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Análisis de Pacific Drive, un increíble viaje de supervivencia por carretera que no ha sido como me esperaba

Viajar por el mundo de Pacific Drive ha sido increíble, pero también un siniestro contra el amargo muro de la realidad

El mes de febrero (2024) ha sido muy emocionante en cuanto a lanzamientos de videojuegos. Hemos tenido desde grandes alegrías como Helldivers 2 hasta grandes polémicas como Skull and Bones. ¡Por no hablar del esperadísimo Final Fantasy VII Rebirth! Esta vez, dejo de lado a los mastodontes y la autovía de la popularidad para moverme por carreteras secundarias con Pacific Drive.

Hacía tiempo que seguía la propuesta de Ironwood Studios: un videojuego de supervivencia y aventuras que gira alrededor de una Buick Electra Estate Wagon (40s-60s). Su ambientación también me llamó la atención porque tiene un rollito S.T.A.L.K.E.R. y Metro muy interesante, aunque nunca imaginé que fuese a tener tantas similitudes. Y no creo que sea del todo positivo.

Fue a comienzos de enero cuando dediqué alrededor de 10 horas a la demo de Pacific Drive y os conté cómo fue mi experiencia. Mantengo cada una de mis palabras e incluso sus responsables han arreglado la mayoría de mis quejas, especialmente aquellas relacionadas con la iluminación. Y quizás mi decepción o confusión al jugar a la versión final se debe a que han sido experiencias muy diferentes.

Pacific Drive: furia y miedo en la carretera

Ironwood Studios ha conseguido que aborrezca Pacific Drive tanto como lo amo. Me alegra mucho deciros que el apartado gráfico y el rendimiento en la versión de PS5 es casi ejemplar. Solo he tenido algunas rascadas muy puntuales en el framerate, pero nada de crasheos, tirones, carga de texturas... En este sentido, solo puedo hablar maravillas. Además, su apartado artístico es bellísimo.

Captura durante la exploración

La historia es genial y muy original, aunque estoy seguro de que muchos jugadores van a terminar el juego sin haberse enterado de todo lo que ocurre. Y no les culpo: leer subtítulos con párrafos de tres, cuatro y cinco líneas en la zona superior de la pantalla mientras conduces es la antítesis de la comodidad. Además, la supervivencia suele dificultar el seguir la historia en muchos casos. Siempre es preferible no estampar el coche a leer subtítulos. He tenido que parar el coche muchas veces para atender a los diálogos, de ahí que haya tardado más en completar la historia y traer este análisis.

Sin entrar en spoilers o destripes, basta que sepáis que Pacific Drive nos pone en la piel de una mujer que sufre los efectos de una anomalía cerca de una zona de exclusión radiactiva (Península Olímpica, EEUU). Se ve envuelta en una trama rocambolesca de experimentos fallidos, conspiraciones del gobierno, fuerzas que desafían la lógica y una bonita Buick Electra Estate Wagon.

Captura de los subtítulos

Sobreviviendo en la carretera

La experiencia de Pacific Drive es muy peculiar. A nivel jugable, todo gira en torno a dos apartados que se relacionan entre sí: avanzar por el mapa para descubrir qué está ocurriendo y obtener mejoras/materiales para nuestro coche, y mantener/mejorar nuestro coche para poder seguir avanzando por el mapeado. Conducir es la acción predominante, pero rapiñar materiales a pie y meter horas de llave inglesa en el taller son otras dos acciones que no se quedan atrás.

Si esperáis una aventura introspectiva, pausada y llena de reflexiones profundas como Firewatch, os equivocáis estrepitosamente de juego. Os lo dice alguien que se ha pegado un bombazo monumental contra esta realidad. Ironwood Studios ha conseguido que pierda años de vida y debo reconocerles su maestría al saber dónde cortar en la demo: justo donde comienza el infierno de Pacific Drive.

Captura del mapa (incompleto y sin spoilers) de Pacific Drive

Avanzar por la Península Olímpica tiene su rollo roguelike. El mapa está dividido en decenas de zonas, que hacen las veces de intersecciones. Cada una es un mapeado de tamaño medio con su propia estructura, geografía, características y entradas/salidas. Para desbloquear la zona hay que estabilizarla y activar un portal, lo que te devuelve al taller o punto de partida.

¡Y aquí viene lo gracioso! A medida que avanzas y vuelves al taller, debes hacer nuevamente el recorrido (sin viajes rápidos) para llegar al siguiente punto. Me explico: si desbloqueas la intersección 5 de tu ruta, debes volver a pasar (entrar/salir físicamente) de las intersecciones 1, 2, 3, 4 y 5 para llegar a la 6. El único atajo es desbloquear las autovías (intersecciones concretas) que cuentan con sus propios mapeados: una recta sin muchos obstáculos, lo que no quiere decir que no consumas gasolina y puedas dañar el coche con las anomalías.

Tengo sentimientos encontrados con esta forma de estructurar el viaje: creo que es una propuesta original en un momento en el que casi todos los videojuegos facilitan tanto el viaje rápido y que añade un desafío interesante, pero también se siente extremadamente repetitivo en algunos momentos.

Captura de los restos del coche al morir o fallar un portal

No ayuda que el progreso no se guarde cuando mueres o no llegas a atravesar el portal: se pierde la mayoría del inventario (o no, si lo marcas en las opciones), varias piezas del coche y encima hay que volver a hacer tanto el trayecto como la misión. Puedes recuperar el inventario, pero se queda donde mueres... así que no supone un consuelo. Quizás es mi percepción, pero creo que el castigo de morir o no lograr los objetivos es desproporcionado.

Y los bugs no ayudan: he muerto hasta 4 veces en lugares muy avanzados porque el portal de salida no me ha detectado. Una casi al final del juego. Me devolvió al taller sin inventario y solo con dos ruedas. Otra intentando sacar un trofeo: pide entrar en un portal estando suspendido en el aire. Pasé por el centro y no me detectó, caí justo en el borde y morí al dar marcha atrás para acabar de meter el coche. Podéis verlo en el último clip del gameplay del análisis (abajo).

Resulta que el apartado de supervivencia de Pacific Drive es mucho más pronunciado de lo que parecía en la demo. Las cosas se ponen más complicadas a medida que avanzas por la Península Olímpica, lo que implica un desgaste mucho mayor del coche. Es algo normal y acertado. Las mejoras de las diferentes ramas en el árbol de habilidades (motor, protecciones, almacenamiento...) del coche ayudan mucho a sobrellevar el viaje. ¡Y la radio! Ese chisme me ha salvado la vida.

Captura del coche después de morir por un fallo de portal

Sin embargo, creo que Ironwood Studios falla en muchos momentos al equilibrar la recompensa y el castigo del desafío de avanzar. Me ha decepcionado un poquito la cantidad absurda de anomalías que puede llegar a haber en un mapa, provocando un desgaste deliberado del coche y un consumo de materiales que roza lo injusto.

No me molesta que me obliguen a farmear un poquito (que en muchas zonas tampoco puedes porque las anomalías no dan ni un respiro) y así añadir unas cuantas horas, pero me decepciona un poco que Pacific Drive no haya sido lo que parecía: un videojuego donde nuestras acciones sean la principal fuente de penalización. Tomes o no buenas decisiones, eres castigado solo por desgaste. Varias de las decenas de anomalías te van a dar solo por probabilidad y escapar de la zona inestable hacia cualquier portal suele resultar en daños asegurados.

En conclusión: juegazo, pero no lo que esperaba

Creo que Pacific Drive es un juegazo y cumple con mis expectativas en la mayoría de apartados. Las físicas funcionan increíblemente bien. Me fascina todo lo relacionado con la mecánica del coche: el sistema de piezas, desgaste, materiales y fabricación es soberbio. Su ambientación es sencillamente perfecta, el apartado gráfico y el rendimiento casi impolutos, el sonido y la banda sonora (radio) me han dado la vida durante los viajes, y la historia ha conseguido robarme varias horas de reflexión durante mis paseos vespertinos.

Captura del paso de la primera a la segunda zona

Sin embargo, tiene flaquezas muy evidentes: bugs, errores y directrices que no quedan claras, algún problema puntual con los trofeos en la versión de PS5, subtítulos mal planteados y una estructura de viaje que puede sentirse repetitiva en algunos momentos.

Entrando en un terreno mucho más personal, creo que Pacific Drive tiene un problema de equilibrio en su experiencia: la recompensa de avanzar no pesa lo mismo que el riesgo de hacerlo, concretamente el castigo que te impone por fallar. Tampoco ofrece respiros en localizaciones avanzadas para explorar, rapiñar materiales o sencillamente apreciar los paisajes, al menos no tanto como esperaba.

Entiendo que deba haber más hostilidad en las zonas más candentes, pero creo que las anomalías pierden todo su sentido cuando dejan de ser anómalas. Apostar por la cantidad para desgastarte deliberadamente era lo fácil. Lo difícil era hacer menos anomalías, pero más complejas y con mayor impacto, y que caer en ellas fuese fruto de una decisión propia y no de alguien en pánico porque hay otras cinco pisándole los talones.

Captura del taller

En varias ocasiones, he llegado al punto que me ha dado igual la historia, apreciar los paisajes, explorar o mantener el coche. Mi único objetivo era desbloquear rápido la zona para avanzar, porque no tenía ni un respiro y no quería volver a pegarme un viaje de 1-2 horas reales. Literalmente pensaba: "mientras funcione el motor y las ruedas, que reviente el resto". No lo pasaba bien.

Quizás Pacific Drive no es para mí o lo he jugado en un momento en el que no tengo una predisposición adecuada. No descarto empezar otra partida más adelante durante unas vacaciones, cuando pueda dedicarle todo el tiempo del mundo. Quizás os cuente dentro de un tiempo.

En cualquier caso, es un juegazo y reafirmo mis palabras durante las primeras impresiones: no es una experiencia para consumir rápido y pasar al siguiente. Requiere compromiso, dedicación y mucha paciencia. Es una aventura mucho más profunda y exigente de lo que aparenta. La expresión "sobrevivir en la carretera" nunca había tenido tanto sentido.

Helldivers 2

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