Funk of Titans: análisis

Funk of Titans: análisis
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Mucho ha cambiado el mercado esta última década. Y parte de la culpa la tienen los smartphones. Con esta sentencia no estoy diciendo que haya malos videojuegos ahí, sino que han cambiado la forma de ver el mercado, abriendo nuevos modelos de negocio. Y de paso géneros que asociamos inevitablemente a ese mercado de móviles y tabletas. Uno de ellos es el popular endless runner, en el que avanzamos sin descanso ante un plataformas al uso. Salvo que no controlamos el movimiento, sino tan solo el salto o ataque. Si decimos esto es porque 'Funk of Titans' se ajusta a esto mismo.

Obra del estudio español A Crowd of Monsters, muy conocido en esta casa, nos sorprendió verlo anunciado en exclusiva para Xbox One, y no para iOS o Android, tal y como pasó con su anterior trabajo, 'Sugar Kid'. Aunque no es la primera vez que vemos un endless runner de calidad en sobremesa. Ahí tenemos, por ejemplo, la saga 'BIT.TRIP RUNNER'. Sin embargo, como veremos a continuación, 'Funk of Titans' no consigue alcanzar el olimpo de los dioses por varias razones.

Buscando algo funky sin demasiada fortuna

Funk of Titans

Hay que ser claros desde el inicio: 'Funk of Titans' no llega para romper el mercado. Le falta, sobre todo, personalidad. No goza de ningún ápice de originalidad y se limita a copiar una fórmula que sabemos que funciona, a pesar de no ser muy profunda, y no sabe cuidarlo con el mimo que cabría esperar, ya que no aporta desafíos de interés tras completarlo en las escasas horas que dura.

Este mimo del que hablamos se traduce hasta en la música, repetitiva y poco inspirada. Llamándose 'Funk of Titans' el apartado sonoro debería ser una de sus señas de identidad, y no algo que pondremos en mute a las primeras de cambio. Si a eso le unimos unos desafortunados duelos contra jefazos metidos con calzador en donde lo único que tendremos que hacer es pulsar los botones que se nos indiquen en el QTE (Quick-Time Event) de turno, sin importar si encaja bien con el ritmo o no, da la sensación de que se hizo un poco con prisas sin saber qué rumbo tomar al final del camino.

Al menos el concepto del propio videojuego es loco, y eso siempre nos va a gustar. Porque eso de que el mismísimo Zeus nos ordene restablecer el orden (y que suene de nuevo el funk, la música de los dioses) combatiendo a los paganos que han establecido su propia música (pop, rap y rock), tiene su punto. Lo malo es lo comentado en el anterior punto. La música flojea y los cortes son siempre los mismos. Da igual que pasemos al segundo mundo, que seguirán sonando una y otra vez los temas de siempre. Tan solo en los duelos finales cambia el asunto, pero ahí las canciones son aún peores.

Avanzando sin descanso en Funk of Titans

Funk of Titans

Entrando más en materia, 'Funks of Titans' consta únicamente de tres mundos, cada uno centrado, de algún modo (porque no es siempre coherente en sus diseños), en un estilo musical. Los ya citados pop, rap y rock. Cada mundo cuenta con trece fases y a mayores dos más para los jefazos. Por un lado están los Grunt, que será un duelo en un cuadrilátero a golpe de QTE, y por otro los Titanes, en donde veremos hasta a una especie de Lady Gaga con una serpiente y sus "armas" bien puestas.

En cuanto al desarrollo de las fases normales, tenemos un desarrollo de endless runner en donde no siempre correremos hacia la derecha, ya que podremos rebotar en las paredes, variando nuestro rumbo (rumbo, por otro lado, fijo, ya que si vamos en sentido contrario el juego nos da la vuelta) y jugando con ciertos mecanismos, como los interesantes ganchos, que oscilan de un lado para otro (hay unos que se caen a la primera de cambio), o palancas que varían la trayectoria a seguir.

El problema es que todo esto se hace muy repetitivo y no siempre la (escasa) curva de dificultad está bien llevada. Tampoco mejora mucho con los enemigos, con patrones que no varían desde el principio hasta el final. Hay tres tipos sin más: uno que podremos eliminar saltando o golpeando con nuestra arma, otro que nos quitará vida si saltamos sobre él, y otro que hará lo mismo si intentamos abordarlo de cara. Habría estado bien, para darle un poco de variedad al asunto, moldear la temática al completo en cada mundo. Más que nada para evitar el hastío de hacer lo mismo una y otra vez.

No es que como videojuego 'Funk of Titans' esté mal, sino que resulta ser un producto muy limitado e inferior a lo que llevamos jugando estos últimos años. Y la competencia es muy dura.

Escasa rejugabilidad un poco forzada

Funk of Titans

Como viene siendo habitual en este género, cada fase tendrá 100 objetos a recoger, en este caso vinilos. Si los cogemos todos recibiremos una medalla. Si no nos quitan vida, nos darán otra. Y si conseguimos a Pegaso, que tiende a escoger las rutas complicadas, recibiremos la tercera. Hasta aquí todo bien. Lo malo es que 'Funk of Titans' ocultará a veces a Pegaso en puertas especiales.

¿Y cómo se abren? Pues con una determinada arma. De este modo nos obliga a pasar por la tienda e ir desbloqueando cada tipo de arma (en realidad se cuentan con los dedos de una mano las que son necesarias para las puertas especiales) para completar cada mundo al 100%. Aunque no habrá mucha motivación en ello al no suponer casi ningún reto. Y lamentablemente no hay mundo oscuro.

Sería lo ideal para compensar la escasez de fases y lo fácil que resulta este paseo. Por ponerle un poco de picante y que incite a rejugarlo con retos más interesantes. Pero no es así, por desgracia.

Esa sensación ya comentada del poco mimo y el carácter repetitivo toma su peor forma con la fase de bonus de Pegaso, un poco a lo 'Jetpack Joyride', pero sin gracia. Al menos en la tienda hay armas y máscaras chulas que le podremos poner al protagonista, Perseo, pero se queda en mera anécdota.

Siempre resulta duro hablar tan negativamente de un producto de nuevo cuño, pero en este caso duele más, no solamente por ser español, sino por los compañeros que están detrás. Hasta han tenido la mala fortuna de no haber ajustado bien su precio de salida por un malentendido. Si le dáis una oportunidad y os gustan los endless runner, le encontraréis algo de gracia, por efímera que sea. Eso sí, sin música, a poder ser. A ver si para la próxima no nos decepcionan A Crowd of Monsters.

Nota: uno de los miembros de A Crowd of Monsters es Dani Candil, antiguo editor de VidaExtra.

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A favor

  • El concepto de la historia
  • Sus cameos a rostros conocidos
  • Algunas armas y máscaras

En contra

  • Música repetitiva que taladra el cerebro hasta el fondo
  • Corto, fácil y demasiado caro
  • Sensación de
  • con las fases en cualquier mundo
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