El día que juegas a ‘Ori and the Will of the Wisps’ y descubres a qué quieres dedicarte

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Seguro que a más de uno de vosotros le ha pasado. Estáis jugando tranquilamente, avanzando entre niveles, fijándoos en pequeños detalles y una voz en la cabeza os dice «esto es lo que quiero hacer de mayor». ¿El qué? Diseñar videojuegos, pensarlos, dibujarlos, escribirlos, lo que sea.

Después pasan los años y descubrís que no es tan sencillo: tendréis que estudiar un montón y cada departamento está especializado en una rama del desarrollo. Pero volvéis a jugar y ahí sigue esa sensación, lo tenéis claro: «esto es lo que quiero hacer». Y es que, si hay algo que logran despertar los grandes juegos es la inspiración.

Ori and the Will of the Wisps’ es un buen ejemplo: la perfección de una fórmula y un salto de gigante, según sus propios autores, respecto a la primera entrega. Si ‘Ori y el bosque ciego’ bebía de clásicos como ‘El Gigante de Hierro’ y emparentaba con el arte de los últimos ‘Rayman’ o ‘Child of Light’ (UbiArt), esta nueva iteración amplifica su propia mitología y, al estilo de las mejores películas del estudio Ghibli, nos transporta a un mundo único.

¿Se ha hecho en España algo así? ¿Deben emigrar aquellos que sueñen con ver su nombre en los créditos de un videojuego como este? La respuesta a esta última pregunta es no. España cuenta, por ejemplo, con algunos de los mejores ilustradores y expertos en concept art del mundo: Conrad Roset, Paula Bonet, Sergi Brosa, María Herreros, Igor Heras o el genial Óscar Ibáñez, profesor de CEV y artista digital, entre otros.

El sector del videojuego en España

Además, si alguien cree que la industria del videojuego no es rentable, no puede estar más equivocado: en 2018, la facturación del sector fue de 1.530 millones de euros, un 12,6% más que en 2017. Se trata de una tendencia positiva que comenzó en 2015 y ha logrado sus mejores resultados, desde 2009, en los días pre-crisis. Asimismo, por cada puesto generado por esta industria se crean otros 2,6 en otros sectores, representando el equivalente al 0,12% del PIB.

Robertnvarrete

Además, su huella cultural no deja de expandirse. Decenas de hilos en ResetEra o Reddit hablando de ‘TemTem’, «el Pokémon español», recaudaciones de récord con el juego sevillano ‘Blasphemous’, portadas internacionales ilustradas con imágenes de ‘GRIS’, el hito de Nomada Estudio publicado por Devolver Digital, o los ya clásicos ‘Maldita Castilla’ o ‘Rime’, el preciosista juego de aventuras de Tequila Works — estudio en el que trabajó Santi Elrich, profesor de CEV—, estéticamente emparentado con Ori o varios Zelda.

Sí, estamos hablando de los study cases, los éxitos que flotan en la superficie, pero tras esa capa coexiste un ancho océano de talentos e ideas que bregan por escribir su propio párrafo en una industria muy competitiva. No olvidemos que en 2019 se lanzaron 8.300 juegos solo en Steam. Sumando otras plataformas, licencias exclusivas además de PC y lo publicado en webs como Itch.io, podemos contabilizar unos 20.000 lanzamientos (solo en un año).

Contra viento y marea, muchos nombres propios destacan sobre el resto: ‘The Red Strings Club’ y su narrativa adulta, el adictivo ‘They Are Billions’, el exclusivo de Google Stadia ‘Gylt’ o el rogue-liteMoonlighter’, de los valencianos Digital Sun, todo un acierto comercial en Nintendo Switch. Que nadie os diga «eso no se puede hacer» o «eso no va a funcionar».

Haciendo escuela

Cev Irene

La única forma real de sostener un sólido andamiaje industrial es invirtiendo en sus pilares maestros. Dicho de otro modo: la escuela se hace construyendo escuelas y asistiendo a escuelas. Los talentos de hoy van a diseñar los juegos que disfruten la generación de mañana. Y al igual que hemos visto que invertir en videojuegos es rentable, también lo es trabajar en ellos.

Además, existe una importante ventaja respecto a décadas pasadas, a los días de ‘La Abadía del crimen’ y el ‘Abu Simbel, Profanation’. Hoy existe una formación específica, herramientas optimizadas —con motores como Unity, Maya, ZBrush o After Effects— y un montón de formación que nos brinda la oportunidad de aprender sin tener que volar a una de esas «capitales del videojuego», como Montreal, Tokio, San Francisco o Austin.

Javier Blazquez Cev

En España contamos con la infraestructura de CEV. Una escuela que ha formado a más de 25.000 alumnos desde 1975 y que cuenta con un profesorado joven y que trabaja en las grandes compañías del sector, como Jorge Barrero, Santi Erlich o Gabriel Muñoz. En la actualidad cuentan con ocho titulaciones/cursos de distinta índole focalizadas en el mercado de los videojuegos.

Formación online o presencial

CEV ofrece tanto formación online como la posibilidad de optar por cursos presenciales en sus centros de Madrid y Barcelona. En cuanto a la primera, su plataforma online incorpora herramientas que permiten que el alumno acceda a un aprendizaje autónomo, entrando desde donde quieran, sin horarios y con la máxima flexibilidad. Con una formación eminentemente práctica a través de materiales didácticos interactivos e intuitivos para cada módulo, el plan de estudios se adapta a la disponibilidad y necesidades de cada estudiante, ofreciéndoles además licencias de todos los software que utilizarán.

Tras dos años de formación en remoto y un examen práctico en Madrid, Barcelona o Linares, será posible obtener la doble titulación española-británica de Técnico Superior en Animaciones 3D, Juegos y Entornos Interactivos a Distancia.

Por su parte, para quienes busquen un curso presencial, en sus centro de Madrid y Barcelona imparten la doble titulación de Técnico Superior en Animaciones 3D, Juegos y Entornos interactivos. Se trata de entornos reducidos, clases de 20 alumnos, en las que aprenderán a utilizar programas como ZBrush, Maya, 3ds Max, Substance Painter, Unity, Photoshop, After Effects y Premiere.

Su sistema docente está fuertemente enfocado en trabajos y entornos reales, lo que evoca mayor satisfacción en el alumnado, que puede meterse en harina e implicarse en algo que replicará a futuros, ganando en seguridad y conocimiento práctico de cara al mercado laboral.

Cabe apuntar que CEV cuenta con demostrada alta empleabilidad, ya que cuenta con su propia bolsa de trabajo para alumnos, más de 200 convenios y una oferta con el Plan Erasmus. Además, es un centro acreditado con Titulaciones Oficiales Británicas BTEC Higher National Diploma (HND), y colaborador de la Teesside University, lo que permite a sus alumnos realizar intercambios y seguir formándose en un Bachelor Degree británico.

Así que, si títulos como ‘Ori and the Will of the Wisps’ han conseguido inspiraros, no lo penséis más: formaros en los que lo más os gusta. Quizá el juego favorito de toda una generación, como ya fue ‘Grim Fandango’, ‘Final Fantasy VII’, ‘Starcraft’ o ‘Half-Life’, nazca del estudio donde trabajéis en el futuro.

Imágenes: Moon Studios y CEV


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