Tras jugar cuatro horas a los modos online de Watch Dogs Legion he experimentado de todo: risas, caos, piques y desafíos extremos

Tras jugar cuatro horas a los modos online de Watch Dogs Legion he experimentado de todo: risas, caos, piques y desafíos extremos

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Watch Dogs Legion

Algunos de los lanzamientos que se produjeron el año pasado no llegaron en las mejores condiciones posibles, como por ejemplo el caso de Watch Dogs Legion, donde Ubisoft tomó la decisión de retrasar los modos online unos meses más.

Hoy acaba de hacer oficial su lanzamiento la compañía gala: estará disponible el próximo 9 de marzo tanto en consolas (PS5, PS4, Xbox Series X|S y Xbox One) como en PC (Uplay y Epic Games Store) y Google Stadia. Y tras jugar con otros compañeros del sector, como 3DJuegos, aquí tienes nuestras impresiones.

Caos y risas con DedSec en Watch Dogs Legion

Legion

Tan pronto regresamos a Londres, pero bajo el modo online principal, tocó reunir agentes para tener más posibilidades de éxito, puesto que aquí no contamos con los personajes desbloqueados previamente del modo historia en solitario. Y claro, al contar con cuatro horas para jugarlo a fondo, cada uno de nosotros fue más o menos por lo primero que pilló, siendo en mi caso un agente de Albion para contar con más ventajas en ciertas misiones de infiltración de... Albion, claro está.

Siendo una experiencia cooperativa no evitó que hiciésemos el cafre, porque es lo divertido cuando se juntan cuatro personas con ganas de pasarlo bien. Tan pronto reclutamos al primer agente, cumpliendo una misión previa bastante corta, nos pusimos a causar el caos justo enfrente del pub de DedSec. No paraban de llegar agentes enemigos de Albion, cuyos vehículos se acumulaban en la carretera principal, lo que propició un buen número de explosiones. A lo tonto nos pasamos cinco minutos de esa guisa, por echarnos unas risas y calentar antes de la faena.

En este modo cooperativo se comparte el escenario, pero las misiones son completamente nuevas. Aunque aquí hay que diferenciar las normales, muy similares a las que vimos en la campaña el año pasado, frente a las llamadas Tactical Ops, donde ahí la compenetración es completamente vital y el más mínimo error se puede pagar con tener que rehacer la misión desde el principio.

Las misiones estándar no aportan nada nuevo, salvo el hecho de contar con tres personas más para cumplir los objetivos, lo que facilita mucho la tarea, por mucho que se nos presente algún enemigo más duro por el camino... o haya un mayor número de ellos. La gracia, además, radica también en no contar con restricciones a la hora de desplazarnos por Londres, pudiendo estar libremente en cualquier punto del mapa, sin importar lo lejos que estén el resto de nuestros compañeros.

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Lógicamente, hay actividades que ganan interés en compañía, como el minijuego de dar toques a un balón de fútbol en plan California Games, al picarnos con la puntuación de los demás al verlos en directo. Y es de agradecer que los jugadores se puedan unir en caliente, aunque haya una misión en proceso. Es algo que nos pasó en múltiples ocasiones, al probarlo todavía en fase beta y experimentar varios errores al respecto, sobre todo con el comportamiento de los vehículos.

Tras completar varias misiones estándar y dar unos toques al balón, optamos por el modo PvP Spiderbot Arena, donde cuatro jugadores luchan a muerte con un Spiderbot de movimientos mucho más ágiles que los vistos en la propia campaña de Watch Dogs Legion. Digamos que es como un Call of Duty por su frenetismo e inmediatez, del que hereda incluso las ventajas por las rachas de muerte, hasta el punto de poder conseguir un escudo para seguir siendo los reyes del mambo.

No esperábamos mucho de este modo y al final es el que más nos sorprendió. Es francamente divertido y pica bastante, en parte por contar con un escenario muy cerrado y un montón de cajas con armas aleatorias, lo que propicia que estemos en constante movimiento, saltando y disparando. Por desgracia, todos mordimos el polvo contra un muy inspirado y certero "janito" que no dejó de machacarnos.

Y es que aquí no solamente el uso de cada arma es clave, sino saber jugar la baza de las rachas, por mucho que haya el inconveniente de que el líder podrá ser visto por el resto de jugadores, incluso a través de las paredes. Las armas, por cierto, recuerdan a las de FPS clásicos, como Quake III: Arena. Un toque futurista, pero con regusto añejo, para un modo que puede dar mucho juego y que servirá para desconectar del ajetreo de Londres. Ideal, sobre todo, para partidas rápidas.

Un multijugador que explotará el 9 de marzo

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Volviendo al modo cooperativo, más allá de la libertad para explorar el mapa en compañía de tres personas más, tanto por tierra como por mar o aire, con el dron de transporte, el punto diferenciador lo pone el antes citado modo Tactical Ops, al ser misiones creadas específicamente para jugar en cooperativo. Pero a lo bestia.

La misión que mejor define este tipo de experiencia tan exigente fue precisamente la primera, que nos puso contra las cuerdas en múltiples intentos. Y es que en la llamada "Leader of the Pack" teníamos que dividirnos en dos grupos para completar dos misiones a la vez, con ese punto de unión en el que había que sincronizar la descarga de credenciales sin que nadie la pifiase. Nos costó lo suyo, puesto que los enemigos aquí son más duros y no resulta fácil asegurar las zonas.

Sobra decir que el más mínimo error nos obligaba a rehacer esta misión principal desde el principio, lo que nos dio muchos quebraderos de cabeza, puesto que si caía uno del equipo, caían todos. No es algo que suceda en todos los tramos de esta misión o de otras posteriores, pero sí que veremos puntos críticos que hay que respetar, al igual que zonas de sigilo en las que hay que evitar a toda costa que nos detecten para no fallar la misión. Y ahí ya os imagináis la fiesta, claro.

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Por suerte, los cuatro fuimos de menos a más, aumentando la compenetración, sin ir a lo loco, especialmente en cierta misión contra los drones más letales de todo el juego, teniendo que ser pacientes con la investigación y el hackeo, hasta que llegó la traca final. La satisfacción no tiene precio, también por el sufrimiento en misiones que no son cortas, precisamente, con el inevitable miedo de tener que rehacerlas por completo si fallamos... que se dio en múltiples ocasiones, sí.

Con más tiempo, habríamos usado la influencia para reclutar a más agentes, como el socorrido espía del MI6 (si nos arrestan o matan, toca cambiar de agente a la fuerza, por supuesto), o mejorar todas las ramas de tecnología, tal y como hicimos en la campaña principal. Porque está claro que cambia bastante el asunto en ciertas misiones si contamos con la opción de hackear los drones estándar, como vimos posteriormente, en concreto en una misión en la que, tras desbloquear un panel con cuatro llaves, nos enfrentamos a muchas oleadas.

Cuatro horas dieron para mucho, en cualquier caso. Se nos fue el mayor tiempo en Tactical Ops, desde luego, pero fuimos superando las misiones más difíciles a base de tesón y paciencia, siendo un contraste muy atractivo respecto al juego principal. Y por suerte quedan un par de semanas para echarle el guante a la versión final del multijugador de Watch Dogs Legion como actualización gratis.

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