Señor Criptarca, tenemos que hablar

Señor Criptarca, tenemos que hablar

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Señor Criptarca, tenemos que hablar

Querido Maestro Rahool, o Señor Criptarca, si es que le gusta más que se dirijan a usted con ese término, tenemos que hablar. Nuestra relación ya no va a ningún sitio. Han sido 51 horas en las que he intentado por todos los medios que lo nuestro funcione, pero igual que dos no se pelean si uno no quiere, dos no se cogen cariño si uno de ellos se limita a jorobar al otro.

Señor Criptarca, está usted roto. Valoro enormemente la aleatoriedad de su 'Destiny', destinada a enganchar al jugador, a invitarnos a seguir la máxima de "prueba otra vez", pero la paciencia tiene un límite y la mía llega hasta aquí. Me supera su falta de comprensión y sus ganas de, hablando mal y pronto, joder la marrana, así que la única opción que me deja es, literalmente, cagarme en usted, Señor Criptarca.

Legendario

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Su afán por seguir llevándome de aquí para allá, invitándome a repetir misiones en busca de un nuevo engrama legendario que me permita subir de nivel tenía un límite, y aunque era algo que ya en nuestro análisis se preveía, sí debo reconocerle que he aguantado más de lo esperado entonces.

La lástima es que el final del camino es exactamente el mismo. El tedio, más tarde o más temprano, acaba llegando, y es una situación que no hay Raid que la salve por muy bonita que sea.

De hecho gracias a usted y su incompetencia a la hora de desencriptar, lo más probable es que cientos de jugadores se queden a las puertas de la prueba, cansados de farmear como cosacos para intentar alcanzar el nivel necesario.

Esos desaparecerán y, de rebote, aquellos que alcancen el nivel 26 no encontrarán a nadie que quiera sumarse a su causa. Todos estarán o farmeando o lamentándose en una esquina.

Un granjero tenía un perro

He muerto una y otra vez en la Luna esperando un nuevo respawn de enemigos, he pasado buenos y malos momentos en Venus haciendo lo propio y me he maravillado con el festival de colores que puede provocar la Cueva de las Maravillas rusa tras un buen rato disparando al infinito.

Lo he hecho porque, como usted, el resto de su séquito también sufre de una aleatoriedad desmedida capaz de sacar de sus casillas al más paciente. Para ejemplo mis partidas en el Crisol. No quiero pecar de falsa modestia, pero para qué vamos a engañarnos, reventarle la cabeza a otros guardianes se me da especialmente bien, siempre quedando en las primeras posiciones o con un ratio de bajas/muertes que nunca queda en negativo.

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Pero eso tampoco sirve de nada, el manco que llega a mitad de la partida y se dedica a bailar sobre una roca hasta que alguien le acuchilla por la espalda acaba con mejores premios que los míos. Qué digo, incluso he visto cómo él se llevaba los únicos premios de la ronda.

¿Qué les estáis enseñando a los nuevos jugadores? Que el esfuerzo mínimo conlleva las mismas recompensas que el que se desloma por cubrir todas las bases, el que pierde la vida intentando salvar a un compañero o el que se preocupa por completar encargos y aniquilar enemigos a partes iguales.

Que además lo primero que cambien con su última actualización sea la dificultad de algunos asaltos, probablemente lo que lo convierten en un reto divertido, en vez de escuchar a los jugadores... Me perdonará usted el atrevimiento, Señor Criptarca, pero eso está mal, mal, mal. Verdadera mal.

La suerte está echada

No soy un gran fan del azar, me gusta pensar que lo que obtengo es porque me lo he ganado, no porque los números así lo han decidido, así que desde el principio opté por unirme a una secta y limitarme a cumplir contratos y ganar enseñas para obtener las mejores armas y equipamientos posibles.

Lo contrario sería ceder a su inexistente buena voluntad. Las estadísticas han hablado:

Engrama verde Engrama azul Engrama lila
Objeto blanco 23,45% 0% 0%
Objeto verde 69,31% 21,2% 3,64%
Objeto azul 7,24% 74,4% 60%
Objeto lila 0% 4,4% 34,55%
Objeto amarillo 0% 0% 1,82%

Cuando coloque esta carta en la parte trasera de su tienda espero que el resto de jugadores lo vean, que aprendan que los engramas no sirven para (casi) nada, que lo importante es rejugar misiones una y otra vez y romperte el culo en el Crisol para subir el nivel de sectas e intendentes.

El problema es que para muchos la lógica de su universo acabará pareciendo como trabajar en la SEAT (kudos a AlexC por la comparativa), invirtiendo una ingente cantidad de horas para, con algo de suerte, conseguir la meta que buscan y, una vez alcanzada, lamentarse por el número de horas perdidas.

Yo me bajo aquí, Señor Criptarca. Seguiremos viéndonos de vez en cuando, porque pasaré por el Crisol a echar un buen rato en compañía de amigos y acumularé una serie de engramas que, a partir de ya, no me importarán lo más mínimo.

Reconozco que quería estar equivocado, que quería hacer caso a los que se ofuscaron en los comentarios del análisis y valorar que lo mejor de 'Destiny' empieza a partir del nivel 20. Lamentablemente eso no se lo cree ni usted, Señor Criptarca, a partir del nivel 20 lo único que empieza es la cuesta abajo que se veía venir desde la mitad de la campaña. Una vez más, otra vez será.

En VidaExtra | Destiny: análisis

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