Desde que pude probar un casco de realidad virtual por primera vez, tuve muy claro que ésta es una tecnología que necesita juegos creados expresamente para ella. Es decir: lo de trasladar géneros y experiencias ya existentes, simplemente añadiéndoles la posibilidad de ser disfrutadas con unas gafas, nunca me ha parecido la mejor de las ideas.
Coger las mecánicas de los FPS de toda la vida, a los que hemos jugado durante años con ratón + teclado o bien con un mando de consola, y trasladarlos tal cual a un entorno de realidad virtual creo que no tiene demasiado sentido.
Primero porque ya hemos comprobado que los movimientos rápidos marean a cualquiera que juegue con un casco de RV, y segundo por la gran cantidad de acciones que podemos llevar a cabo en un juego de este tipo, a las cuales hay que sumar el headtracking y la detección de movimientos.
Teniendo en cuenta estos inconvenientes, y después de haber finalizado ‘Farpoint’, he de decir que el juego desarrollado por Impulse Gear sabe sortear varios escollos con soltura. La culpa de esto la tiene en gran medida el PS VR Aim Controller, el mando en forma de pistola que se estrena en PS4 con este juego, pero también un diseño bastante astuto. Y no, el juego no marea. La velocidad a la que anda el protagonista está pensada para evitar náuseas.
Acribillando bichos en un planeta extraño
‘Farpoint’ nos traslada hasta un planeta alienígena tras producirse una ruptura en una anomalía que estaban estudiando unos científicos. Nosotros, que controlamos a un piloto, nos colaremos junto a la nave principal y a su tripulación por un agujero de gusano y, como quien no quiere la cosa, pasaremos de estar cerca de Júpiter a caer en un planeta situado a 800.000 años luz de la Tierra. Casi nada.
Una vez en tierra firme deberemos ir en busca de los científicos, para lo cual contaremos con unos archivos holográficos repartidos por el planeta que deberemos ir escaneando y que nos irán explicando qué fue de ellos.
El punto de partida no es demasiado original, a pesar de ser muy jugoso, como tampoco lo es la historia que se irá desarrollando a medida que vayamos avanzando en el juego. Sin embargo, donde ‘Farpoint’ acierta es al ofrecer una experiencia de juego tirando a dura.
Me explico: este no es el típico título a modo de demo técnica pensado para que cualquiera pueda coger el PS VR Aim Controller y pasearse por un planeta alienígena contemplando el paisaje como si nada, no. Se trata de un juego completo cuya historia dura alrededor de 6 o 7 horas y en el que los enemigos nos van a hacer sudar la gota gorda.
Es cierto que, sobre todo durante los primeros compases del juego, hay muchos momentos de calma en los que básicamente tendremos que ir andando de un punto a otro, quizás aderezados aquí y allá con algunos enemigos menores, pero a medida que el juego avanza los enfrentamientos se empiezan a complicar y a suceder con mayor frecuencia. Algunas zonas son verdaderos hervideros de criaturas alienígenas en los que deberemos afinar nuestra puntería, ser rápidos y agudizar nuestra atención porque nos van a intentar matar por todos lados y sin miramientos. Y vamos a morir más de una y de dos veces.
Estos momentos más frenéticos revelan dos cosas: 1) la sensación de inmersión que ha conseguido Impulse Gear gracias al uso del PS VR Aim Controller es enorme. El arma en pantalla responde a los movimientos del controlador-pistola con total precisión: movimiento que hagamos, movimiento que veremos replicado en el juego con total fidelidad 1:1. Eso de acercarse la pistola de plástico al ojo para apuntar usando la mirilla y ver que, efectivamente, estamos mirando a través de ella y fijando objetivo, es bastante alucinante; y 2) por muy inmersivo que haya quedado todo, aquí es donde se le vuelven a ver las costuras a lo que decía al principio: un FPS necesita de una mayor soltura a la hora de movernos y apuntar a todo bicho viviente para acribillarlo.
Puesto que la opción más cómoda para realizar los giros (aquella que nos evita los temidos mareos, para que nos entendamos) se basa en girar hacia derecha o izquierda en intervalos de un ángulo concreto al pulsar el stick derecho (situado en la parte trasera de la pistola, en este caso), cuando nos rodean varios enemigos resulta realmente complicado hacerlo todo bien: apuntar, recargar, cambiar de arma si es necesario, vigilar ataques aéreos, etc. La alternativa es peor: si lo configuramos para que los giros sean sin intervalos, tal y como sucede en los FPS normales, aparecen los mareos.
Evidentemente no hay nada que no se solucione reintentando cada situación las veces que haga falta hasta saber cuál es el mejor plan de ataque, pero esa explicación me ayuda a reforzar la idea de que, por un lado, ‘Farpoint’ no es una demo por la que pasar de puntillas en modo contemplativo, y por el otro, la de que aunque el juego tiene muchos aciertos, sigue siendo un FPS trasladado a la RV con todo lo que ello comporta.
Hay un aspecto que también me gustaría destacar, y es lo mucho que el juego tarda en dar lo mejor de sí. Durante demasiado tramo de ‘Farpoint’ los escenarios no están formados más que por rocas. Las típicas formaciones rocosas de color marrón de toda la vida que consumen pocos recursos, sí, pero que resultan muy poco atractivas.
Cuando pienso en un planeta alienígena quiero ver cosas alucinantes, no cuatro piedras marrones puestas una detrás de otra. Lo peor de esto es que, en su tramo final, el juego demuestra que, además de un interesante giro argumental, es capaz de darnos otro tipo de entornos y de lucir de forma decente sin tener que recurrir a los trucos de siempre. ¿Por qué no se le ha sacado más partido a esto durante el resto de la aventura?
PS VR Aim Controller: el secreto de la inmersión
Dejando a un lado los sosos pedruscos por los que vamos a deambular, toca hablar del nuevo controlador que se estrena en PS VR con ‘Farpoint’. Se trata del PS VR Aim Controller, el cual incluye absolutamente todos los botones de un DualShock 4 y los ubica de forma bastante cómoda. Echadle un ojo a este esquema:
A ambos lados del gatillo está situado el botón R1, de forma que el mando puede ser usado tanto por diestros como por zurdos, y en la parte superior están el botón PS y el botón del touchpad. En este caso no hay zona táctil, no tendría mucho sentido.
La empuñadura lleva el stick izquierdo, la cruceta y los botones Share y Options en su parte interior, mientras que por fuera encontramos los botones L1 y L2. Como se puede observar en la imagen, los cuatro botones de acción rodean al stick derecho, mientras que el gatillo equivale al R2.
Es fácil acceder a todos los botones en plena acción, salvo en un par de excepciones: tanto el botón Share como el Options están en una ubicación un tanto rara y no demasiado cómoda. No es algo grave, pero sí he notado que para pausar el juego o hacer capturas y vídeos he tenido que ir tanteando cada vez para encontrarlos en vez de pulsarlos sin pensar como sí sucede con el resto.
El mando es ligero y muy cómodo, tanto en postura como al tacto. En todo caso es normal sentir algo de cansancio en los brazos, sobre todo si jugamos de pie, pero también si lo hacemos sentados en largas sesiones de juego. Si descansamos al menos 5 o 10 minutos cada hora lo agradeceremos.
El arma que lleva nuestro personaje en el juego replica nuestros movimientos con exactitud
En cuanto a la batería, que se recarga de igual forma y con el mismo cable que el DualShock 4 (no viene incluido en el pack), lo único que puedo decir es que no se me ha agotado en las más de siete horas que le he dedicado tanto a la historia como al resto de modos. De hecho todavía le queda más de la mitad.
Lo más alucinante del PS VR Aim Controller lo he comentado más arriba: el arma que lleva nuestro personaje en el juego replica nuestros movimientos con exactitud. Y en un título como este se trata de un aspecto clave si lo que se busca es inmersión y precisión.
La opinión de VidaExtra
‘Farpoint’ no pasará a la historia como una obra maestra, y probablemente ni siquiera como uno de los mejores FPS del año, pero no cabe duda de que Impulse Gear ha hecho un trabajo más que decente trasladando las mecánicas del género a un entorno de realidad virtual. Sobre todo gracias al nivel de inmersión que ofrece PS VR Aim Controller, un buen mando-pistola para el que ya se han confirmado más juegos compatibles en un futuro.
Si queremos alargar la vida del juego, cuyo modo historia ronda las 6 o 7 horas de duración, tenemos a nuestro alcance un modo cooperativo para dos jugadores con sus propias reglas por un lado, y la posibilidad de llevar a cabo desafíos en niveles a escoger por el otro. Cabe decir que el cooperativo no va demasiado fino. Es curioso eso de ver a otro personaje controlado por una persona al lado tuyo en realidad virtual, pero se mueve un poco a saltos y de forma algo acartonada.
El objetivo del cooperativo no es llevar a cabo la campaña acompañado, sino más bien trabajar en equipo para aniquilar enemigos y conseguir las mejores puntuaciones, puesto que el juego cuenta con sus propios rankings online. Un modo que, sinceramente, dudo que esté muy poblado dentro de unas cuantas semanas.
‘Farpoint’, que viene completamente traducido y bien doblado al castellano, es la demostración de la contradicción con la que abría el análisis: por un lado prueba que se pueden hacer cosas interesantes en el terreno de los FPS tradicionales para realidad virtual, y por el otro deja patente que lo ideal es aprovechar esta tecnología para crear experiencias innovadoras en lugar de intentar trasladar los géneros más trillados a estos entornos, ya que no acaban de quedar redondos.
A favor
- La precisión del PS VR Aim Controller
- La sensación de inmersión
- Algunos enfrentamientos son épicos
En contra
- Escenarios muy monótonos
- En combates frenéticos se resiente por ser un FPS tradicional trasladado a la realidad virtual
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