Sueños lúcidos y videojuegos unidos en un reciente estudio de la psicóloga Jayne Gackenbach

Sueños lúcidos y videojuegos unidos en un reciente estudio de la psicóloga Jayne Gackenbach
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Durante el repaso matutino de artículos del sector me he encontrado con un texto en The Verge que me ha llamado la atención. En él se habla de un reciente estudio de la psicóloga Jayne Gackenbach en el que se unen dos conceptos tan aparentemente diversos como el mundo de los sueños y el de los videojuegos.

Lo que podría convertirse en una causa más para atacar al medio en manos de buscadores de un trasfondo amarillista, se traduce aquí en una aparente relación directa entre las horas que pasamos frente a los videojuegos y la posibilidad de tener sueños lúcidos, es decir, sueños en los que tomamos el control de los acontecimientos.

El mayor paralelismo entre los juegos y los sueños es que, en ambos casos, estás en una realidad alternativa, ya sea creada de forma biológica o técnica. Los jugadores ya saben lo que es tener el control de una realidad alternativa, así que tiene sentido que se percaten "estoy en un sueño" y sepan cómo manipular la situación.

Si me ha llamado la atención, y puede que a vosotros os la sople u os sintáis identificados con ello (os invito a contar la vuestra en los comentarios), es porque en más de una ocasión me he visto en una pesadilla en la que, preso del miedo, reconocía que estaba en un sueño y actuaba en él como director de orquesta. Precisamente lo que se apunta desde el estudio de Gackenbach.

De lo que no puedo hablar con conocimiento de causa es de lo que supone otra de las características que según la psicóloga podemos llegar a dominar, la de cambiar entre una vista en primera y tercera persona, que extrajo de un estudio a 125 jugadores y no jugadores y sus experiencias y patrones de sueño.

Al menos en los jugadores masculinos, jugar parece servir de protección contra las pesadillas y a la larga pueden verse como algo bueno. La amenaza es menos perturbadora y no te despierta.

También se encarga de apuntar las dudas que presentan hacia los patrones de sueño de las futuras generaciones las nuevas tecnologías. Si lo visto hasta el momento ofrece semejante potencial, imaginad lo que podría suponer un uso prolongado y habitual con plataformas como Oculus Rift.

Si tras horas enganchado a un juego de puzles, vuelves a la cama y acabas viendo piezas cayendo por todos lados, pasar por una sesión de 'Amnesia' en el dispositivo de realidad virtual puede convertirse en un viaje que ya quisieran los consumidores de LSD de los 60.

Vía | The Verge

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