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La revancha del Rey Mono reivindica la aventura clásica con una jugabilidad obsoleta y sin estar terminado. Análisis de The Crown of Wu

Estoy atrapado en The Crown of Wu. No porque no pueda parar de jugar, sino porque no me deja seguir avanzando. Otra vez. Si me hubiese pasado en una única ocasión no me importaría. Borro toda la partida, la empiezo de nuevo (no te dan más opciones) y trato de continuar. Gajes del oficio. Cuando eso te pasa tres veces lo demás ya ha dejado de ser divertido. Pero lo verdaderamente grave es que, incluso en esas, me enfrento ante un juego sin acabar y colmado de grandes problemas.

Permíteme que sea solo un poquito subjetivo, solo esta vez. Escribo estas palabras con más decepción que enojo. The Crown of Wu es la ópera prima de Red Mountain, quienes se apoyan en la plataforma PlayStation Talents para dar forma y salida a su primer proyecto. Dicho de otra manera, conviene tener en cuenta que (pese a contar con sus propias ediciones especiales) es un juego modesto. Y eso se nota desde los compases iniciales.

Y pese a que hay buenos mimbres repartidos por aquí y por allá, ni el juego está terminado ni su jugabilidad cumple con lo mínimo que le debemos pedir a un juego actual. Su apartado visual y artístico juega en su propia liga y, a todos los efectos, a los mandos no se sienten bien. Incluso ante un curioso esfuerzo por aprovechar de los gatillos adaptativos en PS5.

Un salto hacia atrás en los juegos de acción y aventura

Que The Crown of Wu haya caído en mis manos me ha traido más recuerdos que la sensación de estar frente a algo capaz de defenderse ante los juegos actuales. Quizás alguien más joven lo hubiese tratado de otra manera y directamente se llevaría las manos a la cabeza.

En el fondo, muy al fondo, veo el reflejo de esos juegos lanzados antes del cambio de milenio en los que ni te guiaban para avanzar ni te daban facilidades al saltar. En los que la narrativa no necesitaba ser tratada aparte, sino que se integraba entre cajas de diálogo e ilustraciones repartidas a modo de coleccionable. Cuando no existía esa dependencia a los mapas y los radares.

Esos juegos en los que los saltos en los que no te caes por los bordes tienen más peso que los combates, los cuales en The Crown of Wu acaban siendo torpes y no lo suficientemente bien planteados. Lo cual resta todavía más puntos al conjunto, dada la necesidad de resolver de los puzles prescinde (salvo alguna excepción) de esas guías y estímulos colocados para que no nos despistemos demasiado.

Captura en PS5

En consecuencia, a la hora de ayudar al Rey Mono en su viaje de venganza y reivindicación de su propia corona, nos vamos a despistar una barbaridad. Si todo fuera eso, al final es una cuestión de tiempo y observación. Cuando esté disponible, de buscar cómo avanzar por internet. Pero así no deberían funcionar los juegos.

Pero dónde nos vamos a desesperar todavía más en cómo se han implementado las sensaciones a los mandos. Algo que no tiene mucha defensa habiéndose presentado The Crown of Wu hace dos años. Los problemas que arrastra la versión actual, de hecho, no se solucionan con un parche superficial, sino con un rediseño de elementos muy específico del juego y la aventura.

Que conste que que me importa afrontar los desafíos inherentes de The Crown of Wu, que tiene una barbaridad, si no fuese porque la manera en la que su propuesta de juego nos llega viene acompañada de físicas desastrosas, diferentes bugs y problemas, y elementos que estiran innecesariamente la duración de cada tramo.

No a base de repetir una zona hasta que la dominas, sino a base de retrasarte entre un intento y el siguiente. De tenerte dando vueltas como un mono mareado.

Y ya no se trata ni de una metáfora ni tampoco algo que diga a la ligera: más allá de sus escenarios, The Crown of Wu no solo está lejos de ofrecer un pulido a nivel visual (pese a darle uso al unreal engine) o de diseño acorde a lo que uno espera encontrar tras el nuevo milenio, sino que arrastra vicios como letreros o textos que no desaparecen hasta ser eliminado o al toparte con una nueva escena que nunca llega.

Y esa es otra, porque The Crown of Wu interconecta mal la historia que trata de contar. Cuando entras en una mazmorra, y tras el fondo de pantalla que disimula (mal) el tiempo de carga, apareces dentro de la siguiente ubicación con la entrada destruida a tus espaldas. Sin explicación ni nada. Y, sin embargo, aquello que merece una revisión integral del juego no es lo que se percibe desde la pantalla, sino a los mandos.

El verdadero talón de Aquiles de The Crown of Wu: ¡el propio Wu!

El sistema de saltos de Wu, el protagonista, es torpe. Muy torpe. Si a eso le sumamos que el diseño de niveles esté pensado para poder aferrarse a los salientes y no contar con esa opción lo único que consigue es que una zona en la que deberías pasar a la primera y en unos minutos se te atragante una eternidad.

A veces cayendo al vacío, otras impidiéndote avanzar y obligarte a deshacer tus pasos y en ocasiones manteniéndote limitado a base de calambrazos o con los pies en un suelo pegadizo que limita todavía más tus opciones de movilidad y elimina la opción de salto. En otras, además, esa textura pegajosa te deja expuesto, sin salida y agonizando. Sentencia tu partido y tu progreso y te lleva esa insípida pantalla de carga del juego de manera prolongada e inevitable.

Pero lo peor es que ese proceso tiene lugar al fallar un salto mientras estás dando vueltas hasta entender cual es el propósito de cada zona. Una vez adquirí el poder del trueno, el segundo de los cuatro disponibles, me he acostumbré al proceso de pausar el juego y regresar al último punto de guardado en lugar de vivir este innecesario trámite y prolongar lo que no tiene razón ni sentido. Eso no debería pasar.

Una vez carga de nuevo el juego (en PS5) miro con desesperación el escenario de arriba a abajo y de punta a punta en busca de algo nuevo que hacer o que intentar antes de volver a empezar lo que no funcionó antes. Quizás, porque Wu no reaccionó como debería.

El sistema de combate, además, es una calamidad. El gran propósito del juego es recuperar una corona. Te enteras, sobre todo, tras encontrar monolitos con ilustraciones que se cierran mal, o coleccionables que no te aportan nada. Pero cuando tratas de enfrentarte a enemigos menores (que los hay con muy poca frecuencia) nos topamos con un repertorio de combos atrofiado y todavía más limitado por una absolutamente innecesaria barra de resistencia.

Lo cual, por otro lado, lastra un elemento interesante: pese a todas sus malas decisiones, el diseño de los niveles busca ofrecer una atmósfera propia con tramos interesantes. Pero ni parece un juego de PS5, ni tampoco se corresponde con lo que uno espera encontrar de un título de PS4.

Si te quedas atascado tienes que saber una cosa: no hay ranuras de partida. Como en los juegos de hace décadas, si no puedes avanzar por una circunstancia u otra se sobrescribirán los datos guardados. Y a partir de aquí confieso que no habría sabido cómo avanzar si no fuese por que uno de los bugs me permitió sortear una zona mal planteada.

Una consecuencia directa de intentar dejar de lado la lógica y, ante la imposibilidad de seguir avanzando, dedicarme a dar vueltas como un mono hasta dar con la solución. Nunca mejor dicho.

La opinión de VidaExtra

Hay dos cosas muy sencillas cosas que le pido a un videojuego en pleno 2023: que sea entretenido y que se tome en serio el tiempo y la dedicación del jugador. Ninguna tiene que ver con su presentación o el presupuesto puesto en él. The Crown of Wu no cumple con ninguna.

El estado en el que The Crown of Wu nos ha llegado no deja mucho margen de cara a ofrecer una valoración diferente: a nivel de presentación, jugabilidad o diseño está varias generaciones por detrás de lo que se espera en los sistemas en los que estará disponible de lanzamiento. Su manera de estirar las partidas resulta más frustrante que desafiante. Su trama, que la tiene, se diluye pasados los primeros compases.

A partir de aquí, necesito establecer una aclaración totalmente necesaria: no he podido terminar The Crown of Wu. Ni siquiera te puedo garantizar que pueda acabarse. Cuando publico un análisis me aseguro de llegar siempre a los títulos de crédito. En este caso específico, y tras superar el ecuador del juego (dos bugs me permitieron seguir avanzando) tengo muy presente que lo que resta al videojuego no mejorará aquello en lo que ya cojea y lo hace tropezar.

The Crown of Wu no es el mejor debut al que podría aspirar un estudio novel. Sin embargo, si apartamos la gran maraña de defectos nos encontramos con la iniciativa de ofrecer un juego de aventuras y puzles (descarto directamente la acción) complicado de recomendar. Quizás la cosa mejore cuando llegue un parche o dos. Cuando se añada la simple opción de poder agarrarse a los salientes tras un salto.

Pero, hasta entonces, la última aventura del Rey Mono en consolas y PC es un videojuego de aventuras que corta de raíz con todas las lecciones que se aprendieron desde los tiempos de ps1, cuyos los gráficos (quitando los escenarios) me devuelven a los tiempos de pS2 y que he acabado jugando en pS5.

Precio de The Crown of Wu

Actualmente es posible adquirir The Crown of Wu en físico y para PS5 a través de su Legend Edition por 24,99 euros. Las páginas en PlayStation y Steam no muestran el precio final de su edición digital. Por otro lado, y según Meridiem, se espera que también acabe llegando a Xbox. En cualquier caso, no está de más recordar que tanto en PS5 como en PC se ofrece un avance en forma de demo de The Crown of Wu.

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The Crown of Wu Legend Edition

Lo mejor

  • El diseño de determinados niveles recupera la esencia de los juegos de aventuras plataformeros de hace décadas

Lo peor

  • Tanto en lo jugable como a nivel de presentación es una calamidad
  • Está sin acabar: presenta una cantidad poco razonable de bugs y errores

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