'Rhythm Paradise'. Análisis

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Que no os engañe el spot de ‘Rhythm Paradise’ en el que aparece Beyoncé haciendo como que juega: este cartucho para la Nintendo DS hay que tenerlo sí o sí. O probarlo, al menos. ‘Rhythm Paradise’ es un pequeño y particular viaje a la prehistoria, a los inicios de la música, a la época en la que las primeras manifestaciones musicales creadas por el hombre, inspiradas por la propia naturaleza, se basaban enteramente en los ritmos.

Quizás en un principio ‘Rhythm Paradise’ espante al que no tenga un sentido del ritmo más o menos desarrollado (tampoco hace falta demasiado, no me entendáis mal), pero como todo en esta vida es cuestión de práctica y, si uno se lo propone, avanzará en el juego y de rebote aprenderá algunos de los muchos e interesantes entresijos de la música sin siquiera darse cuenta.

En ‘Rhythm Paradise’, secuela del juego para GameBoy Advance ‘Rhythm Tengoku’ (no llegó a salir de Japón, tranquilos), no vamos a encontrar temas conocidos de bandas mundialmente conocidas, pero sí una buena cantidad de composiciones musicales creadas por varios músicos entre los que hay que destacar a Mitsuo Terada, un reputado músico y productor japonés más conocido como Tsunku, que también ha colaborado con Nintendo a la hora de desarrollar ambos títulos.

El mecanismo del juego es muy sencillo y se nos presenta en forma de pequeñas pruebas rítmicas que debemos superar si queremos tener acceso a las siguientes. Están organizadas en columnas de cinco, siendo la última en desbloquearse un remix de las cuatro anteriores. Es decir: cada una de las composiciones pondrá a prueba nuestro sentido del ritmo de una forma diferente, teniendo que aplicar todo lo aprendido en una prueba final que nos dará acceso a la siguiente columna. En un principio contaremos con tres filas (15 pruebas incluyendo los tres remixes pertinentes), pero al superarlas todas desbloquearemos tres filas más y, posteriormente, otras cuatro. En total tenemos 50 pruebas, incluyendo los 10 remixes.

El sistema de control también es muy sencillo, basándose solamente en tres tipos de movimientos con el stylus y sus combinaciones: tocar la pantalla, tocar y aguantar, y deslizar. El botón R también nos hará falta en algunos pasajes muy concretos, pero el 99% de las pruebas se juegan única y exclusivamente con el stylus. La consola se sujeta en posición vertical y el juego, cómo no, ofrece la opción de ser jugados por zurdos.

Tranquilos, aunque parezca poca cosa no lo es. ‘Rhythm Paradise’ cuenta con un sistema de medallas gracias al cual vamos a desbloquear muchas cosas más. Este sistema no es más que una recompensa por nuestro esfuerzo a la hora de intentar realizar las pruebas de la mejor forma posible. Es decir, cada prueba puede hacerse mal, bien, bastante bien o genial. Solamente obtendremos medallas al hacerlo genial, lo que implica, en la mayoría de los casos, afinar nuestro sentido del ritmo sobre todo en las partes más complicadas de cada prueba. En otras palabras: podemos obtener medallas incluso cometiendo pequeños fallos, pero tendremos que clavar los pasajes más difíciles. Sin medallas podemos llegar a completar todas las pruebas, sí, pero nos perderemos el resto de contenidos que ofrece el juego.

Además de las pruebas que hemos visto tenemos a nuestra disposición la cafetería y el medallero, dos lugares en los que vamos a encontrar muchos extras, siendo algunos de ellos especialmente jugosos. Vayamos por partes y entremos en la cafetería, desde la que tendremos acceso a:

  • Café y charla: aquí, realmente, no hay chicha. Un barman imaginario nos ofrecerá un café y algo de conversación. No demasiada.
  • Música / Lecturas: antes os decía que cada prueba podía realizarse mal, bien, bastante bien o genial. Es cierto, pero en determinados momentos el juego nos propone volver a llevar a cabo alguna de las pruebas ya superadas con el objetivo de hacer un perfecto. O lo que es lo mismo: no fallar ni una sola vez. La recompensa son, por un lado, los temas musicales de las pruebas, a los que tendremos acceso desde aquí para escucharlos cuando queramos, y por otro lado una serie de textos con consejos sobre el juego y demás.
  • Cómo “tirar”: un sencillo tutorial sobre el arte de “tirar”, que como ya he explicado antes se lleva a cabo deslizando rápidamente el stylus por la pantalla.

Lo mejor está en el medallero, donde encontraremos todo esto:

  • Juegos sin fin: más claro imposible. En función de las medallas que hayamos obtenido en las pruebas tendremos acceso a una serie de minijuegos interminables en los que poner a prueba nuestro sentido del ritmo. El único objetivo en ellos es batir una y otra vez nuestros propios récords.
  • Juguetes rítmicos: similares a los juegos sin fin, salvo que en estos juguetes no hay récords que valgan. Son sólo eso: juguetes. Los hay muy curiosos y muy tontos también.
  • Clases de guitarra (niveles básico y avanzado): aquí es donde la cosa se vuelve a poner interesante. En estas clases deberemos interpretar a la guitarra, junto a nuestro profesor particular, una serie de temas musicales extraídos de las pruebas. Al final de cada clase obtendremos una nota y si sacamos una “A” en todas podremos participar en el Concurso de Rock (se desbloquea al completar los 10 remixes).

‘Rhythm Paradise’ viene completamente en castellano. Y no me refiero solamente a los menús, sino a la mayoría de los temas cantados que podemos encontrar en las pruebas. Ver a una rana cantando un tema en nuestro idioma, sobre todo teniendo en cuenta que las letras tienen su gracia, no tiene precio.

Gráficamente nos ofrece un montón de coloridos decorados y personajes entrañables, donde seres humanos, animales, robots y moais coexisten sin ningún tipo de problema. Olvidaos de gráficos realistas, a ‘Rhythm Paradise’ no le hacen ninguna falta. Lo importante es la música, el ritmo, y ahí podemos estar tranquilos. Los temas son bonitos, graciosos, cañeros. Hay de todo un poco, pero lo que está claro es que las composiciones están realizadas con muy buen gusto y no será extraño que nos encontremos a nosotros mismos tarareando alguna de sus melodías tras una sesión de juego.

‘Rhythm Paradise’, en definitiva, es el ejemplo de cómo hay que hacer un juego musical para la Nintendo DS. Olvidaos de tener que acoplarle periféricos a la consola, para poner a prueba nuestro sentido del ritmo no hacen falta artificios. Con nuestra mano y un trozo de madera es suficiente. Con el stylus y la pantalla táctil de la Nintendo DS también. Un juego indispensable.

Ficha Técnica: Rhythm Paradise

Que no os engañe el spot de ‘Rhythm Paradise’ en el que aparece Beyoncé haciendo como que juega: este cartucho para la Nintendo DS hay que tenerlo sí o sí. O probarlo, al menos. ‘Rhythm Paradise’ es un pequeño y particular viaje a la prehistoria, a los inicios de la música, a la época en la que las primeras manifestaciones musicales creadas por el hombre, inspiradas por la propia naturaleza, se basaban enteramente en los ritmos.

Quizás en un principio ‘Rhythm Paradise’ espante al que no tenga un sentido del ritmo más o menos desarrollado (tampoco hace falta demasiado, no me entendáis mal), pero como todo en esta vida es cuestión de práctica y, si uno se lo propone, avanzará en el juego y de rebote aprenderá algunos de los muchos e interesantes entresijos de la música sin siquiera darse cuenta.

En ‘Rhythm Paradise’, secuela del juego para GameBoy Advance ‘Rhythm Tengoku’ (no llegó a salir de Japón, tranquilos), no vamos a encontrar temas conocidos de bandas mundialmente conocidas, pero sí una buena cantidad de composiciones musicales creadas por varios músicos entre los que hay que destacar a Mitsuo Terada, un reputado músico y productor japonés más conocido como Tsunku, que también ha colaborado con Nintendo a la hora de desarrollar ambos títulos.

El mecanismo del juego es muy sencillo y se nos presenta en forma de pequeñas pruebas rítmicas que debemos superar si queremos tener acceso a las siguientes. Están organizadas en columnas de cinco, siendo la última en desbloquearse un remix de las cuatro anteriores. Es decir: cada una de las composiciones pondrá a prueba nuestro sentido del ritmo de una forma diferente, teniendo que aplicar todo lo aprendido en una prueba final que nos dará acceso a la siguiente columna. En un principio contaremos con tres filas (15 pruebas incluyendo los tres remixes pertinentes), pero al superarlas todas desbloquearemos tres filas más y, posteriormente, otras cuatro. En total tenemos 50 pruebas, incluyendo los 10 remixes.

El sistema de control también es muy sencillo, basándose solamente en tres tipos de movimientos con el stylus y sus combinaciones: tocar la pantalla, tocar y aguantar, y deslizar. El botón R también nos hará falta en algunos pasajes muy concretos, pero el 99% de las pruebas se juegan única y exclusivamente con el stylus. La consola se sujeta en posición vertical y el juego, cómo no, ofrece la opción de ser jugados por zurdos.

Tranquilos, aunque parezca poca cosa no lo es. ‘Rhythm Paradise’ cuenta con un sistema de medallas gracias al cual vamos a desbloquear muchas cosas más. Este sistema no es más que una recompensa por nuestro esfuerzo a la hora de intentar realizar las pruebas de la mejor forma posible. Es decir, cada prueba puede hacerse mal, bien, bastante bien o genial. Solamente obtendremos medallas al hacerlo genial, lo que implica, en la mayoría de los casos, afinar nuestro sentido del ritmo sobre todo en las partes más complicadas de cada prueba. En otras palabras: podemos obtener medallas incluso cometiendo pequeños fallos, pero tendremos que clavar los pasajes más difíciles. Sin medallas podemos llegar a completar todas las pruebas, sí, pero nos perderemos el resto de contenidos que ofrece el juego.

Además de las pruebas que hemos visto tenemos a nuestra disposición la cafetería y el medallero, dos lugares en los que vamos a encontrar muchos extras, siendo algunos de ellos especialmente jugosos. Vayamos por partes y entremos en la cafetería, desde la que tendremos acceso a:

  • Café y charla: aquí, realmente, no hay chicha. Un barman imaginario nos ofrecerá un café y algo de conversación. No demasiada.

  • Música / Lecturas: antes os decía que cada prueba podía realizarse mal, bien, bastante bien o genial. Es cierto, pero en determinados momentos el juego nos propone volver a llevar a cabo alguna de las pruebas ya superadas con el objetivo de hacer un perfecto. O lo que es lo mismo: no fallar ni una sola vez. La recompensa son, por un lado, los temas musicales de las pruebas, a los que tendremos acceso desde aquí para escucharlos cuando queramos, y por otro lado una serie de textos con consejos sobre el juego y demás.

  • Cómo “tirar”: un sencillo tutorial sobre el arte de “tirar”, que como ya he explicado antes se lleva a cabo deslizando rápidamente el stylus por la pantalla.

Lo mejor está en el medallero, donde encontraremos todo esto:

  • Juegos sin fin: más claro imposible. En función de las medallas que hayamos obtenido en las pruebas tendremos acceso a una serie de minijuegos interminables en los que poner a prueba nuestro sentido del ritmo. El único objetivo en ellos es batir una y otra vez nuestros propios récords.

  • Juguetes rítmicos: similares a los juegos sin fin, salvo que en estos juguetes no hay récords que valgan. Son sólo eso: juguetes. Los hay muy curiosos y muy tontos también.

  • Clases de guitarra (niveles básico y avanzado): aquí es donde la cosa se vuelve a poner interesante. En estas clases deberemos interpretar a la guitarra, junto a nuestro profesor particular, una serie de temas musicales extraídos de las pruebas. Al final de cada clase obtendremos una nota y si sacamos una “A” en todas podremos participar en el Concurso de Rock (se desbloquea al completar los 10 remixes).

‘Rhythm Paradise’ viene completamente en castellano. Y no me refiero solamente a los menús, sino a la mayoría de los temas cantados que podemos encontrar en las pruebas. Ver a una rana cantando un tema en nuestro idioma, sobre todo teniendo en cuenta que las letras tienen su gracia, no tiene precio.

Gráficamente nos ofrece un montón de coloridos decorados y personajes entrañables, donde seres humanos, animales, robots y moais coexisten sin ningún tipo de problema. Olvidaos de gráficos realistas, a ‘Rhythm Paradise’ no le hacen ninguna falta. Lo importante es la música, el ritmo, y ahí podemos estar tranquilos. Los temas son bonitos, graciosos, cañeros. Hay de todo un poco, pero lo que está claro es que las composiciones están realizadas con muy buen gusto y no será extraño que nos encontremos a nosotros mismos tarareando alguna de sus melodías tras una sesión de juego.

‘Rhythm Paradise’, en definitiva, es el ejemplo de cómo hay que hacer un juego musical para la Nintendo DS. Olvidaos de tener que acoplarle periféricos a la consola, para poner a prueba nuestro sentido del ritmo no hacen falta artificios. Con nuestra mano y un trozo de madera es suficiente. Con el stylus y la pantalla táctil de la Nintendo DS también. Un juego indispensable.

Rhythm Paradise

Ficha Técnica: Rhythm Paradise

Rhythm Paradise
  • Café y charla: aquí, realmente, no hay chicha. Un barman imaginario nos ofrecerá un café y algo de conversación. No demasiada.
  • Música / Lecturas: antes os decía que cada prueba podía realizarse mal, bien, bastante bien o genial. Es cierto, pero en determinados momentos el juego nos propone volver a llevar a cabo alguna de las pruebas ya superadas con el objetivo de hacer un perfecto. O lo que es lo mismo: no fallar ni una sola vez. La recompensa son, por un lado, los temas musicales de las pruebas, a los que tendremos acceso desde aquí para escucharlos cuando queramos, y por otro lado una serie de textos con consejos sobre el juego y demás.

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Rhythm Paradise
  • Plataformas: Nintendo DS

  • Distribuidor: Nintendo

  • Estudio: Nintendo

  • Lanzamiento: Ya disponible

  • Precio: 29,95 euros

Vídeo | YouTube
En VidaExtra | ‘Rhythm Tengoku Gold’. Primer contacto

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