Need for Speed Undercover

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Como viene siendo habitual en estos últimos años, un nuevo ‘Need for Speed’ llega al mercado. Esta vez aparcando un lado el tunning, sin darle tanto protagonismo (cosa que agradezco), para retomar algunos rasgos característicos de los orígenes de la saga, y como guinda, una historia de trasfondo a la americana.

Así se puede resumir lo que nos encontraremos en este ‘Need for Speed: Undercover’. Lógicamente, tiene mucha más miga. Pero si queréis saber ya de entrada si me ha gustado, después de la buena impresión causada por los últimos vídeos e imágenes mostrados, mi respuesta es afirmativa. Me ha gustado, aunque podría haber sido mejor, para qué negarnos.

Porque, al menos de momento, no me parece el mejor ‘Need for Speed’ de la saga. Honor que, a mi parecer, siguen conservando ‘Hot Pursuit 2’ y ‘High Stakes’. Pero tampoco quiero aburriros sobre mis vivencias con estas entregas, si no que os contaré las bondades y los fallos de ‘Need for Speed: Undercover’.

Para empezar, todo arranca muy bien. Muy Hollywoodiense, con una introducción generada con el propio motor del juego, continuando con una persecución de la que tomaremos el control, para dar paso finalmente a un vídeo de dos de los protagonistas de la historia. Nuestra agente del FBI, interpretada por Maggie Q, y nosotros, un agente infiltrado. Nuestra labor, como ya imaginaréis, será hacernos un hueco entre los grupos de corredores de carreras ilegales que asolan toda la ciudad de Tri-City Bay, paraje ficticio formado por tres zonas bien diferenciadas: Palm Harbor, Sunset Hills y Port Crescent.

Unos parajes de muy bella factura, salvo (y aquí viene uno de los defectos que le he visto hasta el momento) alguna que otra bajada de framerate en determinadas carreras. Llega a ser molesto por momentos, puesto que a veces se alarga unos segundos, y si bien no es una ralentización muy pronunciada, se hace evidente y puede hacernos perder concentración en la carrera, con lo que nuestros rivales pueden tomar ventaja.

Imagino que este detalle lo solventarán Black Box en un futuro no muy lejano mediante parche, ya que el juego aún salió ayer viernes. De igual modo, es de esperar que hagan lo propio para eliminar lo máximo posible el lag, presente en algunos momentos de las partidas online. Lo que no creo que arreglen, aunque tampoco es que sea algo muy importante (tiendo a fijarme mucho en los detalles), son determinados casos de clipping, como por ejemplo al pasar por las vías del tren cerca de la casa de uno de los maleantes de la historia.

Dejando ya de lado los aspectos negativos que he visto, el resto está a la altura. Para empezar, la ciudad. De una extensión considerable, se hace muy llevadera en el modo historia al realizar cada misión. Podremos acceder instantáneamente a la misión resaltada en ese momento pulsando “Abajo” en la cruceta digital. Y si queremos buscar otra, pulsaremos “Arriba” en la misma cruceta digital para acceder al mapa de la ciudad, viendo todas las misiones disponibles en ese instante, amén de las ya completadas junto con otras distribuciones posibles (trabajo y búsqueda, por ejemplo).

Un detalle que me ha gustado mucho, aparte de lo práctico de este sistema, es que para cada carrera habrá dos opciones de victoria. La sencilla, que será completando la misión sin más, con lo que obtendremos el mensaje “Completado”, y la complicada, que nos propondrá un reto que tendremos que batir, con lo que obtendremos el mensaje “Dominado”. ¿Y ya está? Pensaréis. Pues no, porque aquí viene lo bueno. Al dominar una prueba obtendremos una bonificación que aumentará nuestras dotes como piloto. Habrá varios parámetros a subir, e irán desde mayor velocidad, a agarre en las curvas o descuento para las tiendas, entre muchos otros. Pero ahí no acabará la cosa, ya que tendremos un nivel global del piloto, que irá aumentando en un 5% alguno de esos parámetros al subir de nivel.

Ya entrando en el terreno que más importa, el de la conducción, debo decir que al principio se me hizo un tanto incontrolable. Lo bueno es que esa sensación se disipó al poco rato, ya que es muy fácil cogerle el sistema. La sensación de velocidad es buena, y las distintas carreteras de la ciudad se disfrutran muy bien, gracias esa libertad que tenemos para explorarla. Libertad que se ve reducida en algunas carreras, cierto es, pero que no le resta dinamismo.

Porque para dinamismo, las persecuciones policiales. Hay gran cantidad de detalles que me han gustado en ese sentido. Por ejemplo, las charlas por radio, puesto que las escucharemos todas. Y cuando digo todas, me refiero a todas. Tanto un “Oye, que se ha quedado un gato atrapado en un tejado”, como a otro “Se ha visto a un sospechoso con un arma”, y por supuesto, a los policías describiendo nuestro vehículo (impagables esos momentos en que, debido a lo rápido que vamos, no están seguros de qué vehículo llevamos y de qué color es) y pidiendo refuerzos una y otra vez.

Cuando nos persigan tendremos varios recursos de nuestra parte. El más útil (recordando a los takedown del ‘Burnout’), el de chocar con ciertas partes del decorado provocando desprendimientos de tuberías o incluso el derrumbamiento de un puente. Si los hemos despistado, habrá varias partes del mapeado con unas zonas seguras, que tan pronto nos adentremos en ellas (siempre y cuando no nos vean en ese momento), los ahuyentaremos al instante. Y si no tenemos esa suerte, no queda otro remedio que hacer el cabra al volante, sorteando mil y un obstáculos (en sentido contrario, mejor que mejor) hasta que finalmente los quitemos de nuestra vista.

En definitiva, lo que debería ser un buen ‘Need for Speed’: velocidad, tráfico constante, persecuciones policiales y bólidos de lujo.

Ficha Técnica: Need for Speed: Undercover Plataformas: DS, PC, PS2, PS3, PSP, Wii y Xbox 360 (versión analizada) Distribuidor: EA Estudio: Black Box Lanzamiento: Ya disponible Precio: 69,95 euros (Xbox 360)

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