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He jugado cinco horas a Titanfall y esto es lo que me he encontrado

Tras algo más de una hora dando ánimos a Xbox One para que la barra de progreso de la descarga avance a mayor velocidad, el característico pitido de la consola me indica que ya está, que después de haberlo estado esperando durante meses 'Titanfall' ya está instalado en mi consola y voy a poder comprobar si Respawn merecía o no la emoción contenida.

Se trata de la beta, un bocado de lo que finalmente será 'Titanfall' que no podemos valorar como grande o pequeño hasta no saber lo que esconde realmente el juego final. La personalización de clases tanto a nivel de pilotos como de titanes es justa, los modos de juego se reducen a tres y sólo un par de escenarios nos permitirán ver de qué pasta está hecho. Poco pero suficiente.

Primeros pasos con la beta de Titanfall

La prueba, como suele ser habitual en estos casos, es algo parca en su presentación, sólo el logo de la distribuidora y el de la desarrolladora sirven para dar inicio al juego, que nos invita directamente a pasar por el tutorial para que aprendamos lo básico antes de tirarnos al campo de batalla.

Controles simples que tenemos más que interiorizados tras una generación de shooters genéricos y un sistema de parkour que aunque sin los automatismos de un 'Assassin's Creed' está a kilómetros de la dificultad (y posibilidades) de 'Mirror's Edge'.

Aquí todo va de correr y saltar, así que si combinas ambas acciones de cara contra una pared subirás por ella, y si lo haces desde el lateral la recorrerás hasta que las piernas no den para más. Tampoco hay problemas con los agarres a salientes, que en el único momento que ponen trabas es al calcular si el doble salto que ofrece el jetpack me permitirá estar lo suficientemente cerca para realizarlo.

Una pistola de apuntado automático sobre la que correrán ríos de tinta (y no para mal, ojo, pero ya hablaremos de ella), los primeros compases sobre el titán en un escenario controlado y venga, palmadita en la espalda y al patio a jugar, que la campana lleva sonando desde hace rato y las lecciones del tutorial me están pidiendo práctica a gritos.

Titanes contra pulgas

No hay ni rastro de esa historia integrada en el multijugador, posiblemente uno de los temas que más dudas me sigue despertando, pero siendo una mera beta es comprensible e incluso se agradece que vayamos directos a la acción.

Eso supone escoger un modo de juego en una decisión que estaba clarísima desde el principio, un duelo por equipos y que fluya la sangre, así que tras un inicio algo lento al encontrar partida (no me ha vuelto a ocurrir) y la selección de clase, mi piloto salta de la nave dispuesto a llevarse algunas vidas en el contador.

Lo aprendido durante el tutorial funciona a las mil maravillas. Me encuentro en una ciudad de calles estrechas y pavoneo delante del televisor al haber dado el primer salto y conseguir entrar por una ventana sin chocarme. Lo de correr por las paredes también me funciona y combinando unos y otros acabo saltando por los tejados recorriendo el escenario en busca de un pobre diablo con el que estrenar mi fusil.

Veo un grupo de enemigos, deben haber unos cinco, así que apunto y aprieto el gatillo disfrutando de una ametralladora cuyo peso impide que la ráfaga se mueva en exceso. Ya es difícil mantener la vista centrada cuando vas corriendo por las paredes y tus enemigos hacen lo propio, así que no han debido querer poner demasiados impedimentos a los duelos.

Caen rápido, son meros Grunts, esos bots que sin ser completamente estúpidos permiten que un recién iniciado como yo reste algunos segundos al marcador que anuncia la llegada de mi titán. Ayudan a mantener vivo el escenario, a que los puntos fluyan con mayor facilidad y, sobre todo, a despertar los disparos de los enemigos para que el minimapa se convierta en un hervidero de puntos rojos a los que perseguir.

La lección la aprendo al instante, porque pese a esa primera matanza alguien se ha percatado de mi posición y no tarda en mandarme al otro barrio en cuestión de segundos. Correr y saltar, aquí el blanco fácil es el que se queda quieto y no puedo decir que me disguste la idea.

Consigo salir airoso de una reaparición que casi me deja vendido frente a un enemigo, pero como venía asustado de mi reciente muerte el recorrido del dedo en el gatillo ha sido casi automático. Menos segundos para el crono del titán y sigo paseándome por la ciudad.

Acabo con más bots, que aparecen constantemente para que no hagas dos saltos sin encontrarte con algo a lo que disparar, acabo llevándome la cabeza de algún piloto enemigo de recuerdo y sin haberme percatado del cambio en la barra de carga el sistema me avisa que mi titán ya está listo para caer.

Mi gran amigo Titanfall

Apunto a la ubicación deseada y pulso abajo en la cruceta para quedarme embobado mirando al cielo. El que eleva la cabeza es el avatar virtual pero por alguna extraña razón soy yo el que deja la boca abierta, como en un acto reflejo mientras el ruido de los cascos que llevo puestos anuncia el aterrizaje del titán.

Me acerco corriendo y salto mientras pulso el botón X, deseoso de conocer qué animación me introducirá en el titán, si la mano que te mece hasta el interior o la simple apertura de su frontal. Resulta ser esa en la que mi piloto entra por la parte superior como si de un tanque se tratase, y los segundos siguientes acaban dando razón a ese paralelismo.

A menos velocidad pero con una agilidad aceptable, gracias dos pequeñas barras que me permiten dar un empuje a la velocidad del monstruo de metal en cualquier dirección, empiezo a moverme por el escenario, a disparar a diestro y siniestro, a esconderme como un perra para intentar que el escudo vuelva a funcionar, a reventar pilotos que van saltando de edificio en edificio y a usar mi campo magnético para atraer los misiles lanzados por mi enemigo y devolvérselos en una escena épica en la que su piloto acaba saliendo por los aires tras la explosión.

Mi titán ha quedado sensiblemente dañado, así que el robot gigante que sigue a ese que acabo de liquidar lo tiene fácil para obligarme a hacer lo propio antes de que ambos acabemos hechos trizas. En medio del vuelo provocado por el asiento eyectable activo el camuflaje óptico e intento justificar mi caída con el jetpack para acabar subido sobre la espalda de ese bastardo aprovechado.

Aún sin tener muy claro cómo lo he hecho me encuentro abriéndole la trampilla superior y disparando a quemarropa sobre sus circuitos hasta que explota lanzándome otra vez por los aires.

Buenas sensaciones tras las primeras horas

No me ha ido especialmente mal esta primera contienda, pero el juego anuncia que mi equipo ha perdido y nos insta a huir desesperadamente hasta la nave que nos llevará a un nuevo combate. Por el camino acabo con algunos bots y aprovecho para fliparme demasiado con los saltos, provocando que acabe en el suelo en vez de en el próximo tejado, pero la nave ya está lo suficientemente cerca y un último sprint me sitúa bajo ella, sólo a la espera de un último impulso que me traslada hasta su interior provocando, ahora sí, el final de la partida.

No ha estado nada mal, quería un multijugador que me permitiese disfrutar de partidas locas pero que también ofreciesen cierta estrategia, algo válido para echar unas risas con los amigos pero también para plantarte una tarde a superar distintos desafíos en solitario.

Seguiré jugando para ver qué más puede ofrecer esta beta, pero aunque no tocase más el mando durante este periodo de prueba, con lo poco que he visto hasta ahora, no tengo ninguna duda de que 'Titanfall' va a ser el multi al que me voy a enganchar durante los próximos meses.

Atentos al primer contacto que publicaremos pronto.

Plataformas: PC, Xbox 360, Xbox One (versión analizada) Desarrollador: Respawn Entertainment Distribuidor: EA Lanzamiento: 13 de marzo de 2014) Precio: 69,95 euros (en Amazon, por ejemplo, lo tienen por 59,84 euros)

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