Todos recordamos, y muchos conservan, las míticas cajas de los videojuegos de la primera PlayStation, las cuales contaban con un diseño cuadrado. Las carcasas contenían el CD o los varios discos necesarios para poder jugar, así como el ya casi extinto manual de instrucciones con información vital sobre la aventura.
Sin embargo, aunque parezca mentira, en Norteamérica le echaron el guante a las primeras unidades de juegos con un formato completamente diferente. Y es que Sony no pudo producir cajas propias en cantidades suficientemente altas para el lanzamiento en 1994 de la consola, por lo que le pidieron ayuda a Sega.
La compañía rival se encontraba dando guerra con Sega Saturn y Sega CD y le vendió unidades a la compañía japonesa para poder abastecerse. En total, fueron 102 videojuegos los que obtuvieron una carcasa distinta a la que tuvo el resto del catálogo. Aquí tenéis unos cuantos ejemplos.
Podéis consultar la lista completa de obras que experimentaron esta peculiaridad que se limitó al territorio norteamericano. Las conocidas como "long boxes" llegaron en tres formatos, pudiendo encontrar las plásticas, similares a las cuadradas; las planas, no tienen nada que mantenga el manual en su lugar dentro, más allá de un bloque de espuma; y las estriadas, con componentes de cartón y que llegaron a ser las más comunes.
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