Aviso: spoilers de Juego de Tronos.
No son pocos los secretos que esconde el mundillo del cine y las series. Me atrevería a decir que incluso son más numerosos que en videojuegos, aunque tampoco me extrañaría saber que estoy equivocado en este sentido. Entre las recientes que más os han gustado están: Coches reales de Mad Max: Fury Road, Ridley Scott flipando con Russell Crowe en Gladiator e Ian McKellen, Gandalf en El Señor de los Anillos, llorando durante El Hobbit.
Hablamos de películas muy queridas por los amantes del cine. Ahora le toca el turno a una leyenda de las series: Juego de Tronos (Game of Thrones). Al margen de qué os pareciese el final, nadie puede negar que se trata de una de las producciones más importantes de los últimos años. Trascendió su condición de serie y se convirtió en un evento social a escala mundial.
Juego de Tronos, inspirada en la obra de George R. R. Martin, se estrenó el 17 de abril de 2011 y finalizó el 19 de mayo de 2019 con 8 Temporadas y 73 episodios, cada uno con una duración que ronda los 40-60 minutos. Sobra decir que ha ganado muchos premios e incluso cuenta con varios récords guiness sobre sus hombros. Actualmente, está disponible en HBO.
La espada flamígera de Beric Dondarrion
La serie de Juego de Tronos cuenta con muchos personajes y momentos memorables, así que es inevitable que otros tantos pasen sin pena ni gloria cuando hacemos memoria. Al fin y al cabo, son 8 Temporadas durante las cuales no hubo fan que quedase sin traumas.
Seguro que muchos no recordáis a Lord Beric Dondarrion (Richard Dormer), conocido como Señor del Trueno y líder de la Hermandad sin Estandartes. Se trata de un personaje curioso porque murió siete veces y fue resucitado seis. Perdía recuerdos cada vez que volvía a la vida. En la serie, muere definitivamente en brazos de Arya Stark tras frenar a los muertos para que esta pudiese escapar (8x03). Teniendo en cuenta lo que hizo la chica después, cumplió de sobra el destino que le tenía preparado su señor.
Lo importante en esta publicación no es su historia, ni siquiera el propio Beric, sino su espada flamígera. El actor Richard Dormer habló con varios medios sobre el funcionamiento de su arma, puesto que su forma de prenderla era un tanto especial. Dijo lo siguiente a The New York Times en agosto de 2017:
No quiero revelar demasiado, pero en realidad es el Señor de la Luz quien hace que se prenda. La razón por la cual Beric usó sangre en la tercera temporada es porque se trataba de un juicio por combate que iba a ser juzgado por ese dios. Pero, en realidad, Thoros y Beric no necesitan usar la sangre, solo pronuncian un rezo, ja, ja, ja. Aunque no puedo decirte cuál es. Pero dicen esas palabras y su dios prende sus espadas.
No fuimos pocos los fans que flipamos al ver cómo se encendía la espada de Beric, especialmente del modo que lo hacían, pero resulta mucho más sorprendente al conocer el dato de que no era un efecto CGI. Richard Dormer literalmente empuñó una espada flamígera real durante el rodaje de Juego de Tronos.
Repitió su experiencia en varios medios como The New York Times y Variety, entre otros, y el denominador común siempre fue el mismo: pesada y peligrosa. "La espada no es CGI", dijo a Variety, "esas llamas siempre eran reales. Duraban aproximadamente dos minutos, así que solo podía usarla durante dos minutos y luego empezaba a apagarse, así que teníamos que empezar todo de nuevo".
Imagen de Juego de Tronos (HBO)
"Pesa tres veces más que una espada normal. La batalla en el islote congelado, toda esa secuencia, tardó cinco semanas", añadió a The New York Times. El problema no solo era su peso, sino el evidente peligro de estar manejando una espada con la hoja envuelta en llamas. Cuenta que el fuego lo cegaba cada vez que pasaba cerca de su cara y no ayudaba que su personaje tuviese un parche en un ojo.
Era pesada, peligrosa y lo cegaba. Esto provocó que todas sus escenas debían ser coreografías al centímetro hasta el punto de que debía poder hacerlas incluso sin ver. Y aun así, Richard Dormer aseguró que no hubo ni un accidente con la espada flamígera de su personaje. Teniendo en cuenta todas sus escenas, es algo sorprendente.
Es como un baile, aunque no puedas ver nada, sabes que tienes que moverte hacia allá o que se acerca este tipo y hay que hacer este otro movimiento. Y se necesitan dobles de acción muy buenos. No puedes hacer un movimiento de repente o algo distinto a lo practicado porque si no te cortan a la mitad. Con, literalmente, un centímetro en falso, puede haber un accidente.
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