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Análisis de Escape Academy, la fiesta de las escape room de la que lamento haber escapado

Lo mejor de probar un rompecabezas nuevo es desentrañar el misterio que lo envuelve y comprenderlo a la perfección. Lo peor es cuando ya has acertado la solución, lo cual significa que no hay motivos para volver a intentarlo. Esta es el arma de doble filo que maneja Escape Academy.

La obra de Coin Crew Games nos lanza a realizar toda clase de escape rooms en una suerte de Hogwarts donde aprender todas las artes imprescindibles del escapismo. Como advenedizo en tal disciplina, me he limitado a escuchar, asentir y disfrutar a lo largo de su docena de niveles.

Trabajo en equipo

Tanto en la primera ocasión en la que la desarrolladora me permitió catar las virtudes de cada una de las habitaciones, como en mi primera partida completa, no he dudado. La experiencia de Escape Academy debe vivirse de forma casi obligatoria en compañía. Ya sabemos que dos mentes piensan mejor que una.

Podéis jugar perfectamente solos, pero os aseguro que poder comunicaros con otra persona para resolver los acertijos es muchísimo más divertido. Cooperativo a pantalla dividida, ya sea en formato online o local, para poder tener claro el campo de visión del compañero.

La trama de la escuela es sencilla, básica y con escaso peso. Apareceremos en nuestra habitación antes de enfrentarnos a cada nueva escape room, la cual se va llenando de trofeos, posters y otros elementos decorativos que muestran nuestros avances a lo largo de los niveles. Sin embargo, todo funciona a través de un sistema de point & click que se siente demasiado vacío.

No se puede hacer prácticamente nada, más allá de hablar con algún profesor o alumno y observar las estancias que conforman el recinto. Por tanto, la única tarea es la de encontrar la forma de escapar de cada lugar para llegar a la siguiente zona.

Con todo, desenvolverse en la academia precisa de la mayor cantidad de miradas posible. A pesar de que puede parecer confuso en un principio, lo cierto es que es todo un acierto mostrar lo que está viendo la otra persona. En un momento dado querrás introducir un código en una caja fuerte y con tan solo mirar a la pantalla de la otra persona, podrás meter la secuencia de forma sencilla.

Plan de estudios

Una vez tenemos todo el material escolar preparado, es el momento de lanzarse a la acción. Las escape room de Escape Academy están tematizadas según el profesor que se encarga de impartir la clase. Evidentemente, todos ellos son extremadamente peculiares y con personalidades únicas, por lo que podemos esperar pasar desde infiernos informáticos hasta bibliotecas en llamas.

Siempre tenemos un contador de tiempo en la parte superior señalándonos lo que resta hasta que nos llevemos un cero patatero para casa, pero hay situaciones más peliagudas. Qué mejor que trabajar bajo presión sabiendo que el agua está subiendo, te moja los pies y pronto alcanzará la altura del cuello.

El título se encarga de añadir un extra de nerviosismo al saber que tenemos que desactivar una bomba o llegar a un punto concreto antes que la alumna más sabionda de la academia. En esos instantes es cuando el ingenio sale más a relucir y todo basándose en ejercicios de lógica.

Y es que una de las características principales de las escape rooms en la vida real es que no tienes claro, en principio, qué es lo realmente importante de la habitación. Has de investigar, probar y ser perspicaz a la hora de discriminar qué objetos debes tener en cuenta.

En Escape Academy se ha optado por apartarse completamente de esta faceta, ya que en todo momento es más que evidente a qué elementos hay que prestar atención. Sí que existe una pequeña pizca de exploración para encontrar recursos ocultos, pero es una pura anécdota.

Ojo, nada de esto le resta ni un ápice de diversión, pues centrarse exclusivamente en estrujarse el cerebro para desenmarañar un patrón es realmente satisfactorio. Sin embargo, hay puzles que nos harán echar humo por la cabeza.

Siempre podemos pedir ayuda y consejos a los profesores si nos vemos muy atascados en algún punto y ni por esas mi compañero y yo hemos sido capaces de averiguar qué había que hacer. Probablemente se trataba de una enajenación mental común, pero no deja de ser frustrante no resolver lo que parece evidente.

Una vez finalizamos cada habitación, recibimos una calificación que tiene en cuenta cómo nos hemos desempeñado en la tarea. Si el profesor nos echó un cable, se restan puntos. Si acertamos correctamente cada paso, mejor nota. Si no recurrimos a pedir más tiempo extra, nos llevaremos un sobresaliente al bolsillo.

No tiene ninguna trascendencia la puntuación que obtengamos, más allá de retarnos a nosotros mismos para volver a la escape room y salir de allí todavía más rápido de lo que lo hicimos.

La opinión de VidaExtra

El único problema de haber huido de las estancias de Escape Academy es no poder volver a visitarlas con el mismo misterio que en un inicio. Coin Crew Games ha creado un excelente divertimento al que sacarle jugo junto con amigos, que si bien no recrea exactamente la experiencia de una escape room real, sí que nos recompensa con divertidos rompecabezas.

Una docena de salas que se pueden superar en unas cuatro horas y que normalmente te llevan de la mano hacia el siguiente paso a realizar. Es una pena que se sienta tan vacío el resto del juego, pues un escenario con tantas posibilidades como una academia del escapismo se ha quedado en poco menos que un fondo de pantalla.

Implora el juego por más habitaciones por resolver y eso es lo que precisamente llegará a la obra gracias a la hoja de ruta programada. Los motivos para regresar a su interior son pocos y nutrir al título de nuevos desafíos es precisamente el alimento que necesita.

Escape Academy


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