediablemente recuerda a la locura de Dennaton Games en Hotline Miami, aquí cambiamos las máscaras de animal por una bestia real, un simio capaz de hacer añicos a los cafres que lo tienen encerrado en una jaula.
Al más puro estilo top down shooter iremos destrozando rivales a base de golpear y empujar a todo el que nos crucemos, normalmente guardias fuertemente armados que acabarán con nuestra vida con apenas un par de disparos.
Por suerte nuestra fragilidad es equivalente a nuestra fuerza de ataque, por lo que de un puñetazo o agarre (las dos únicas acciones que nos permite el juego) podremos pintar las paredes con la sangre de quien ose ponerse demasiado cerca de nuestras manos.
Nuestro objetivo será recorrer distintos niveles mientras esquivamos las hordas de guardias que intentarán cazarnos y, si no nos queda otra, acabando con ellos jugando con la estrategia que supone lanzar unos enemigos a otros, o agarrándolos para que los disparos que estaban enfocados a nosotros acaben impactando contra otras amenazas.
Un espectáculo jugable, sonoro y visual
Si caemos en combate, tocará repetir esa sección desde el principio, pero eso vendrá acompañado de dos alegrías: habremos memorizado algunos patrones de escenario o enemigos y, aún más importante, podremos seguir disfrutando de la banda sonora que acompaña a toda la acción.
Soberbio despliegue visual y sonoro que, a ritmo de batería, acompaña cada una de nuestras acciones para redondear aún más la experiencia mientras estampamos enemigos contra un cristal, lanzamos a un bombardero frente a un grupo de enemigos o arrancamos una puerta metálica para utilizarla como escudo primero y como arma arrojadiza después.
Por el ritmo que demanda, siempre en constante movimiento, cómo la banda sonora lo hace todo aún más intenso, y el poder del simio se traslada de la imaginación al golpe de click, la palabra que mejor define a Ape Out es visceral.
A falta de poder jugar la versión final de Ape Out al completo, la prueba que he tenido en mis manos deja más que demostrado que estamos ante uno de esos juegos que va a dar que hablar, aunque sólo sea para aplaudir el despliegue que realiza para convertir su acción en una experiencia sensorial imprescindible.
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