Héroes. Héroes reales, anónimos, que demuestran día a día su valentía y cuyos actos jamás acaban teniendo trascendencia. Pero hoy vamos a intentar hacer una excepción con Donald Barnes. Un ciudadano normal y corriente, un padre de familia, que ha visto truncada su vida a los 41 años de una forma brutal e inesperada. Y no es que en VidaExtra pasemos a hablar de los terribles sucesos que ocurren, por desgracia, en el día a día en cualquier parte del mundo, no. Es que Donald Barnes era un reputado artista y modelador 3D que había trabajado en infinidad de videojuegos que todos conocemos.
Desde el año 1996 había desarrollado una carrera profesional que lo había llevado a trabajar desde EA Tiburon hasta Sony Santa Monica y a participar en innumerables juegos como ‘Transformers’, ‘Kung Fu Panda’ o casi toda la serie de ‘Madden’. Modelador, diseñador de personajes y lead artist disfrutaba ahora de una placentera vida en California junto a sus dos hijos, chica y chico de 17 y 8 años respectivamente. Todo hasta hace unos días cuando alrededor de las nueve de la noche, reposando en su domicilio, escuchó una fuerte discusión entre un hombre y una mujer que provenía de la calle.
Oak Park es un lugar tranquilo y residencial así que, en principio, no había nada que temer. Donald Barnes salió de su casa y al ver que el hombre estaba agrediendo a la mujer se apresuró a interceder para detener la pelea. Fue el único que acudió al rescate para intentar detener a Bikram Singh Otal que parecía haber perdido el control. Su hija Maddie, de 17 años, lo veía desde la ventana esperando que a su padre no le pasara nada.
Craso error. Según la policía Bikram asestó diversas puñaladas en el torso del bueno de Donald que si bien consiguió detener la agresión a la mujer quedó muerto en la misma escena del crimen.
“Era genial, muy divertido y feliz y es muy triste ver que su vida ha sido cortada así, de repente. Es un héroe.”
Maddie recordará a su padre de la mejor manera que pueda, como un héroe y se siente afortunada por ser ella la que lleve la carga de haberlo visto todo y no su hermano de 8 años. Estaba en el apartamento y pudo escuchar cómo sucedían los eventos, pero al menos no lo vio.
Un héroe anónimo semejante a los que, seguramente, tuvo que modelar en su carrera como artista de videojuegos y que dio la vida intentando detener una agresión. Y lo más triste de todo es que si Donald Barnes no hubiera muerto nadie estaría hablando de él. Seguiría siendo un héroe, habría detenido la agresión y probablemente a estas horas continuaría modelando el personaje que dejó a medio acabar el viernes. Ojalá hubiese pasado eso.
El supuesto agresor permanece detenido y debe afrontar el pago de un importe muy elevado, unos 500,000 dólares, si quiere salir en libertad bajo fianza. Todavía no se conocen los motivos que llevaron a Bikram a perder así la cabeza ni tampoco si tenía algo personal en contra de Donald y que, al verlo interceder por la mujer, se desató provocándole un ataque de furia. Siguen buscando evidencias pero lo que sí está claro es que la figura del artista era intachable.
Un tipo que no se quedó en la seguridad que brindaba su confortable apartamento. Un tipo que no dudó en intentar parar una agresión. Un tipo que no pasó de largo y que, desgraciadamente, pagó con su vida el ser un buen ciudadano y una buena persona. Un tipo que ya no podrá seguir trabajando en la industria del videojuego pero que ha dejado un ejemplo que perdurará durante mucho tiempo.
Que estas líneas sirvan como pequeño homenaje y como excepción a tanta noticia sobre consolas, juegos y guerras triviales entre compañías que hacen que nos enfademos por cosas absurdas y banales. Hace unos días en Oak Park un miembro de la industria daba su vida para defender a una mujer. Eso sí es importante.
Descanse en Paz Donald Barnes.
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