Amigos de la Nave del Misterio y de los videojuegos, anoche teníamos una cita con Iker Jiménez y creo no ser el único que faltó. Yo es que tengo la fea manía de dormir por las noches, que es justo cuando en la tele emiten los contenidos más interesantes —no vaya a ser que alguien los vea—. Suerte que gracias a ese gran invento que es Internet tenemos la posibilidad de recuperar el Cuarto Milenio de anoche para verlo cuando mejor nos convenga. Si es posible, ahora.
La sección La cara oculta del programa de ayer estaba dedicada a la retroinformática. La idea, más concretamente, era la de repasar algunas de las leyendas urbanas y verdades que rodean a ciertos videojuegos. Y las leyendas urbanas siempre molan. Os dejo con Iker Jiménez y Santi Camacho y tras el vídeo comentamos la jugada.
La verdad es que la historia de ‘E.T.’, el videojuego, tiene su guasa. No me extenderé demasiado porque, entre otras cosas, aquí en VidaExtra le dedicamos un par de posts al asunto: E.T.: el peor videojuego de la historia y El 'ET' de Atari y el crack del 83. Y sí, si alguien demuestra que esos cartuchos fueron enterrados en el desierto y logra desenterrarlos queremos estar por aquí para verlo todo. Con palomitas.
Con ‘Polybius’ ya entramos en un terreno algo más pantanoso. Nos cuenta Santi Camacho que, según parece, el juego provoca en los jugadores todo tipo de efectos de lo más extraño: amnesia, desmayos, náuseas, dolores de cabeza e incluso tendencias suicidas. Es curioso porque muchos de los juegos actuales también pueden provocar algunos de esos síntomas —el dolor de cabeza que uno se puede pillar jugando al multi del Black Ops II no es como para saltárselo a lo loco—, pero la leyenda de ‘Polybius’ va mucho más allá e incluye hombres de negro, camiones de color negro y furgonetas, furgonetas de color negro. Nos falta el desneuralizador para redondearlo todo.
El tema de ‘Killswitch’, el juego desarrollado por Karvina Corporation en 1989 —no hay que confundirlo con el juego de acción que Namco lanzó en el año 2003 para PS2 y Xbox—, también tiene lo suyo. ¿Un juego que se borraba a sí mismo al ser finalizado o al morir el protagonista? La muerte absoluta del videojuego, la coartada perfecta para dar pie a una leyenda urbana de las gordas.
La mejor historia, por supuesto, es la que Iker y Santi se guardan para el final. Aquella que tiene que ver con ‘Berzerk’, el juego que mata. Un título desarrollado por Atari inicialmente para máquinas Arcade en el año 1980 y que posteriormente llegaría a la Vectrex —tuve una, lástima no haber podido echarle el guante a Berzerk—, a Atari 2600 y a Atari 5200. ¿Gente muriendo justo tras introducir sus iniciales para el ranking? De aquí puede salir hasta una película.
El tema de las leyendas urbanas, como decía al principio, siempre mola. Da para echarse unas risas —Iker y Santi son incapaces de aguantarse durante los diez minutos que dura la sección— y quizás podríamos indagar un poco más un día de estos para sacar a relucir historias similares. Historias de juegos rodeados de misterio. Y cachondeo.
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