Soy de esa clase de personas que aún siguen descargando demos, especialmente en Steam, donde más abundan. El problema es que no todas las pruebo al instante y en algunos casos suelo tardar bastantes meses hasta que recuerdo que me queda alguna pendiente. O más de dos años, como es el caso de Eagle Island.
Ya no recuerdo cuándo fue la primera vez que supe de su existencia, pero a buen seguro que fue por alguno de los vídeos que colgó su editora Screenwave Media hace un tiempo, hasta que vio la luz en Steam y Nintendo Switch a mediados de julio de 2019. Recuerdo que me llamó la atención por su estética y por el uso de los pájaros a la hora de atacar, pero al final siempre dejaba la demo en espera.
Eagle Island, un roguelite cuqui de altos vuelos
Es precisamente su apartado gráfico lo que más me volvió a llamar la atención, esta vez con un mando en las manos. Ese pixel-art está muy cuidado y es una delicia en movimiento. Pero es que además también cumple a nivel jugable.
El uso del pájaro para atacar me ha parecido muy original, al no ser habitual en esta clase de juegos. De entrada, no podemos atacar a lo loco, sino que deberemos medir los tiempos de vuelo y regreso del pájaro hasta volver a atacar. Y de igual modo, afinar el disparo (en horizontal, diagonal o vertical) para eliminar a los enemigos lo más rápido posible para generar un combo y que la recompensa de monedas y Manaroc (para lanzar ataques elementales) sea mucho mayor.
Su mapa, por cierto, se genera de modo aleatorio, una de las características de este roguelite y juegos del estilo, pero sin toque de metroidvania de por medio, como en Chasm. Aquí va más al grano, aunque haya que estar pendientes del mapa por las distintas rutas a seguir (la brújula también ayuda) o de cara a descubrir secretos, donde no faltarán cofres regentados por cuervos que nos pedirán unas monedas para poder abrirlos, que les encanta todo lo que brille.
En esta demo también pude experimentar una pluma alternativa (Zephara) para el pájaro de inicio, con la que hace un poderoso ataque eléctrico gastando Manaroc, probando, a su vez, habilidades pasivas para el protagonista Quill, como un rebote desde el suelo para saltar más alto o aumentar el máximo de corazones de serie.
Hasta que vi su editor de GIF y me maravilló
El rato que lo estuve jugando me gustó, sin llegar a volarme la cabeza pero con la intención de comprarlo algún día (ahora sí) cuando tenga una rebaja. Que al fin y al cabo su lanzamiento demostró que no fue un juego sobresaliente, sino más bien rozando el notable, con un 75% de reseñas positivas en Steam y una media de 70 en Metacritic en el caso de Nintendo Switch; que tampoco es una mala nota, vaya.
Sin embargo, con lo que no contaba es que tras probar la demo, lo que más me fuese a gustar es una opción de la que no tenía constancia en un principio: si pausamos el juego y vamos al apartado donde pone "GIF", accederemos a un sencillo editor para crear nuestras propias imágenes animadas sobre el juego, controlando los tiempos de inicio y fin a base de regular su valor numérico.
Por cada pulsación que hagamos dentro de esos valores, veremos al instante el fotograma al que corresponde (en la parte derecha), para de ese modo calcular mejor la sección que queremos guardar. Mientras, en la zona inferior, veremos cuánto dura el GIF, para no pasarnos con los segundos... y del tamaño del archivo.
Tan solo he echado en falta una opción de recortar la propia imagen, por si queremos que no se vea la interfaz del juego o centrar más la atención sobre un jefe, puesto que controlar la iluminación es algo bastante secundario. Ahora bien, que ofrezca la opción de guardar y compartir por Twitter directamente, es algo muy de agradecer. Con lo que me encanta hacer capturas en los videojuegos...
- Plataformas: GOG, Nintendo Switch y Steam
- Multijugador: no
- Desarrollador: Pixelnicks
- Compañía: Screenwave Media
- Lanzamiento: julio de 2019
- Precio: 16,79 euros (GOG) | 19,99 euros (eShop) | 16,79 euros (Steam)
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