Análisis de Jurassic World Evolution: cómo ser John Hammond y que tus visitantes no mueran en el intento

Análisis de Jurassic World Evolution: cómo ser John Hammond y que tus visitantes no mueran en el intento

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Análisis de Jurassic World Evolution: cómo ser John Hammond y que tus visitantes no mueran en el intento

Como ya he comentado en alguna ocasión, los juegos de gestión son casi un problema para mí por culpa de lo mucho que me engancho a ellos. Habiéndome criado entre muñecos de dinosaurio, de aquellos firmes y duros que podían servir como arma arrojadiza ante un jurado popular, era de esperar que tarde o temprano acabase cayendo en las garras de Jurassic World Evolution.

Detrás del juego, una aproximación a la idea de crear un parque de atracciones y gestionarlo con dinosaurios como principal baza, está la gente de Frontier, que ya demostraron su buen hacer con el que, probablemente, sea el mejor juego del estilo que podemos encontrar actualmente, el infinito Planet Coaster. Estamos ante gente que sabe lo que hace.

Aprendiendo a ser John Hammond

El equipo de Jurassic World Evolution no inventa aquí nada, y basándose en las últimas películas de la franquicia nos pone a trabajar en la idea de gestionar y mejorar las distintas islas que conforman el imaginario de la película. A modo de tutorial, iremos saltando de una a otra manteniendo nuestro progreso y desbloqueos, pero enfrentándonos a retos distintos que nos ayudarán a comprender mejor el total de la ecuación.

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Empezamos por lo básico y fácil para acabar saltando a islas en las que los temporales son mucho más peligrosos, el espacio es mucho más pequeño o la quiebra ha llegado al parque y tenemos que remontar la situación. Cumpliendo una serie de objetivos o mejorando la puntuación del parque, se desbloqueará la siguiente isla.

Para ello deberemos tener un Jurassic Park ejemplar, claro, plagado de dinosaurios que sepan convivir entre ellos, con tiendas y restaurantes que sepan tener distraído al público, con equipos de seguridad que mantengan al público protegido. Todo lo que necesitarías en un Disneyland con dinosaurios, con la diferencia de que aquí las atracciones se comen a tus visitantes.

Lo más importante para evitar el desastre es tener dinosaurios calmados, lo que implica crear el hábitat perfecto para cada uno de ellos. El Rex prefiere la soledad, merendar cabras que correteen por allí y contar con más pradera que bosque. El Brachiosaurus no tiene el pico tan fino, pero sí necesita grandes extensiones de bosque y prefiere vivir en compañía. Si están contentos, es menos probable que decidan destrozar una valla para asustar (y degustar) a tus visitantes.

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Jurassic World Evolution frente a Planet Coaster

Llegar a Jurassic World Evolution desde Planet Coaster es bastante desesperanzador. No porque la propuesta de Froniter con los dinosaurios sea mala, ni mucho menos, pero sí está muchos escalones por debajo en lo que a profundidad se refiere. Los contenidos, más allá de un saco casi inabarcable de espectaculares dinosaurios, son escasos, y eso se acaba traduciendo en parques menos agradables a la vista.

Olvidáis aquí de animación, baños, decoración y cualquier cosa que se salga de lo más básico. Tenemos distintas oficinas de control, electricidad, cercas de dinosaurio y diversión de los participantes, así que la principal diversión cuando el parque está más o menos controlado y estás a la espera de que los ingresos lleguen a cierto punto, está en pasear con el jeep, el helicóptero o trabajar en los genomas de los dinosaurios para que crearlos sea más fácil y su modificación genere más puntos.

A base de misiones, tocará tener contentas a tres facciones: ciencia, entretenimiento y seguridad; y aquella que descuides será la que provocará que te encuentres con un "no has dicho la palabra mágica" en forma de sabotaje a tu red eléctrica. Mantenerlos contentos es fácil, especialmente porque si alguna de las misiones que te presentan no te convence, puedes descartarla y conseguir una nueva un par de minutos después.

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El mayor problema, o al menos el que más me ha molestado a mí, es que en comparación con Planet Coaster el tamaño de los parques es ridículo. Los dinosaurios necesitan mucho espacio y las islas están formadas a base de caminos muy estrechos y excesivas limitaciones de tamaño. Habría preferido algo más de coba en ese sentido, pero entiendo que frente a una dificultad muy adaptada a público que viene de juegos de móvil o no controla en exceso, crear agobios y tenerlo todo más a mano es parte de la estrategia.

La opinión de VidaExtra

No me imagino a un fan de Jurassic Park poniéndole pegas a Jurassic World Evolution. Puede hacerlo. Puede acordarse de la falta de profundidad, de lo absurdo de algunas misiones, de lo incómodo de ciertas esperas, de lo fácil que es engañar al sistema de dinero del juego, pero al final acaba primando lo que probablemente ha hecho que te intereses por él, la idea de crear tu propio Parque Jurásico.

Exquisito en el control con mando (salvo si quieres disparar dardos tranquilizantes a un Gallimimus desde un helicóptero), jugarlo es muy cómodo y está lo suficientemente adaptado para que viejos y nuevos jugadores del género puedan disfrutarlo de forma distendida. En esa búsqueda de resultar simpático al mayor número de gente posible ha perdido gran parte de la ambición que ya había demostrado tener Frontier, pero entiendo que es el precio a pagar cuando trabajas con una licencia como la de Jurassic World Evolution. No me extrañaría nada que hayan sido Universal y Amblin las que le hayan cortado las al equipo a la hora de no reparar en gastos.

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