Final Fantasy VII Rebirth es un flechazo al corazón y ningún momento me ha enamorado más que la cita en Gold Saucer

Final Fantasy VII Rebirth es un flechazo al corazón y ningún momento me ha enamorado más que la cita en Gold Saucer

El penúltimo tramo de la aventura es una mezcla de emociones fortísimas para los amantes del grupo

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Final Fantasy VII Rebirth
ATENCIÓN: este post contiene spoilers sobre el final de Final Fantasy VII Rebirth.

No hay forma de librarnos de unas cuantas decenas de horas pegados a la pantalla disfrutando de Final Fantasy VII Rebirth, pues el JRPG de Square Enix alberga una enorme cantidad de contenido. Misiones secundarias, tareas y minijuegos pueblan Corel, Nibel y cualquier rincón imaginable, pero durante mi partida tenía un propósito fijo del que no me desvié jamás.

Más allá de derrotar a Sefirot y descubrir el desenlace de lo que sucedería con Aeris, mis esfuerzos se centraron en que la cita en el Gold Saucer debía ser con Tifa. Ni Barret, ni Red XIII, ni Yuffie que valga; solo acudiría a la noria del parque de atracciones con la dueña del Séptimo Cielo. Evidentemente, mi pleitesía ante ella fue total, buscando su aprobación en todo momento y procurando no olvidarme ningún recado que pudiese hacer con ella.

Eso sí, el resto del grupo no fue ni mucho menos maltratado. Las buenas relaciones se incentivan y se cuidan en Final Fantasy VII Rebirth, pues no quiero caerle mal a nadie y las habilidades sincronizadas siempre ayudan en el campo de batalla. Al mejunje de interés por disfrutar de la cita con Tifa se sumaba el hecho de que el futuro ha cambiado por completo y me preguntaba cómo encararía Square Enix la íntima secuencia entre Cloud y la luchadora.

Son la pareja por excelencia de la saga, dos personajes completamente enamorados el uno del otro, pero siempre frenados por las circunstancias y sus propias inseguridades a la hora de mostrar sus sentimientos. Sí, en el final del videojuego de 1997 el romance se consumó, aunque la tensión entre ambos crece continuamente, lo cual crea una gran expectación en el jugador sobre si realmente estarán juntos o no. Por supuesto, yo no soy de piedra y vivo con ilusión cada uno de esos instantes.

Final Fantasy Vii Rebirth

Tras más de 60 horas de juego, al fin llega el momento clave, aunque con la duda de si será Tifa o Barret quien me acompañe durante la noche en Gold Saucer. Ambos tienen un nivel de afinidad máxima conmigo, pero terminan pesando más las decisiones que tome con ella y es la que llama a la puerta de Cloud para dar un paseo. Objetivo logrado, es momento de acomodarse en el asiento para disfrutar, aunque antes hay una parada obligatoria.

La obra teatral LOVELESS casi había desaparecido de mi memoria y la intriga regresa a mí para contemplar qué as se han guardado bajo la manga Naoki Hamaguchi y compañía. Si en el Final Fantasy VII original la participación en la actuación era más clásica, con una perspectiva propia de un espectador, en 2024 la apuesta es la de una versión virtual de la epopeya. El grupo de aventureros son integrados en la escena de una forma magistral y, al igual que con los bailes del Honey Bee Inn de Final Fantasy VII Remake, las luchas se aparcan para dejar al paso a los QTE, aunque conservando intensidad.

Final Fantasy VII Rebirth

Una fantasía muy simpática que se corona con uno de los momentos estelares de todo el videojuego. No Promises To Keep ya sonó durante la ceremonia de The Game Awards 2023 con Loren Allred al frente, pero la canción toma un cariz mucho más pesado cuando aparece en pantalla. Aeris se libera, se deja llevar por el momento y sencillamente disfrutan, mientras el público contempla sorprendido semejante espectáculo. Ya intuimos que su muerte será, seguramente, inevitable, y es imposible no entender el concierto como un adiós. La última de los Cetra se va, pero deja para el recuerdo una cinemática descomunal que jamás olvidaré.

Con todo, todavía falta el plato fuerte. Una vez Tifa y Cloud están a solas, toca subirse a la noria para descubrir cómo Square Enix decidió encarar la secuencia y no podría haber sido mejor ejecutada. El ex-SOLDADO decide apartar por una vez su frío semblante para acercarse una Tifa que vive con emoción el momento, aunque no tanto como yo. Analicé Final Fantasy VII Rebirth y tuve que contenerme las ganas de comentar semejante instante con otras personas, ya que el embargo prioriza ante todo. El abrazo previo al beso te destroza, pero te recompone el corazón el beso en el que se funden con los fuegos artificiales del Gold Saucer de fondo.

Final Fantasy Vii Rebirth

No chillé porque era de madrugada, pero os aseguro que levanté los brazos y los sacudí en un gesto de satisfacción. Había esperado muchísimo por ese momento y todas mis expectativas se colmaron por completo. Paz interior, alegría y el "esfuerzo" de haber cuidado la relación entre los dos personajes durante horas. Todo ello se conjugó en un solo instante que ya se sumaba al torrente de emociones que me quedaban hasta el final.

Lloré con el flashback de Aeris de pequeña viendo como su madre muere en Midgar, tuve el corazón en un puño durante LA escena con ella y todavía pienso en las consecuencias del final del viaje. Y que esos recuerdos perduren con el paso del tiempo son la mejor señal de que en un estudio japonés, un grupo de personas han hecho bien su trabajo.

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