Que a estas alturas todavía pueda sorprendernos que juegos como ‘The Walking Dead’ sean usados en el ámbito académico dice mucho de lo atrasados que estamos en nuestro país en materia de educación. Pero no soy ningún experto en el tema ni es este el lugar para ponernos a discutir sobre el sistema educativo español, así que iré al grano: Tobias Staaby, profesor de la escuela Nordahl Grieg situada en Bergen (Noruega), ha decidido usar el juego de Telltale Games para impartir clases de ética.
Si por algo se caracteriza ‘The Walking Dead’ es por obligar al jugador a tomar decisiones constantemente, la mayoría de ellas muy duras y con efectos directos tanto en el protagonista como en el resto de personajes. ¿Por qué a nadie se le habría ocurrido antes que esta característica podría ser utilizada para enseñar tres o cuatro cosas sobre cómo reaccionamos ante determinadas situaciones y por qué? Teniendo en cuenta, además, que uno aprende las cosas mejor cuando se divierte, todo esto suena ideal.
Lo mejor de todo: el debate posterior
Me gusta el hecho de que los videojuegos puedan ser vistos como herramientas educativas, incluso con títulos tan aparentemente alejados de cualquier aula como este ‘The Walking Dead’, pero más allá de que se trate de un juego violento y sangriento repleto de zombis, lo que más me ha gustado de la propuesta es que en la clase juegan todos los alumnos y posteriormente se comparan las distintas decisiones que han ido tomando mediante encuestas.
Algunos de estos alumnos serán jugadores habituales, pero otros muchos no. Y no parece importarles ni la crudeza de la propuesta de ‘The Walking Dead’ ni el método elegido en sí, porque el sistema simplemente funciona. Consigue la participación y la atención de todos y propicia el debate. ¿Por qué unos eligen una opción y otros una completamente distinta ante la misma situación? El juego no busca dar lecciones de ningún tipo, pero a través de la puesta en común de las decisiones de cada uno y del enfoque que le da el profesor, parece que se puede aprender algo. De hecho hay una de las alumnas que asegura aprender todo lo expuesto en una sola lección: la diversión les lleva a participar de forma activa y a asimilar conceptos de forma mucho más rápida.
Staaby tiene la esperanza, tal y como vemos al final del vídeo, de que en cinco años haya más profesores usando métodos similares.
Vía | Destructoid
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