The Talos Principle: análisis

The Talos Principle: análisis
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The Talos Principle no es el típico juego sobre el que se centran los focos durante su proceso de desarrollo, y tampoco estará entre los más recordados por el público a la hora de hacer una retrospectiva del año 2014. De hecho, el haber sido puesto a la venta a mediados de diciembre ha dilapidado por completo sus posibilidades de aparecer en las típicas listas de lo mejor del año que tradicionalmente se empiezan a cocinar en el mes de noviembre. Y es una pena, os lo digo ya, porque estamos ante una de las grandes sorpresa de la temporada, un juego que merece mucho más reconocimiento del que el aparato mediático le va (le vamos) a conceder.

No es, eso os lo digo ya, un juego pensado para contentar al gran público, y eso que viene firmado por un equipo, Croteam, cuya carta de servicios ha estado formada hasta la fecha principalmente por un shooter sin complejos que debería convencer a todo el mundo como es 'Serious Sam'. La única relación real que vamos a encontrar entre dicha franquicia y este nuevo título que se acaba de poner a la venta será el motor gráfico empleado, compartido con el aún entre fogones 'Serious Sam 4', la temática ambiental de algunos escenarios y el logotipo que aparece en pantalla mientras cargamos el juego; cualquier otro parecido es pura coincidencia.

Croteam viene a probar aquí que no piensan quedar encasillados en una única forma de hacer las cosas

Se trata pues de toda una declaración de intenciones por parte del estudio de desarrollo croata, que tras haber estado centrado en la misma saga durante lo que llevamos de siglo, viene a probar aquí que no piensan quedar encasillados en una única forma de hacer las cosas. Se han aliado para ello con dos escritores que han empezado a labrarse un nombre dentro del terreno indie como Tom Jubert ('FTL: Faster Than Light') y Jonas Kyratzes ('The Sea Will Claim Everything'), quienes se han dispuesto a contar una historia muy alejada de los temas habituales en el terreno de los videojuegos, cargada de conceptos filosóficos, preguntas abiertas y referencias históricas y mitológicas. Solo por la valentía que ello implica ya se merecen toda nuestra atención.

Jugar nos hace humanos

Talos Principle 2

Podría contar infinidad de cosas sobre el argumento que se desenvuelve, lento y retorcido, mientras avanzamos por los jardines de Elohim, la misteriosa voz en off que nos guía de forma paternalista y que procura dar muy pocas respuestas a las muchas preguntas que nos acosan, pero sinceramente creo que será mejor que lo vayáis descubriendo por vosotros mismos. Eso sí, será necesaria mucha proactividad por vuestra parte, ya que gran parte de la narrativa se realiza a través de extensos textos, en muchos casos fragmentados o erróneos, que iremos encontrando en terminales abandonados por los escenarios, o en códigos QR dispersos cuya autoría solo plantea más incógnitas; olvidaos pues de conversaciones aclaratorias y de recursos comunes para las explicaciones, y preparaos para una trama que en sí misma es un puzle más a resolver.

Las referencias literarias en las que se basan son en cualquier caso muy evidentes: esa eterna cuestión sobre lo que nos hace humanos que asoló a Philp K. Dick en obras como '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?', así como en la inolvidable 'Blade Runner' para la que sirvió de inspiración, o esos debates sobre nuestra cada vez más próxima relación con la robótica que planteó hace décadas Isaac Asimov a lo largo de toda su obra. No son nuevos por tanto los dilemas que expresa 'The Talos Principle', ni siquiera son extraños al mundo del ocio electrónico, pero sí es cierto que se tratan aquí con una profundidad y una riqueza a la que no estamos en absoluto acostumbrados los jugadores. Es igual de evidente que peca en muchos momentos de pretencioso, de obtuso por el mero gusto de serlo y de tramposo en determinados puntos, pero brilla por encima de todo ello la valentía demostrada al elegir los temas tratados, la forma de hacerlo y la vasta riqueza de sus referencias.

Preparaos para una trama que en sí misma es un puzle más a resolver

Por su particular concepción, todo este contexto argumental no es imprescindible para poder avanzar en las diferentes fases que forman la aventura, así que quienes no deseen pasar horas leyendo textos grandilocuentes podrán evitarlos e ir directos al grano jugable, pero mi consejo claro es que merece la pena dedicarles el tiempo necesario para llegar a apreciar en toda su dimensión el gran trabajo realizado por Croteam. Con su elaborada trama se da sentido a este proyecto que, inevitablemente, nos recuerda desde el primer instante al majestuoso 'Portal', referente claro del cual hereda tantísimas ideas sin ningún disimulo.

Como en el inolvidable título de Valve, nos encontraremos encerrados en una suerte de centro de investigación donde tendremos que abrirnos camino a base de resolver en primera persona (aunque se puede elegir una cámara al hombro) pequeños puzles que pondrán a prueba todo nuestro ingenio y nuestra destreza, ayudándonos para ello de diversos objetos que nos permitirán interactuar de formas diversas con las pruebas diseñadas por Elohim (para nuestro crecimiento o para su divertimento). Cada vez que completemos con éxito una fase obtendremos sigilos, unos tetrominós de diferentes colores que, además de servir como homenaje al puzle digital por excelencia, nos irán abriendo paso a nuevos niveles, a objetos necesarios para descifrar los enigmas o a esa misteriosa torre que es el McGuffin del que nuestro creador nos intenta alejar constantemente.

El puzle abierto

Talos Principle 2

Cuando era niño me gustaba ayudar a mi madre a hacer puzles, aunque por aquel entonces mis capacidades no eran en absoluto suficientes como para poder afrontar aquellos desafíos de miles de pequeñas piezas de cartón; a pesar de ello, sí que alcanzaba a entender las reglas que mi madre se había impuesto voluntariamente para poder afrontar el desafío de manera más sencilla, dividiendo el proyecto en pequeñas tareas donde hasta yo podía participar (agrupar las piezas por colores o buscar aquellas que pertenecieran a los bordes, por ejemplo). 'The Talos Principle' sigue en buena medida esa clase de reglas a la hora de plantear la aventura: la imagen global es inmensa, casi imposible de abarcar, pero viene fragmentada en retos menores que podemos ir decidiendo cuándo y cómo afrontar a nuestro libre criterio, o al menos con una muy estudiada sensación de libertad.

El inmenso desafío viene dividido en retos menores que podemos ir decidiendo cuándo y cómo afrontar a nuestro libre criterio

Sin llegar a estar situado en un mundo abierto propiamente dicho, el planteamiento del juego se acerca mucho a él, y es aquí donde encontramos uno de los principales puntos que lo diferencian de ese gran referente que es 'Portal', el cual venía establecido como una ruta totalmente lineal y donde superar cada nivel era imprescindible para poder dar paso al siguiente. Cuando nos veamos atascados, el propio director de la función nos recordará de forma condescendiente que no es necesario obtener todos los sigilos disponibles para conseguir ir más allá, elección de diseño que le aporta dos grandes virtudes: ayuda a reducir la frustración provocada por las pruebas que se nos antojan insuperables y produce en nosotros la sensación de que el entorno por explorar resulta mucho más grande de lo que en realidad es (aunque con más de 120 apasionantes retos por completar ya os digo yo que pequeño tampoco es).

Talosprinciple

Como he comentado antes, la otra gran diferencia que vamos a encontrar con la obra que le sirve de inspiración viene en la faceta narrativa, pues 'The Talos Principle' opta por un modelo excesivamente abierto, en oposición al desarrollo argumental claramente pautado que sigue Valve. Este sistema no es en absoluto de fácil digestión, y por descontado se está sacrificando la espectacularidad casi cinematográfica para ofrecer una experiencia que, de tan pausada que resulta, inevitablemente se convierte en fría y distante. Si nuestro duelo a muerte con GlaDOS era una razón tan poderosa como los propios puzles para volver a 'Portal', no sucederá lo mismo aquí con los enigmas de Elohim, al menos hasta bien avanzada la función, aunque no por ello estamos ante un argumento exento de interés.

La particular ambientación del juego, inspirada en grandes civilizaciones caídas y rodeada por una banda sonora tan discreta que a veces parece desaparecer, invita mucho a esa forma pausada y reflexiva de ir viéndolas venir que nos propone. El hecho de que haya que avanzar bastante para encontrar los retos verdaderamente complicados también nos habla de la paciencia que requiere un título así, pero todo durante el camino resulta tan equilibrado, tan bien estudiado y tan satisfactorio cuando por fin damos con la tecla adecuada, que las horas invertidas en él no nos dejarán encima ese agotamiento mental propio de otros productos del mismo género. Esa es una muestra más de que, a pesar de las muchas deudas que no se preocupa en ocultar a otras obras, 'The Talos Principle' anda también sobrado de personalidad propia, de carácter inconfundible y de los componentes necesarios para acabar estableciéndose como una producción de culto que no será jugada por el público mayoritario, pero que contará con el cariño eterno de quienes sí le presten su atención.

A favor

  • Los amantes de 'Portal' por fin tenemos un nuevo referente en el que fijarnos
  • Amplísimo, abierto a la exploración y muy astuto a la hora de limitar la frustración del jugador
  • Una historia profunda, inteligente y alejada de convencionalismos formales

En contra

  • Hay un evidente toque de petulancia rodeando todo
  • Es necesario avanzar bastante para encontrar los puzles más atractivos
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