Ya tengo hack & slash favorito: cómo descubrí cercenando cadáveres el significado de los memes de Metal Gear Rising

Ya tengo hack & slash favorito: cómo descubrí cercenando cadáveres el significado de los memes de Metal Gear Rising

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Metal Gear Rising

Cada vez que me toca hablar sobre los hack & slash, expiro un suspiro profundo. Mi relación de amor-odio es muy intensa con uno de los géneros más alocados de los videojuegos. Me encanta God of War; aborrezco Devil May Cry. Tal y como estáis leyendo, os topáis frente a un pecador mortal que ha encontrado su expiación en Metal Gear Rising: Revengeance.

Ni rastro de Big Boss, Solid Snake, Otacon o cualquier personaje de la saga de Konami, y tampoco se le espera a Hideo Kojima. La marca de la casa abandonó el barco para un proyecto que no pudo tener mejor relevo. PlatinumGames, esos encantadores descerebrados, tomaron las riendas del título que protagoniza un Raiden que no siempre ha conseguido el cariño del público. Tras ventilarme el juego en algo menos de cinco horas, ya no tengo dudas de que es el maldito amo.

Desbroza el mundo

2018. Cuatro años después de los acontecimientos de Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots el mundo parece que por fin ha terminado con la dichos economía de guerra, pero lo cierto es que no. Raiden forma parte de la empresa Maverick PMC y  lucha en conjunto por defender los intereses de sus clientes junto a un grupo bastante variopinto, especialmente el carismático Doktor.

Una serie de circunstancias desembocan en que Desperado Enterprises se alce como rivales principales con Winds of Destruction como fuerza antagonista. Mistral, Moonson y Sundowner son sus miembros, a cada cual liderado por Samuel, el hombre que he visto aquí y allá con memes basados en él. No hace falta situar demasiado lo que sucede, pues los espadazos están al caer.

Metal Gear Rising

Una de mis quejas principales jugando a hack & slash es la complicación a la hora de ejecutar combos para sentirse poderoso. Es una necesidad vital que en obras de estas características me vea como un arma de destrucción masiva, sin nadie que pueda hacerme frente. Metal Gear Rising lo consigue a la perfección gracias a una de las mecánicas más espectaculares y orgánicas que haya visto jamás.

El poder cortar absolutamente todo lo que vemos, con una precisión milimétrica, es una auténtica fantasía que hace que adore los videojuegos. ¿No es Raiden uno de los mejores ninjas que hayan existido? Pues en consonancia con ello hagamos que cree diminutos trozos de puertas, columnas, puentes, coches y de todo lo que te propongas. Sin embargo, lo mejor es cuando se aplica en el combate.

Ponerte frente a un enemigo humano o robot, no importa, y comenzar a machacar los botones para dejarlo en trocitos es un placer culpable que desconocía en mí. El modo ninja, el cual activa la cámara lenta para que los cortes sean exactamente donde queremos, activa el festival del gore y la depravación. Solo a PlatinumGames se le ocurriría rematar la faena con un contrincante arrancándole la columna vertebral.

Metal Gear Rising

Afila la espada

A Metal Gear Rising le importa un reverendo carajo las leyes de la física; lo único que interesa es tener estilo espada en mano. Que Raiden tenga tacones y sujete la espada con el pie suma muchos puntos extra, pero hay secuencias absolutamente demenciales que elevan el listón todavía más. Lo estoy escribiendo, aunque todavía me cuesta creer que haya saltado entre misiles y corrido por paredes de un rascacielos mientras todo se viene abajo.

Son una suerte de QTE en muchos casos, al igual que los combos definitivos, pero no se puede negar que son fabulosos. Sobre todo cuando tienes una banda sonora en la que John Bush , Tyson Yen, Free Dominguez , Jason C. Miller y Jimmy Gnecco ponen voz a temazos épicos que mezclan heavy metal con música electrónica. Qué despliegue musical, menuda barbaridad de acordes mientras estás enfrascado en partirle el cráneo al pesado de Steven Armstrong.

Metal Gear Rising

Desde luego que se goza con las batallas contra los jefazos del Winds of Destruction, a pesar de que con quien me lo he gozado más ha sido con Samuel. Su lucha se centra en el parry, esa mecánica que en cuanto perfeccionas hace que te sientas invencible. No tengo ni la más remota idea de cómo apareció en mitad de la carretera para detenerme, pero su espada molaba demasiado como para no quedársela. La guarda Wolf durante unos minutos y es una pena que esté tan tremendamente desaprovechado el lobo mecánico.

Nos acompaña durante diferentes tramos, pero termina adelantándose o desviándose hacia caminos alternativos que no podemos ver. Hubiese sido genial poder integrarlo en las secuencias de sigilo, un pequeño guiño identitario a la saga de espionaje. Con todo, aquí no hablamos de Tactical Espionage Action, sino de Lightning Bolt Action.

Dios bendiga América

Y por ello se reservaron para el final la locura, la ida de olla más loca que haya visto en mucho tiempo. Si la lucha del comienzo contra Metal Gear Raven era demencial, lo de Excelsus se sale de la escala. Un tipo tan diminuto como Raiden frente a un mecha arácnido que no tendría ningún sentido crear hoy en día. Y es que en realidad su acero es el papel de regalo que esconde a Armstrong, el senador de Colorado que quiere lanzar su candidatura a presidente de los Estados Unidos.

Metal Gear Rising

Un tipo que no para de lanzarnos un discurso sobre cómo debe funcionar el mundo y para que nos demos cuenta de que... tiene razón. Él no es el héroe y nosotros tampoco somos necesariamente el villano, pero Armstrong está en lo cierto. Quiere liberar al país norteamericano del yugo de todo lo que lo ha podrido por dentro, pero solo tiene que desatar un conflicto internacional para conseguirlo. ¿El fin justifica los medios? Parece que no, aunque las nanomáquinas de su cuerpo dicen que sí.

En un alarde de vigorexia instantánea, el político se convierte en una de las masas de músculos más graciosa que haya visto. Ver que la ropa que lleva está a punto de estallar, las frases delirantes que pronuncia y las posturas que pone son tremendas. Más y más memes van pasando frente a mis ojos, reconociendo imágenes que he visto por Internet. Ahora comprendo por qué es tan bueno el momento en el que le aporreas el pecho sin compasión para que no surta ningún efecto. Un colofón glorioso que demuestra que lo verdaderamente malo de Metal Gear Rising es que se termina, pero se confirma que PlatinumGames es un estudio que quiero seguir exprimiendo al máximo.

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