Este juego mezcla Tinder, creación de ciudades y el drama de formar una familia de forma magistral. Ya puedes probarlo gratis en Steam

Este juego mezcla Tinder, creación de ciudades y el drama de formar una familia de forma magistral. Ya puedes probarlo gratis en Steam

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Lakeburg Legacies

De entre todas las demos que he ido probando del Steam Next Fest, puede que Lakeburg Legacies sea una de las que más me ha sorprendido. Uno de esos juegos a los que te acercas sin saber muy bien qué esperar y terminas enganchado hasta la médula hasta que el mensaje de “fin de la demo” te saca de un guantazo de tu embobamiento.

Mezclando cosas tan dispares como un simulador de citas a lo Tinder con la creación y gestión de ciudades, Lakeburg Legacies se las apaña para dar forma a una de esas combinaciones tan locas como acertadas. Un juego tan interesante como adictivo que, por suerte para los que caigan en sus redes, demuestra tener mucho más que una buena idea.

Un constructor de ciudades distinto

Con una ciudad inicial que se limita a un descampado en el que construir casas, una cabaña para leñadores y un pobre diablo más solo que la una, nuestro papel será hacer crecer el pueblucho hasta convertirse en un próspero reino y, cuando consigamos colocar a uno de nuestros ciudadanos a dirigir el cotarro, la victoria será nuestra.

La clave está en el cómo llegamos a ese punto. Lo básico lo podéis dar por sentado. Poner a alguien a trabajar en la cabaña de leñador nos aportará madera que nos servirá para crear una granja, la comida nos servirá para cubrir las necesidades del pueblo y que se desbloqueen nuevos edificios, esos nuevos edificios nos darán acceso a nuevos materiales… Y así hasta que podamos dar por finiquitada la construcción de nuestro pueblo.

El girito viene en la forma de atraer ciudadanos, y es que a diferencia de la clásica estrategia de construir casas y esperar que la gente llegue a ellas como por arte de magia, aquí tendremos tres opciones para ampliar el pueblo: atraer gente a base de soltar pasta, que escasea, hacer que la gente venga al pueblo porque se han enamorado de alguien que vive en él, y engendrar hijos que el día de mañana puedan hacer que la rueda siga girando.

Mediante una suerte de Tinder, apoyado en la bola de cristal de una celestina, deberemos fijarnos en los gustos y manías de cada pretendiente para ver si son la pareja perfecta para el ciudadano que queremos emparentar. Si es el adecuado o adecuada, tocará montarles la cita perfecta y ver cómo sigue la cosa.

Lakeburg

Montando tu propia telenovela turca

Acordándonos de los gustos y manías de ambos llevaremos la cita por uno u otro camino en base a un pequeño test que simula ese primer acercamiento entre ambos y, si las coincidencias terminan siendo lo suficientemente fuertes para que florezca el amor, el posterior casamiento nos dejará con una nueva pareja en el pueblo y la futura posibilidad de que empiecen a aparecer retoños hasta de debajo de las piedras.

El drama, como ya habréis imaginado, viene justo a continuación, porque mantener cubiertas las necesidades de cada ciudadano supondrá que estén felices para que esos retoños lleguen antes, pero no siempre es fácil tenerlos bien provistos de calcetines, un plato que llevarse a la boca, un trabajo con el que se sientan realizados y, por descontado, un ambiente lo suficiente estable en casa para que la cosa no se nos vaya de madre.

Y ni siquiera con eso estará todo asegurado. Cuando menos te lo esperes el roce en el trabajo provocará que uno de tus felices cónyuges eche una canita al aire, y con ello llegarán los divorcios, y la necesidad de crear una nueva casa, y a ver qué hacemos con los niños y, bueno, creo que el mejor ejemplo posible para entender hasta qué punto se complican las cosas de un día para otro es que la opción de acelerar el tiempo sólo es recomendable cuando tengas todo atado y bien atado.

Lakeburg

Con mecánicas no disponibles en la demo y un lanzamiento para la segunda mitad de 2023 en Steam, queda por ver hasta qué punto Lakeburg Legacies sigue creciendo y convirtiéndose en algo más que un pasatiempo pasajero. Con buenas tramas detrás de esos dramas y un reto a la altura para que el pueblo no termine siendo Sodoma y Gomorra yo ya me daría por satisfecho.

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