Análisis de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai: un ARPG sin encanto que desaprovecha dos licencias de éxito

Doble reclamo, doble oportunidad perdida. Decir que Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai acaba siendo una decepción tanto para los fans del amplio universo Dragon Quest como quien viene directamente de la serie animada es quedarse cortos. Lo curioso aquí es que su empeño por retratar el espíritu de los 41 primeros episodios de The Adventure of Dai se ve constantemente interrumpido por lo verdaderamente esencial: su manera de llevar el conjunto a los videojuegos. Una lástima.

Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai quiere ser a la vez un Musou, un Arena Fighter y un RPG de acción y al final no consigue plantear bien ninguna de esas experiencias de juego. Haciendo que el jugador se tope irremediablemente con tramos de acción excesivamente simplones y enfrentamientos contra jefes y grandes enemigos torpes. En los que su propio sistema de ataques, magias y esquives no tarda en mostrar sus propias costuras y lastrar al jugador. ¿De manera innecesaria o intencionada? A efectos prácticos, no hay diferencia.

¿Un despropósito integral? No exactamente. Más bien es un conjunto de ideas que no están bien planteadas y derivan en una experiencia de acción por debajo de lo que se espera de un videojuego de consolas en pleno 2023. Que, además, Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai lleve el sello de Square Enix y esté directamente basado en una saga de animación con 100 episodios a sus espaldas hace que ese delicado doble filo acabe jugando en su contra. Y ojo, que los contenidos del juego abarcan hasta el capítulo 41.

¿Un despropósito total? Siendo justos, se trata de buenas ideas que no han sido bien ejecutadas: ese mismo empeño que Square Enix pone en los detalles está ausente en el primer y único gran videojuego basado en la obra de Riku Sanjo y Koji Inada más allá del juego para móviles. Aunque, siendo justos, el conjunto está íntegramente basado en la segunda versión animada de Dragon Quest The Adventure of Dai. Algo que no solo es omnipresente en el juego sino que llega a condicionar la duración. Algo que no estaría tan mal, sino fuese porque se acaba manifestando en diapositivas.

Y pese a que hay aciertos e ideas acertadas e interesantes repartidos por aquí y por allá, empezando por la voluntad de llevar toda la emoción del anime a otro medio como son los videojuegos, al final Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai acaba pinchando en lo más esencial: el modo en el que ésta se hace disfrutable para el propio jugador. Lo cual nos lleva a la primera pregunta clave: ¿En qué se ha fallado y qué hace bien?

Dragon Quest The Adventure of Dai y su complicado salto del anime al videojuego

En una remota isla vivía un niño criado por monstruos. No eran monstruos malvados, ya que no se veían obligados a obedecer las intenciones de un Señor Oscuro, así que lo consideraron como uno de los suyos y le alimentaron la imaginación con historias de héroes en reinos lejanos. Aquel niño se llama Dai, y estaba destinado por derecho de nacimiento a convertirse en el más grande de todos ellos.

Con el tiempo llegaron falsos héroes y amenazas a la isla, pero también un gran héroe interesado en adiestrar a Dai: el legendario Aván, quien muchos años atrás consiguió someter al mal encarnado y repeler a los Oscuros. Junto a éste, el que será el primer amigo de nuestro protagonista: Popp, un joven mago que le acompañará hasta el fin del mundo. Algo que no tardará en empezar a poner en práctica, todo sea dicho.

Un mal ancestral a renacido cobrándose al vida de Aván. Con un adiestramiento incompleto y la compañía de Popp, el valiente Dai se embarca hacia lo desconocido, encontrando a su paso nuevos desafíos, forjando amistades verdaderas y, en el camino, teniendo una revelación que lo cambiará todo: en realidad se trata del Caballero del Dragón, la encarnación de un ser con un potencial ilimitado capaz de decidir el destino de humanos, oscuros y dragones.

Dai cruzará el mundo realizando gestas heróicas y haciendo amistades. Enfrentándose a la oscuridad y sumando nuevos amigos a su causa mientras, poco a poco, se convierte en ese héroe que siempre deseó ser. Venciendo a los generales del Señor del Mal y sus esbirros mientras se hace cada vez más fuerte guiado por el valor y los lazos de amistad que forja por el camino. Sin embargo, lo que realmente insólito es que por primera vez desde que hay constancia existen dos Caballeros del Dragón. Y uno de ellos está determinado a acabar con la humanidad.

Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai es la adaptación directa de los 40 primeros episodios de Dragon Quest The Adventure of Dai (la serie de 2020 disponible en Crunchyroll). Con omisiones, desde luego, para centrarse de lleno en los acontecimientos desde la perspectiva de Dai y, en menor medida, el resto de personajes seleccionables. Sobre el papel la idea es un reclamo en sí mismo para los fans del anime y el manga original, pero en la práctica la ejecución no está tan bien planteada.

La historia de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai transcurre en un  total de siete capítulos. En cada uno de ellos tenemos acceso a un trozo del mapa en el que se intercalan fases jugables y momentos cinemáticos. La proporción de éstos es muy irregular, de modo que siempre acaba habiendo mucha más historia que variedad en lo que respecta a la participación del jugador, y en ambos casos lo que se ofrece es extremadamente limitado.

La mayoría de la historia de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai se cuenta a través de una sucesión de capturas del anime subtituladas (con las voces en inglés o japones) que, para más inri, se reproducen en formato de vídeo. Por lo general hay mucha más trama que combates a la hora de avanzar en el juego, generándose de manera artificial una mayor duración de la aventura. Sin embargo, mientras más avanzamos más patente queda que Square Enix pudo acertar más y mejor añadiendo extractos del anime en lugar de capturas estáticas.

Sin embargo, lo que de verdad empaña la iniciativa es la parte jugable: a nivel visual no hay reparos, que conste. Incluso en los momentos cinemáticos que se intercalan (algunos hay, aunque poquitos) se consigue ese mismo efecto de los juegos de Bandai Namco. Pero los escenarios son pequeños y extremadamente limitados, la no hay ningún tipo de variedad en lo que se supone que son misiones y la dificultad va alternando entre lo simplón y lo rocambolesco en función de si debemos limpiar la pantalla de enemigos o enfrentarnos a un jefazo.

Y es entonces cuando se manifiesta el gran talón de Aquiles de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai: la jugabilidad y cómo esta condiciona el conjunto, el desarrollo de la historia y el propio viaje del héroe a través de un sistema de progresión decepcionante. Como poco.

Combates con muchos destellos y poca chicha

Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai es extremadamente simple a los controles. Incluso dentro de los juegos de acción. Y eso no estaría mal si para avanzar no fuera necesario pasar previamente por configuraciones previas a cada combate que determinan el éxito por encima de nuestra propia destreza.

Solo tenemos un botón de ataque. La variación del mismo al hacer los combos nace cuando al realizar una sucesión de golpes el personaje emite un brillo y hace un golpe un poquito más fuerte. Esto se complementa con hasta tres técnicas más que nosotros mismos podremos adjudicar al resto de botones y cuya ejecución requiere un tiempo de espera previo. Si a esto le sumamos poder alternar entre personajes durante los combates usando un botón, tenemos cierta variedad. Hasta ahí, todo bien.

El problema viene cuando no hay un equilibrio entre enemigos menores (excesivamente sencillos) y unos jefazos finales diseñados al estilo de los clásicos, en los que toca aprender su rutina, esquivar y bloquear con reflejos y aprovechar las ventajas elementales de cada técnica especial. Y es ahí cuando entran en juego la importancia de los Reminilazos.

La manera en la que desbloqueamos técnicas y Reminilazos en Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai es avanzando en la historia. Los primeros sirven para atacar o desplegar hechizos ofensivos o de curación, mientras que los segundos potencian o condicionan el ataque, la defensa, la magia o atributos específicos de cada personaje. Y son realmente determinantes. Sobre el papel, las ideas funcionan muy bien para asegurar una progresión desafiante y a la vez variada. En la práctica, hace que nos quedemos atascados de manera innecesaria.

Es relativamente frecuente que el propio juego nos sugiera ascender niveles de los personajes dando rodeos, repitiendo misiones o accediendo al modo secundario del juego: El Templo del Recuerdo. Una especie de desafío de supervivencia en el se han dispuesto los menús para potenciar las habilidades, mejorar los Reminilazos y obtener otros nuevos en lugar de permitirnos hacerlo desde la pantalla previa a la misión de la historia o desde el mapa de mundo.

Y, como veremos, el por qué de esta decisión es uno de los motivos por los que, de manera intencionada, se obstaculiza cada cierto tiempo nuestro avance en la campaña.

Si bien, como cualquier Action RPG las mejoras que hagamos en nuestro personaje son completamente determinantes, la realidad es que la manera en la que se ha diseñado Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai hace que el desarrollo de la historia a nivel jugable está siempre interrumpido con toneladas de tramos narrados a base de capturas del anime, secundarias insulsas que solo asoman justo antes de aparecer un desafío diseñado específicamente para que subamos de nivel o mejoremos lo que llevamos o el trámite de hacernos pasar por El Templo del Recuerdo cada pocos niveles. Al menos, es la parte más atractiva del juego.

Lo cual no quita ni maquilla otros defectos: muy poca variedad en los tramos jugables más allá de los jefazos (hay alguna misión de supuesta infiltración mal planteada), escenarios pequeños y muy simplones en diseños, que no en decoración, y una jugabilidad y ritmo que palidecen enormemente ante los Musous, Arena Fighters y ARPGs a los que parece querer imitar sin demasiada inspiración. Por no hablar de un sistema de cámara y fijado de objetivo que, en los momentos climáticos en los que los enemigos se vuelven más revoltosos de lo habitual, acaban volviéndose traicionero.

Lo curioso, a partir de aquí, es cómo la experiencia secundaria acaba siendo poco a poco la principal. No a base de eclipsar la historia de Dragon Quest The Adventure of Dai vista en el anime, sino por el modo en el que acaba siendo trascendental para tener una opción de llegar hasta el final de la campaña. Al menos, sin empezar una nueva partida en dificultad fácil.

El Templo del Recuerdo: lo mejor y lo no tan bueno de Infinity Strash

Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai ofrece un total de siete capítulos cuya duración total es de unas 15 o 20 horas de juego. Si nos saltamos los tramos narrados con capturas de pantalla del anime, la cosa queda enormemente reducida. Sin embargo, hay un trámite que no es opcional y condiciona enormemente ese tiempo de juego: pasar por  El Templo del Recuerdo.

A caballo entre el modo extra y una mazmorra perpetua, el Templo del Recuerdo es una experiencia paralela al modo historia en términos de continuidad argumental. Y sería un enorme añadido si no se tratase de un trámite obligatorio para poder avanzar.

El Templo del Recuerdo es fundamentalmente una prueba a modo de desafío de supervivencia: pasamos por la puerta y debemos resolver el objetivo que, por lo general, es limpiar el escenario de enemigos antes de agotar el tiempo. Una vez logrado, aparecen dos puertas que decidirán nuestra siguiente recompensa antes de continuar descendiendo niveles.

La razón de ser del El Templo del Recuerdo es  doble: se trata de una especie de batalla infinita con enemigos y jefazos independiente a la historia en curso, pero lo a efectos prácticos es el lugar en el que deberemos mejorar nuestros personajes a base de obtener los Reminilazos que no están en la trama, mejorar los que ya tenemos con objetos y recursos que sólo pueden encontrarse aquí o reforzar nuestras destrezas.Dicho de otro modo: salvo que juguemos en modo fácil, echarle horas al templo no es opcional para poder avanzar.

Planteado así no suena atractivo, pero lo cierto es que El Templo del Recuerdo acaba siendo uno de los aspectos más atractivos del juego y aquello a lo que regresaremos una vez hayamos completado la historia. Bien, para centrarnos en las batallas con nuestros personajes en su mayor grado de poder, o también para encontrar y desbloquear los Reminilazos que no se obtienen en la historia y suponen una diferencia.

De hecho, solo a base de echar horas al Templo del Recuerdo podremos completar el Tomo de las Estrellas, una especie de Álbum de cromos en el que se muestra la historia del juego (podemos ver las cinemáticas con capturas del anime) y que es aderezado con las ilustraciones oficiales del manga original que sirven para ilustrar los Reminilazos. Consagrándose como el verdadero tesoro definitivo para los fans de Dragon Quest The Adventure of Dai y gran el premio detrás del juego.

Entre otras cosas, porque no hay recompensas significativas. En Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai no hay armas especiales y las armaduras y atuendos no tienen impacto alguno en el juego. De hecho, si bien se puede decir que hay cuatro personajes jugables, técnicamente cuentan como seis dado que dos de ellos cambian de arma y pasan a tener un repertorio de ataques y habilidades distinto. Lo cual no quita que sean muy pocos. Es más, ni siquiera da para modos adicionales.

Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai carece de multijugador, aunque podría haberse implementado perfectamente. Bien para jugar en cooperativo en la historia o el templo, o a través de un siempre recurrente modo Duelo en esta clase de experiencias. Sin embargo, lo limitado que es el sistema de combate y la imposibilidad de jugar con jefazos limita enormemente cualquier aspiración a tenerlo.

Como resultado, nos topamos con una gran apuesta por trata de llevar el espíritu del anime a los videojuegos que, al final, flaquea en lo más esencial: aportar la sensación de aventuras y emoción al jugar.

La Opinión de VidaExtra

Es muy complicado llegar a recomendar Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai a alguien que no sea un verdadero fan de la serie de anime. Como RPG de acción tiene una mecha muy, muy corta, y como Arena Fighter apenas ofrece contenidos, variedad y una jugabilidad satisfactoria, con lo que se mueve en un limbo extraño entre ambas ideas como videojuego sin ser ninguna de las dos cosas. Otra cosa aparte es cómo y hasta qué punto se ha buscado retratar los acontecimientos de Dragon Quest The Adventure of Dai.

Se me ocurren infinidad de maneras de lograr que Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai sea mejor para los apasionados de los videojuegos y del anime. Sustituir las cinemáticas con capturas del anime por extractos del anime (aprovechando que están las voces originales)  sería una buena manera de empezar. Sobre todo, cuando no son diapositivas sino vídeos que podemos pausar o saltar.

Sin embargo, al final toca verlo como lo que es: un videojuego. Y en ese aspecto los aspectos en los que Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai flaquea realmente están siempre a la vista: su diseño como juego, incluyendo su jugabilidad, y su manera de limitar de manera casi intencionada nuestros avances en la campaña. Invitándonos a rejugar misiones o a regresar al Templo del Recuerdo con el fin de mejorar lo que ya tenemos. Y eso no está bien.

La dificultad merece un trato aparte, desde luego. Y es que si originalmente tenemos solo dos opciones (fácil y normal) nos encontraremos con misiones insulsas en mapeados limitados con un sistema de cámaras que no es propio de los juegos de consola y PC de 2023.  Basarse en una licencia o apoyarse en los contenidos heredados -o prestados- de la animación no es excusa. Luego, a posteriori, obtenemos un grado de dificultad adicional, pero nuestra prioridad no pasará por hacerlo todo otra vez, sino desbloquear lo que nos queda del Tomo de las estrellas.

La jugabilidad de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai, su sistema de progresos y lo limitados que son los escenarios en los tramos más centrados en la acción juegan en su contra, pero también cómo hay aspectos que se han quedado fuera de la propuesta como una más que razonable opción multijugador (aunque sea offline) o la inclusión de muchos más personajes jugables que le den mayor variedad al conjunto.

Sin embargo, ni siquiera se llega a la mitad de la serie animada en cuestión de historia y contenidos. Y eso, sumado a todas sus carencias y flaquezas, hacen que Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai esté muy por detrás de lo que se espera de un juego basado en la serie Dragon Quest The Adventure of Dai, de un Action RPG de Square Enix, y lo que se le debe exigir a un videojuego (basado o no en un anime) en los sistemas actuales.

Precio de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai

El precio de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai está fijado en 59,99 euros PlayStation, Xbox Series X / S, Nintendo Switch y PC. En el caso de las consolas de Sony, se incluyen las copias de PS5 y PS4 al realizar la compra desde la store de PlayStation y es compatible con las mejoras de PS4 Pro.

Además de la edición estándar del juego, Square Enix ofrece en todos los sistemas la Digital Deluxe Edition de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai por 64,99  euros (unos cinco euros de diferencia) con un atuendo inspirado en los héroes de Dragon Quest para cada compañero de Dai, incluyendo su segunda clase. Estos cinco atuendos también se pueden comprar por separado por 1,49 euros.

Duración de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai

La historia de Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai se completa en menos de 20 horas de juego, pero aquí hay que tener en cuenta varios factores: una parte muy significativa de éstas son escenas ilustradas con capturas del anime y tiempo adicional que deberás pasar bajando niveles en el Templo del Recuerdo para mejorar tus personajes. Si te saltas lo primero y juegas en la dificultad más baja, posiblemente reduzcas el tiempo a la mitad.

Otro aspecto es la rejugabilidad. Además de poder pasar todo el tiempo que quieras en El Templo del Recuerdo para mejorar tu personaje, al completar la historia accedes a un tercer grado de dificultad que eleva el nivel de desafío. Sin embargo, no cuentes con opciones de Duelo ni multijugador o modos adicionales y si quieres desbloquear todos los contenidos y logros / trofeos vas a tener que completar cada capítulo dos veces.

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