Análisis de Sonic Boom Fuego y Hielo: un Sonic regulero y un plataformas divertido

Análisis de Sonic Boom Fuego y Hielo: un Sonic regulero y un plataformas divertido

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Análisis de Sonic Boom Fuego y Hielo: un Sonic regulero y un plataformas divertido

Olvidemos por un segundo que Sonic tiene un nuevo juego en el mercado. De hecho ni tengamos en cuenta que estamos ante una versión alternativa del erizo apoyada en la serie de dibujos Sonic Boom. Olvidémonos por un momento de todo lo que la mascota de Sega ha conseguido durante su vida, de todos los errores cometidos y de las ganas que tenemos de volver a su época primigenia. Ahora sí podemos decir que ‘Sonic Boom: Fuego y Hielo’ es una experiencia gratificante.

Todo eso es más fácil de resumir de lo que parece, y es que la última entrega del erizo para 3DS no es un buen juego de Sonic, pero sí un fantástico plataformas para grandes y pequeños. Una vez abandonada la esperanza de encontrar aquí un juego que no es, lo cierto es que ‘Sonic Boom: Fuego y Hielo’ se disfruta enormemente.

Un Sonic distinto pero igual de disfrutable

Que estamos ante un juego de Sonic lejos de la norma habitual lo deja bien claro su esquema de control. Aquí, lejos de tirar hacia adelante y empezar a correr, tenemos un botón para cambiar entre el paso normal y el rápido, algo que no entendí ni aprobé al principio de la aventura pero a lo que te acabas acostumbrando.

La velocidad lenta del personaje sin la pulsación de ese botón no suele ser muy habitual, como mucho ayuda a superar algunas zonas concretas, pero tampoco penséis que es algo con lo que lidiar constantemente. De hecho, si pasamos de desafíos y coleccionables, el reto del juego en todos sus escenarios es alcanzar el final en un tiempo que suele rondar entre los dos y los tres minutos, requiriendo una suerte de speedrun bastante accesible con el que no deberemos sudar demasiado.

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La velocidad, por lo tanto, sigue ahí y es igual de disfrutable, con secciones de plataformas con contados puzzles de apenas unos segundos de resolución y la siempre divertida mezcla de velocidad y esquivar obstáculos y enemigos. Con eso, sin embargo, un jugador más o menos experimentado no tiene para mucho más de una tarde. El reto aquí es otro.

Si superar la aventura principal de cabo a rabo nos llevará un puñado de horas que difícilmente alcanzará las 10, completarlo al 100% es una historia completamente distinta. Cada uno de los personajes disponibles: Sonic, Amy, Tails, Knuckles y Sticks cuenta con un poder especial (dash, martillo, pistola láser, excavar y un boomerang que podemos controlar una vez lanzado) y deberemos masterizarlos y utilizarlos para alcanzar los distintos coleccionables que se esconden por el nivel.

Sin caminos, pero con secretos

Lejos de ser un juego con distintos caminos, lo que ofrece este ‘Sonic Boom: Fuego y Hielo’ son pequeñas rutas alternativas accesibles sólo con un personaje concreto (podemos cambiar entre uno y otro tocando sobre la pantalla táctil) que normalmente llevan a un simple desafío por el que poco después volveremos al recorrido principal.

A eso se suma el poder principal del que disponen todos ellos, la posibilidad de cambiar entre el elemento de fuego o el de hielo, para deshacer bloques o hacer explotar barriles con el primero y crear caminos donde antes sólo había agua en el caso del segundo.

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Si durante el recorrido principal utilizamos el cambio entre ambos poderes constantemente para superar obstáculos, en la obtención de coleccionables deben ser combinados con los poderes de cada personaje para completar las zonas de puzles y plataformas que se nos van presentando.

Hay cierto reto en completar todo eso, entre otras cosas por la necesidad de encarar los niveles de una forma u otra, ya sea en modo speedrun o en busca de secretos, pero tampoco podríamos decir que vamos a quedarnos atascados intentando resolver una sección, sólo consigue alargar la vida del juego un puñado de horas más.

La opinión de VidaExtra

Con todo ‘Sonic Boom: Fuego y Hielo’ acaba siendo un juego divertido, una de esas propuestas que resultan ideales para que los más pequeños de la casa aprendan a sufrir con un videojuego mientras fomentan su coordinación mano ojo enfrentándote a la velocidad endiablada del erizo y sus amigos.

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Sin embargo no se puede decir que sea un juego tremendamente original o con unos valores de producción a la altura del nombre del erizo. A nivel gráfico es bastante pobre para el tope habitual de 3DS y, aunque las cinemáticas están basadas en la serie y están dobladas a nuestro idioma, el resto es un festival de niveles hechos con assets clónicos y poco inspirados.

Obviando eso y aprovechando la posibilidad de saltarte los niveles de minijuegos en los que, a bordo de una lancha o un submarino, debemos buscar piezas escondidas, te acabas enfrentando a uno de esos juegos ideales para acabar con un rato muerto o que piden a gritos ser disfrutados con el cerebro en modo automático.

‘Sonic Boom: Fuego y Hielo’ no es el juego que te hará reconciliarte con el erizo, pero al menos es una de esas aventuras simpáticos con los que los más pequeños podrán aprender, y los talludos podrán rememorar la época de los plataformas clónicos de consolas con una media sonrisa dibujada en la cara.

A favor

  • Un juego divertido
  • Completamente doblado a nuestro idioma
  • Todo un reto para los completistas

En contra

  • Muy pobre a nivel visual
  • Su diseño de niveles no está especialmente inspirado
  • Puede acabar resultando monótono
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