¡Oiga familia, está escuchando la estación mas perrona, East Los FM! ¡Los saludo su amigo, Don Cheto! Esta ha sido una de las frases más repetidas en mi cabeza mientras jugaba a GTA Online a lo largo de la última semana. El señor Cheto y el Instituto Mexicano del Sonido han sido mi tabla de salvación ante unos días que han sido una auténtica montaña rusa.
Lo que Rockstar da, Rockstar te acaba quitando y esa una máxima que debo interiorizar durante mi travesía en el modo multijugador. He recibido bastantes alegrías, pero todo se ha ido a pique por un desafortunado. He pasado de llevarme un coche deportivo escandaloso a querer tirarme de los pelos por perder toda una plantación de marihuana.
El sol sale por las mañanas
Tan cierto es esto como que tengo East Los FM aporreando mis tímpanos según escribo estas letras. A lo largo de la semana he entrado en una dinámica fabulosa y con la que creo que GTA Online realmente me ha atado en corto. Estoy muy cómodo haciendo todos los encargos y consiguiendo que los negocios salgan a flote.
Juego mucho más, me preocupo de que cada contrabando cuente con el contrabando suficiente, que el Black Hole sea trending topic todos los días y al final la cuenta bancaria lo agradece. No pierdo tiempo en llevar mercancía de un lugar a otro, la mentalidad es que voy a necesitar otra caja fuerte en la que meter tanto billete.
En definitiva, la rutina mafiosa me entretiene muchísimo y he aprendido que una visita diaria al casino está recomendado por nueve de cada diez crupiers. Con todo, no me la juego en el póquer, sino que recojo mi bonificación como visitante de 1.000 fichas y tiro de forma inocente la ruleta sin coste alguno.
La fortuna me ha sonreído tantísimo que sí, me he llevado el coche que corona el centro de la sala. Nada más y nada menos que un Overflod Entity XF, un deportivo de lujo que cuesta 795.000 dólares y pasa a formar parte de mi creciente garaje. Los Santos me mira con una brillante sonrisa.
La penumbra del atardecer
Esta semana me he preocupado de ver qué actividades reciben doble de experiencia y recompensa en GTA Online. Me hubiese gustado probar lo que tiene por ofrecerme las misiones del casino, pero me ha sido imposible desbloquearlas en tan poco tiempo. Así que me he aferrado al premio que se encuentra en Los Santos Tuners.
El bueno de Hao siempre coloca un coche deslumbrante para que lo contemplemos y lo consigamos siendo constantes. Quedar entre los cinco primeros durante tres días seguidos en las series de persecución. Vamos a ver, debe ser una broma. Básicamente hay que ser rápido evitando a la policía, o lo que viene a ser lo que hace el 90% el jugador promedio de cualquier GTA que se haya visto.
Si no soy un maestro cogiendo de lado cualquier curva con la pasma pisándome las ruedas, me declaro un fracasado. Efectivamente, soy un fraude más grande que el Maze Bank. Soy rematadamente malo compitiendo en este formato y si termino entre los cinco primeros es porque no somos más de ese número o porque los que están detrás de mí deben ir en el Alpine de Fernando Alonso.
Sorprendentemente, consigo ganar en la última carrera que necesito y me hago con el Dewbauchee Specter, valorado en unos 599.000 dólares. No es que me flipe, pero no voy a quejarme de haberme llenado los bolsillos con tanta carrera y de tener otro exceso en el garaje.
Sin embargo, tuve que buscar nuevos retos y las misiones de contacto de Gerald también me reportan beneficios dobles. El colega de Lamar, uno de los clasicazos de PS3 y que me ha recordado a la pobreza de actividades que había hace dos generaciones. Realizo unas cuantas misiones, pero son un cliché con patas.
Ve aquí, mata a todo lo que se mueve, luego ve a allá y eres mi perrito faldero haciéndote dar vueltas por media ciudad. No hay cinemáticas, apenas hay contexto para lo que sucede y puedo entender que en 2013 era más difícil hacer un trabajo complejo, pero se queda francamente corto. Eso sí, 31.000 dólares a la hucha.
La desdicha de la noche, pero...
Ya veis que mis últimos compases no estaban siendo una fiesta llena de jolgorio y es debido a que se avecinaba la oscuridad absoluta. Recibo un mensaje en el móvil avisándome de que mi negocio de marihuana está siendo atacado, una afrenta que no puedo dejar pasar por alto.
Estoy llegando a un punto en el que ya llamo la atención por mi buen hacer, así que toca responder con plomo. Es la primera vez que intentan destruir mi imperio, pero no tengo ninguna duda de que las cabezas van a rodar. Llego más rápido que cuando me ofrecen analizar Elden Ring y el panorama es intimidante.
Helicópteros y vehículos por todas partes para intervenir una cantidad desmedida de cogollos en una nave industrial pordiosera. Una operación policial excesiva, así que bajo del coche, me parapeto y... muerto. El desgraciado del policía me aniquila desde arriba y paso a ser "detenido".
Entiendo que voy a sufrir algún agravio, aunque la sorpresa es mayúscula. Todos los suministros ahora forman parte de una prueba en la comisaría en mi contra hasta que desaparezca misteriosamente en una enorme cortina de humo. Lo he perdido todo, todito. Mi fábrica de marihuana está en quiebra.
De verdad, había invertido una buena cantidad de pasta, tenía mejoras y ahora está en la ruina. Con todo, resulta que solo he perdido la plantación que tenía en ese momento y no el progreso ya comprado. Serán cerca de 200.000 dólares que ya no puedo cobrar, pero es recuperable. Además, un último destello de esperanza aparece.
Vuelvo a mi querido casino y tiro la ruleta. No sé si tengo la bendición de los hermanos Houser, pero otra vez me toca el coche nuevo. Me llevo un Grotti Turismo R, valorado en 500.000 dólares y ya tengo una auténtica centella en el garaje. Sé que no está entre los 10 vehículos más rápidos de todo GTA Online, pero tengo claro que la escudería me garantiza romper los límites de velocidad sin problemas.
Una semana bastante ajetreada y eso que no he grabado momentos ridículos vividos durante estos días. Por cierto, me han comentado que hay cierto vehículo acuático al que debería echar un vistazo si quiero forrarme de lo lindo...
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