Cuando ser presidente en la Moncloa dependía de nosotros: así podíamos gobernar España desde el PC de casa hace 15 años

Cuando ser presidente en la Moncloa dependía de nosotros: así podíamos gobernar España desde el PC de casa hace 15 años

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Las elecciones generales a la presidencia de España han concluido y es momento de que los partidos intenten realizar pactos y gobernar durante los próximos cuatro años de legislatura. No sabemos cuál será el desenlace definitivo, pero hace 15 años lo teníamos bastante más claro debido a que el control del gobierno nacional dependía de nosotros.

Esa era la propuesta que planteaba Yo Presidente, objetivo: La Moncloa, un curiosísimo simulador de estrategia política que nos ponía al frente del Estado para que fuese nuestra responsabilidad el devenir del pueblo. Sin embargo, en primer lugar es necesario contextualizar la aparición de tan extraña franquicia que sigue vendiéndose hoy en día.

Geo-Political Simulator es el nombre que recibe la saga que nació de la mano de la desarrolladora francesa Eversim, una empresa que ha lanzado diversos títulos desde 2008, siempre desde un marco político. La primera edición lanzada en Francia sentaba las bases de un producto que nos permitía controlar cualquier país sobre la faz de la Tierra, pero con la particularidad de ofrecer un contexto muy personalizado para cada uno de ellos.

Debido a la buena acogida de la obra en aquel año en territorio francés, fue Planeta DeAgostini Interactive la encargada de intentar repetir el éxito en España. Adquirió los derechos de publicación y tuvo la fantástica idea de adaptar el título al panorama político que se vivía en ese momento en suelo español, pues el 9 de marzo de 2008 se realizaron las elecciones generales que dieron como ganador al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero frente al PP de Mariano Rajoy.

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El Palacio de la Moncloa se convirtió en el reclamo perfecto para el subtítulo de un juego que nos incentivaba a mantenernos en el poder lo máximo posible y dirigir los designios del país desde la residencia oficial del presidente y su familia. Lejos de tener un carácter casual, lo cierto es que Yo Presidente, objetivo: La Moncloa nos ponía en un brete cada vez que podía.

Cada detalle que envolvía a España debía ser resuelto, ya sea a nivel político, militar, medioambiental, científico, económico, cultural, religioso y mucho más. La capacidad para influir en pequeños parámetros era absoluta, por lo que tener controlados a los Ministerios correspondientes era fundamental. Podíamos disfrutar de tres modos:

  • Modo libre: mantenernos en el poder el mayor tiempo posible y extender nuestra influencia a todos los lugares.
  • Modo Escenario y misiones: se nos lanza en mitad de una situación muy determinada que debemos resolver, ya sean elecciones o invasiones militares.
  • Modo Juego de Guerra: batallas multijugador para hasta 16 usuarios en el que será necesario acribillarse en el campo de batalla. También se podía jugar en solitario.
Yo presidente Moncloa

Para conocer el impacto de nuestras políticas en Yo Presidente, objetivo: La Moncloa podíamos consultar un semanario impreso que recogía todos los sucesos importantes y cómo el país se veía afectado por las medidas. El HUD del juego presentaba una gran cantidad de información a tener en cuenta, con perfiles de los mandatarios, jefes de Estado, mapa en 3D, fronteras, regiones, ciudades y muestras de qué clases de alianzas o enemistades ligaban a los países.

Subir el IVA, modificar las pensiones, crear impuestos nuevos, retrasar la edad de jubilación, ordenar investigaciones secretas, realizar actos públicos para la prensa y muchos otros actos estaban al alcance de la mano. Sin embargo, no todas tenían por qué ser posibles, ya que las leyes debían ser refrendadas por el Congreso de los  Diputados y es ahí donde comenzaban las negociaciones con otros partidos políticos si no poseíamos la mayoría absoluta necesaria para sacarlas adelante sin colaboración externa.

La política exterior no era desdeñable, pues era preferible mostrarse abierto al organizar encuentros con el Papa, el secretario general de la ONU, deportistas de élite y los propios presidentes de los países de nuestro entorno. De todo ello podían surgir acuerdos y firmas que beneficiasen a España, en este caso, o a cualquier otro país que hubiésemos escogido para jugar.

Yo Presidente Moncloa

La carrera por la Casa Blanca

España no fue el único país que recibió una adaptación propia de Geo-Political Simulator. Los Estados Unidos dieron la bienvenida a The Race for the White House: Game en 2012, centrándose en la campaña electoral que libraron Barack Obama por el partido demócrata frente a Mitt Romney encabezando al partido republicano. La cuestión de presidir el país más importante del mundo también llegó a los videojuegos y no terminó ahí la propuesta.

En 2016 Eversim repitió la misma jugada, pero cambiando los protagonistas. En aquel momento le tocaba el turno a Donald Trump y Hillary Clinton, los cuales se disputaban el despacho oval. Lo cierto es que el estudio francés siempre se ha valido de una base de datos absurdamente enorme para refrendar el gran realismo que muestra su serie de videojuegos y se ha jactado de cifras.

Yo Presidente Moncloa

230 países o territorios reconocidos por la ONU, información meteorológica, mineral, económica, energética, volcánica y así hasta casi el infinito en un intento constante de adaptar la realidad del mundo al plano virtual. Ahora mismo podemos hacernos con la versión más reciente en Steam, llamada Power & Revolution 2023 Edition y que, evidentemente, se centra en reflejar el grave conflicto que se vive en Ucrania tras la invasión de Rusia. Si queréis probar suerte, tomad nota del presidente ficticio Fidel Washingsky, el cual lleva unos cuantos años en el poder:

"Llevo 60 años por aquí —y todavía no me he marchado. Durante este tiempo, he visto como presidentes caían en un santiamén. Para mí es fácil. Cuando una ley está siendo bloqueada por unos pocos votos miserables, no puedo molestarme: ordeno rápidamente a mis fieles agentes secretos que investiguen a los miembros del parlamento que no cooperan. En este grupo siempre hay algunos tentados por el dinero. Una cita con ellos y bum, trato hecho, a cambio de un voto. Después, solo tengo que mantener el estado de derecho y tener un poco de paciencia…"

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