A mediados de septiembre del año pasado se produjo una de las mayores operaciones de la industria de los videojuegos: Microsoft compraba Mojang, el estudio responsable del fenómeno ‘Minecraft’, por 2.500 millones de dólares. Fue una sorpresa para muchos: Markus Persson, su fundador, se había mostrado reacio en varias ocasiones a este tipo de movimientos. En junio de 2014 escribía esto en su blog:
Mojang no existe para darle la mayor cantidad de dinero a sus propietarios. Como accionista mayoritario lo sabría. Es muy tentador cada vez que nos llega una propuesta por una gran cantidad de dinero que nos haría ganar mucho dinero, pero al final decidimos hacer lo que tenga más sentido para nuestros productos o lo que nos parezca divertido para nosotros en Mojang.
Notch se había convertido con el tiempo en una especie de símbolo del desarrollo independiente para miles de jugadores. Con ‘Minecraft’ consiguió lo que nadie había conseguido antes: poner un juego pequeño en el centro mismo de la industria y convertir a Mojang en la estrella más brillante de la escena independiente.
La sorpresa también se produjo en Mojang
La adquisición de Mojang por parte de Microsoft no sólo pilló por sorpresa a la comunidad, sino a los propios empleados de la compañía. No supieron nada hasta el comunicado oficial. Gracias a la última actualización del libro ‘Minecraft: The Unlikely Tale of Markus Notch Persson and the Game that Changed Everything: Second Edition’, disponible a partir del próximo 16 de junio y al cual Wired ha podido tener acceso, podemos conocer algunos detalles más de la operación que hasta ahora no habían salido a la luz.
Por aquel entonces Jens Bergensten llevaba casi tres años como programador principal de ‘Minecraft’ después de que en diciembre de 2011 el propio Markus le cediera su puesto. Fue el primer empleado en enterarse de la inminente compra. Los únicos que hasta ese momento conocían las intenciones de Microsoft eran Carl, Jakob y Markus, los fundadores. A Jens le pareció una locura: ¿acaso no formaba él parte del estudio sobre el que su principal fundador había repetido en varias ocasiones que su objetivo primordial no era ganar dinero? Llegó a creer que todo aquello no era más que una elaborada broma e insistió en hablar personalmente con Markus.
Conversaron con calma, en privado, sobre todos aquellos temas que les preocupaban: la reacción de la comunidad cuando se hiciera pública la operación, el ataque personal que probablemente sufriría Markus, la intención de este de alejarse de Internet, y de todo en realidad, por una temporada. El trato estaba hecho, sólo quedaba seguir el procedimiento estándar en este tipo de adquisiciones y Mojang acabaría formando parte de Microsoft.
Jens, al que le encargaron revisar el código de ‘Minecraft’ y mantener contacto con Microsoft para resolver todo tipo de cuestiones técnicas, debía mantener el pico cerrado. Nadie más en Mojang debía saber lo que iba a suceder hasta el último momento. De hecho, de no ser por su posición en el estudio, Jens también hubiera permanecido en la oscuridad hasta el final.
Una oferta que (casi) nadie podía rechazar
Microsoft quería comprar Mojang única y exclusivamente por ‘Minecraft’. Sabía que sería complicado conseguir la confianza y la lealtad de los empleados del estudio, por lo que puso sobre la mesa una oferta que nadie podría rechazar: todo aquel que se quedara en Mojang al menos seis meses después de la compra recibiría dos millones de coronas suecas (alrededor de 215.000 euros). Además de esto, el salario de cada empleado quedaba asegurado durante los dos años siguientes incluso en el caso de que Microsoft decidiera cerrar las oficinas de Estocolmo para llevarse el desarrollo a Redmond.
El dineral que era capaz de generar ‘Minecraft’ iba directamente a los bolsillos de los tres fundadores del estudio. Los empleados tenían su salario y una serie de privilegios por formar parte del equipo. Lo que en cualquier otra compañía sería lo normal, en Mojang empezó a verse como algo extraño. El estudio vendía la imagen de ser un buen sitio para trabajar, más como un grupo de buenos amigos o incluso como una familia que como la típica estructura empresarial dividida en directivos y trabajadores. Hacían fiestas contínuamente, lo pasaban bien y alardeaban de fomentar una cultura de empresa abierta y honesta, pero con el tiempo la distancia entre los empleados y los fundadores fue aumentando. Al final, antes de ser adquirido por Microsoft, Mojang se había convertido en un centro de trabajo más.
Durante los días previos a la adquisición, algunos de los empleados se sintieron traicionados por Markus. Ya no era solo lo que la comunidad pudiera pensar de este movimientos, sino que desde dentro tampoco se percibió como algo natural, ni siquiera honesto o consecuente. Sin embargo los empleados, salvo alguna excepción puntual, aceptaron los más de 200.000 euros que Microsoft les ofrecía a cada uno por no abandonar la compañía.
Los fundadores deciden no continuar
Uno de los aspectos más curiosos de la operación, principalmente porque no es algo que suela darse en estos casos, fue la decisión de los fundadores de Mojang de abandonar la compañía una vez realizada la venta. Carl, Jakob y Markus aceptaron los 2.500 millones de dólares que Microsoft ofrecía por su estudio a cambio de no formar parte de la nueva estructura. El propio Persson habló de ello:
No me veo a mí mismo como un verdadero desarrollador de juegos. Hago juegos porque es divertido y porque amo los videojuegos y amo programar, pero no hago juegos con la intención de que se conviertan en grandes éxitos, y no intento cambiar el mundo. Minecraft se convirtió en un gran éxito y la gente me dice que ha cambiado los juegos. Nunca lo pretendí. Es halagador, y verse gradualmente empujado a una especie de atención pública es interesante.
En ese mismo texto añadía lo siguiente:
En cuanto este acuerdo finalice abandonaré Mojang y volveré a hacer Ludum Dares y pequeños experimentos en la web. Si accidentalmente hago algo que gane tracción probablemente lo abandonaré inmediatamente. Teniendo en cuenta que mi imagen pública ya está desvirtuada no espero deshacerme de los comentarios negativos con esto, pero al menos no sentiré la responsabilidad de tener que leerlos.
Cuando Microsoft organizó la primera visita a las instalaciones de Mojang en Estocolmo, enviando a una comitiva de ocho personas encabezada por el director general de Microsoft Game Studios, Matt Booty, Markus no acudió. En su lugar, Carl se hizo cargo de todo. Los presentes aseguran que Booty confundió Mojang —el estudio— con ‘Minecraft’ —el juego— en varias ocasiones, provocando cierta incomodidad entre todos aquellos empleados que nunca habían tenido nada que ver con el título. Quedaba claro, una vez más, que Microsoft estaba comprando Mojang única y exclusivamente por ‘Minecraft’. ¿Qué iba a suceder con otros desarrollos o con el futuro del estudio? No importaba demasiado.
Tras una serie de formalidades, el 6 de noviembre de 2014 Mojang dejó de ser uno de los estudios independientes más importantes de la industria para convertirse en otra extremidad más de un gigante llamado Microsoft.
Ver 51 comentarios