Las guerras contra los Autómatas de Helldivers 2 son lo más parecido a protagonizar las escenas de Vietnam en Apocalypse Now

Las guerras contra los Autómatas de Helldivers 2 son lo más parecido a protagonizar las escenas de Vietnam en Apocalypse Now

No me divertía tanto en un videojuego de disparos desde Battlefield V

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Helldivers

Me crie viendo western con mi abuelo y cine bélico con mi padre. Mi destino quedaba un poco más sellado cada vez que me sentaban a su lado a ver películas en la televisión. Nadie se extrañó cuando mis listas de regalos empezaron a incluir Cintas VHS y DVDs de "películas de guerra", como las llamaba en su momento, y otras protagonizadas por héroes de acción ochenteros y noventeros.

Imaginad mi gozo cuando descubrí los "videojuegos de guerra y disparos". Fue una puerta que, a diferencia de otros géneros, no se ha vuelto a cerrar desde entonces. Las campañas de Call of Duty, Battlefield, Wolfenstein, Metro, Ghost Recon, Metal Gear... La lista no es corta, ya la conocéis.

Guardo recuerdos muy especiales de Battlefield 1 y V. Sus campañas me emocionaron mucho y las escenas de película de sus modos multijugador siguen presentes en mis mejores sueños. Jugar Asalto, Operaciones y El Frente era una gozada: disparar desde una trinchera mientras caían bombas y se escucha el estruendo de los tanques es (para mí) el cenit de lo bélico en videojuegos.

La guerra de Vietnam en Helldivers 2

Ahora, algo más de media década después de Battlefield V, otro videojuego me ha hecho sentir la emoción de lo que denomino "caos bélico": disparos, explosiones, muchos enemigos, frenetismo... Helldivers 2 me ha transportado a esa ambientación una vez más con su frente Autómata. He vuelto a flipar como un crío.

Mis primeras 10 horas de juego fueron en el frente Termínido, planetas invadidos por una especie alienígena de insectos. Su fortaleza reside en su número, así que sobra decir que es importante usar ametralladoras y cualquier cosa que dispare nuestro destructor desde la órbita para reventar a cuantos más mejor de un solo golpe. Mi felicidad no conoce límites cada vez que reviento a un grupo entero.

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Fue otro jugador mediante matchmaking que decidió cambiar el frente Termínido por el Autómata tras tres partidas exitosas. Eran tres jugadores de nivel superior y cuyo entrenamiento helldiver debía ser similar a los Navy Seals estadounidenses o los SAS británicos, así que no los dejé escapar.

La nave lanzó nuestras cápsulas a Malevelon Creek, un planeta selvático bajo el control Autómata. Asumí el papel de recluta patoso y dejé que mis compañeros marcasen el camino. Mi primer contacto con los Autómatas fue en un tiroteo con una patrulla. Aprendí mi primera lección: estos enemigos devuelven los disparos.

No tardamos demasiado en encontrar la primera base Autómata. Son fábricas de robots en vez de nidos de bichos, aunque se destruyen del mismo modo: granadas por los huequitos o un buen pepinazo con un Ataque Orbital. Mis compañeros se decantan por la fuerza bruta y caen varios ataques orbitales (bombas, gatling, racimo...) y yo decido añadir al cóctel explosivo mi ataque de gas orbital.

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No queda ni un alma viva en la base y el suelo es un patatal. Entonces aprendí la segunda lección de los Autómatas: traen refuerzos con naves, cosa que los bichos no hacen. Recordé (por los tráilers) que es posible derribarlas con un antitanque... una pena que no tuviese uno. Mis compañeros se encargaron de todos los refuerzos de un plumazo.

La siguiente base de Autómatas fue el comienzo del verdadero Vietnam en Helldivers 2: mis compañeros lanzaron ataques orbitales con fuego, barridos de cazas y bombardearon la zona con un mortero automático que lanza cargas ininterrumpidamente durante un rato. No lo supe hasta que morí por una explosión al intentar asaltar la base. Tercera lección: no correr hacia las explosiones.

Juro que nunca he visto tantas explosiones y disparos en un videojuego como en esa partida de Helldivers 2. Decidí que la idea más sensata era agacharme tras una piedra, disparar a cualquier cosa con luces rojas y rezar porque ninguna explosión me alcanzase. No hay palabras para describir el despliegue pirotécnico de este juego y sigo preguntándome cómo es posible que no caiga ni un solo frame.

Helldivers Infierno 1

Quedan 20 minutos para que finalice la misión. Todos los objetivos estaban cumplidos y los enemigos literalmente salían todas partes. Y entonces disfruté de la mejor escena de la partida: un compañero se quedó rezagado mientras otros dos ya estaban pidiendo la extracción. Me giré para intentar cubrir su retirada y veo una gran explanada selvática enorme, adornada por ríos, niebla y el trazado rojo de los proyectiles enemigos.

Mi compañero estaba recibiendo disparos desde todos los frentes y luchaba por aguantar la posición en una base que fue arrasada por nosotros antes de irnos. No entendía cómo era posible que siguiese vivo, aunque tampoco podía hacer nada. Mi equipamiento costaba de una escopeta y un lanzallamas, mis estratagemas estaban en enfriamiento y bajar era un suicidio.

Helldivers Infierno 2

Opté por abrir el chat y escribir "C3, GOO", por si no se había dado cuenta de que estaba luchando solo. Y debió ser así porque en un abrir y cerrar de ojos estaba cerca de mi posición. Los disparos de ametralladoras enemigas ahora se dirigían hacia mí, así que disparé unos cuantos escopetazos hacia los enemigos (sin esperanza de que llegase un solo plomo) y eché a correr hacia el punto de extracción, mientras C3 cubría mi retirada con su ametralladora.

Ambos logramos llegar al perímetro de la extracción, donde los otros dos compañeros habían montado una defensa formidable: torretas montadas y automáticas, reabastecimiento y un muro impenetrable de fuego y explosiones. Desplegué mi torreta centinela, curé a mis compañeros y disparé algunos disparos con mi escopeta.

Helldivers Infierno 3

No nos costó mucho aguantar hasta la llegada de la nave de extracción y esta última acabó de rechazar a los enemigos más cercanos con sus cañones. Clavé mi rodilla frente a la puerta y apunté a la retaguardia de mis compañeros mientras estos subían. Una vez estuvieron todos a salvo, me uní a ellos para salir de lo que fue lo más parecido a la guerra de Vietnam en un videojuego. ¡Todas las partidas en ese maldito planeta son epiquísimas!

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