Desde el lanzamiento de Nintendo Switch, es un chiste recurrente lo de exigir que todos los juegos salgan para ella. Cuando se anuncia algún título no es raro ver unos cuantos comentarios preguntando si tendrá versión para la consola de Nintendo.
Las compañías son conocedoras del panorama, e incluso Microsoft se ha salido de su zona de confort habitual lanzando un par de exclusivos en Switch. Muchos de los juegos que llegan a ella salen también en formato físico. Un fenómeno que, como apunta Matt Piscatella en Twitter, se ha disparado con la plataforma híbrida.
En relación al hilo de ayer sobre lanzamientos físicos, incluyendo las predicciones para 2019. Imagina prever esa curva de Nintendo en 2016.
En el anterior hilo que menciona Piscatella (y que no incluye predicciones para 2019, por eso aparece un descenso extraño), se muestra cómo en 2016 las consolas de Nintendo sólo recibieron 24 títulos en formato físico, mientras que a partir de 2017 han sido ni más ni menos que 179 entre los dos años posteriores.
En porcentajes, el 6% de juegos físicos en 2016 perteneció a Nintendo. Este año es el 34%. Las fechas coinciden. En marzo de 2017 fue cuando Nintendo Switch vio la luz, y a partir de entonces ha sido un no parar a la hora de recibir ports, versiones físicas de indies, y títulos tanto first como third party.
Está demostrado que al público le gusta poder elegir entre jugar en modo portátil o en la televisión. Aunque los juegos sean por lo general más caros que en otros sistemas.
En cuanto a PS4 y Xbox One, que también se muestran en los gráficos, ambas consolas siguen viendo sus lanzamientos crecer a un ritmo normal, salvo quizás un pequeño descenso en 2018. En comparación, la curva de Nintendo es mucho más acuciante.
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