'Little Big Planet' análisis de la Beta. Y al tercer día un SackBoy resucitó...

'Little Big Planet' análisis de la Beta. Y al tercer día un SackBoy resucitó...
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e: {"alt":"analisis_little_big_planet.jpg","src":"8a1aa6\/analisis_little_big_planet","extension":"jpg","layout":"small","height":316,"width":500}]]Muñequitos de trapo para arriba, muñequitos de trapo para abajo, hacia el centro y para adentro. Tanto si quieres como si no. Desde hace unos meses vivimos lo que muchos han llamado ya "la conquista de los SackBoys", y ante una avalancha tal de publicidad y publicidad y más publicidad, el riesgo de ser un hijo del hype está por las nubes.

Y desde Sony se apuesta de manera clara y meridional por que 'Little Big Planet' se convierta en ese título especial que respalde a su consola a nivel de ventas. Tarea harto difícil que tendrá que compartir con 'Killzone 2' y que grandes títulos ya intentaron en el pasado con diversos resultados.

Del juego en cuestión se ha hablado mucho, han corrido ríos de tinta sobre lo que hace, lo que no hace, lo que ofrece, si es un virado hacia el casualismo por parte de Sony, si no es más que un plataformas normal y corriente, en definitiva,¿'Little Big Planet' está a la altura de lo que se ha dicho sobre él? La respuesta, después de jugar a la beta que Sony nos ha facilitado, es que sí, 'Little Big Planet' cumple lo prometido, pero puede que no guste a todos.

Si buscásemos una manera sencilla y directa de definir al juego que hoy nos ocupa, podríamos agarrarnos a una sencilla definición y concluir que 'Little Big Planet' es la reinvención de la rueda. O lo que es lo mismo, es la evolución lógica del género de las plataformas, adaptado a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías a nivel comunicacional.

El título nos permitirá jugar de un modo normal, cubriendo pantalla tras pantalla como si de un juego tradicional de plataformas al uso se tratase. Esos escenarios, que sirven como tutorial de más de una hora de duración, nos mostrarán las características básicas del título y, consiguiendo pasarlos, iremos desbloqueando nuevos ítems que, ahora sí, nos enseñarán toda la potencia del juego.

Y es que a nivel de posibilidades, 'Little Big Planet' hace honor a su título y brinda un sinfín de combinaciones. Pero vayamos paso por paso y expliquemos todos los puntos necesarios para entender el tamaño de la obra a la que nos enfrentamos.

Jugar a 'Little Big Planet' es como leer Los Pilares de la Tierra. Es una experiencia dura al principio, por la cantidad de información necesaria para empezar a rodar solos, pero que enseguida te atrapa y consigue convertirte en el SackBoy más pintado.

Permitidme que en este análisis no cumpla los patrones standard que cumplo a rajatabla en el resto. En su lugar, voy a relatar de la mejor manera posible y paso a paso lo que la beta nos ofrece y la manera en la que lo hace. Recordad que no se trata del juego definitivo y que los errores se presuponen.

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La primera vez que abres 'Little Big Planet' te sorprende su sencillez. Una interfaz sumamente sencilla y con nuestro querido (y odiado) SackBoy como protagonista. Podemos controlarlo y recorrer una pequeña pantalla en la que se van mostrando los nombres de los creadores del monstruo, los chicos de Media Molecule. Al llegar al final empieza el juego.

Aprenderemos a personalizar a nuestro pequeño saquito. Al pulsar el botón adecuado se consigue abrir su menú de acciones, entre las que se contempla el cambio de vestuario (parece que las posibilidades de personalización van a ser una brutalidad), la gestión de nuestras pegatinas (elementos que iremos ganando y que podemos colocar por todo el escenario, incluso para interactuar con mecanismos) y demás gracietas que nuestro protagonista puede ejecutar (pulsando las flechas direccionales conseguimos que cambie expresiones faciales, pulsando los gatillos gesticula los brazos, etc).

Pero entremos en materia. ¿De qué demonios va este juego? Pues de pasar pantallas saltando. Así de claro y catalán, que se dice por aquí. Se trata de un plataformas normal y corriente, y que tiene en la posibilidad de crear escenarios interactivos, originales y compartirlos, su mayor punto fuerte. Recolectaremos esferas y llegaremos a un punto final en el que se medirá el tiempo, y el número final de ítems recogidos. Si lo hemos hecho bien, pasaremos a la siguiente pantalla y se guardará nuestra puntuación que competirá, vía online, con la que otros hayan conseguido.

Ya basta de dar vueltas. Pasemos a lo que interesa, el editor de niveles. Ya queda claro que el juego parte de una estructura semejante a la de un plataformas tradicional, pero no tengo tan claro si su evolución seguirá manteniendo esas reglas.

Lo que podemos hacer en el universo de los SackBoys, es sencilla y brutalmente increíble. Editar la luz, el tiempo, el tono, los elementos, la estructura que los forma, el plano de profundidad, los retos, las construcciones, los materiales... creedme si os digo que los tutoriales gigantescos están justificados. Aprender a usar todos los recovecos que nos regala el motor será una ardua tarea (amenizada brillantemente por sus tutoriales interactivos) y el que lo consiga, se enfrentará a todo un reto creativo.

Pero señores, la mejor parte del título que nos ocupa, no son los gráficos (muy bien conseguidos gracias a sus efectos de post proceso, a un particular uso de la profundidad de campo y al brillante diseño de los SackBoys). La mejor parte del juego es su sistema de físicas que podría clasificarse como lo más brillante que ha pasado en esta generación (a falta de que lo superen, que seguro que no tardarán).

Los materiales elegidos por nosotros se comportan de manera correcta, con una fricción determinada y un peso adecuado a su tamaño. La madera es madera y se rompe como la madera y el metal es metal y pesa como el metal, con todas sus consecuencias. Todo tiene una interacción real con nuestro protagonista y la libertad para colocar elementos a nuestro gusto es abrumadora.

Podremos elegir los elementos que hayamos ganado (en la beta se ganan jugando partidas normales) y colocarlos. Modificando a nuestro antojo su tamaño, su rotación, su escala, profundidad y posición global en el escenario. Una vez colocados, caerán (cosas de la física) hasta tocar el suelo y permanecer en su posición final.

Pero ese motor de físicas tan impactante y que conseguirá que muchos de vosotros babeéis creando desquiciantes niveles, también tiene algo que, particularmente, no me acaba de gustar.

Quizá para un jugón como yo, que viene de la vieja escuela y para el que el género de las plataformas tiene su máximo exponente en los "Mario Bros" en dos dimensiones, la apuesta jugable de 'Little Big Planet' no acaba de funcionar.

Entendedme, no es una crítica al juego, que seguro que a muchos de vosotros encantará. Es que eso de que el personaje salte, empujado con una inercia real, cuando llegue al punto álgido progresivamente vea disminuida su potencia hasta formar una parábola y caer, es demasiado. Antes, en los juegos que todos tenemos en mente, este mismo proceso se simulaba (físicas falsas que le llaman los entendidos) y pese a que de real no tenía nada, sí que le daba una dimensión más directa.

Imagino que es cuestión de acostumbrarse y de acabar de hacerse a la idea de que, desde que los sistemas de físicas reales inundaron los videojuegos, los plataformas ya no volverán a ser los mismos.

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Tras este pequeño y quisquilloso paréntesis, prosigamos con el análisis. Una vez que hayamos conseguido crear nuestro propio mundo y lo hayamos guardado, podemos compartirlo. Y es aquí donde 'Little Big Planet' se convierte en algo mayúsculo. Todos los componentes de red social que se le han añadido, sistema de votaciones de pantallas, vestidos, iconos, chat, intercambio de ítems o juego en red, se ponen de acuerdo para prologan la experiencia jugable hasta el infinito y más allá.

Por que pedirle al juego que busque una partida y te añada para competir en un escenario con otros jugadores, es algo muy divertido y demencial. Ver a un buen número de SackBoys saltando por una pantalla construida con toda la mala intención del mundo e intentando conseguir el máximo número de esferas, es algo digno de ver y de jugar. Y si además, añadimos la posibilidad de jugar con otros SackBoys controlados por tus amigos en la misma consola y a la vez que tú, la diversión se dispara.

Hay que decir también que la beta trae consigo algunos errores. Diversos cuelgues en la consola y sobretodo una buena dosis de lag en las partidas multijugador. Por supuesto esperemos que para la versión final hayan desaparecido de la faz de la tierra y que la experiencia sea completa.

En resumen, si es que aún seguís leyendo (que la cosa se ha alargado), la sensación que provoca 'Little Big Planet' es inmejorable. Es divertido, desquiciante y alocado, con posibilidad casi infinita de crear escenarios y con unas herramientas de red social que para sí querrían muchas aplicaciones web 2.0.

Eso sí, si os consideráis unos enamorados de las plataformas tradicionales y por ende con unas físicas más falsas que la palabra de 'Alan Wake', quizá en 'Little Big Planet' os sintáis un poco extraños. Habrá que acostumbrarse, imagino que es el futuro.

Ahora toca esperar y ver qué pasa. Sony se ha jugado mucho en este título y no son tontos, saben que lo que tienen entre manos es muy bueno e intentar reinventar el género de las plataformas no está al alcance de todos, pero... ¿conseguirá el favor de sus usuarios?

Ficha Técnica: 'Little Big Planet'

Muñequitos de trapo para arriba, muñequitos de trapo para abajo, hacia el centro y para adentro. Tanto si quieres como si no. Desde hace unos meses vivimos lo que muchos han llamado ya "la conquista de los SackBoys", y ante una avalancha tal de publicidad y publicidad y más publicidad, el riesgo de ser un hijo del hype está por las nubes.

Y desde Sony se apuesta de manera clara y meridional por que 'Little Big Planet' se convierta en ese título especial que respalde a su consola a nivel de ventas. Tarea harto difícil que tendrá que compartir con 'Killzone 2' y que grandes títulos ya intentaron en el pasado con diversos resultados.

Del juego en cuestión se ha hablado mucho, han corrido ríos de tinta sobre lo que hace, lo que no hace, lo que ofrece, si es un virado hacia el casualismo por parte de Sony, si no es más que un plataformas normal y corriente, en definitiva,¿'Little Big Planet' está a la altura de lo que se ha dicho sobre él? La respuesta, después de jugar a la beta que Sony nos ha facilitado, es que sí, 'Little Big Planet' cumple lo prometido, pero puede que no guste a todos.

Si buscásemos una manera sencilla y directa de definir al juego que hoy nos ocupa, podríamos agarrarnos a una sencilla definición y concluir que 'Little Big Planet' es la reinvención de la rueda. O lo que es lo mismo, es la evolución lógica del género de las plataformas, adaptado a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías a nivel comunicacional.

El título nos permitirá jugar de un modo normal, cubriendo pantalla tras pantalla como si de un juego tradicional de plataformas al uso se tratase. Esos escenarios, que sirven como tutorial de más de una hora de duración, nos mostrarán las características básicas del título y, consiguiendo pasarlos, iremos desbloqueando nuevos ítems que, ahora sí, nos enseñarán toda la potencia del juego.

Y es que a nivel de posibilidades, 'Little Big Planet' hace honor a su título y brinda un sinfín de combinaciones. Pero vayamos paso por paso y expliquemos todos los puntos necesarios para entender el tamaño de la obra a la que nos enfrentamos.

Jugar a 'Little Big Planet' es como leer Los Pilares de la Tierra. Es una experiencia dura al principio, por la cantidad de información necesaria para empezar a rodar solos, pero que enseguida te atrapa y consigue convertirte en el SackBoy más pintado.

Permitidme que en este análisis no cumpla los patrones standard que cumplo a rajatabla en el resto. En su lugar, voy a relatar de la mejor manera posible y paso a paso lo que la beta nos ofrece y la manera en la que lo hace. Recordad que no se trata del juego definitivo y que los errores se presuponen.

littlebigplanet_screen.jpg

La primera vez que abres 'Little Big Planet' te sorprende su sencillez. Una interfaz sumamente sencilla y con nuestro querido (y odiado) SackBoy como protagonista. Podemos controlarlo y recorrer una pequeña pantalla en la que se van mostrando los nombres de los creadores del monstruo, los chicos de Media Molecule. Al llegar al final empieza el juego.

Aprenderemos a personalizar a nuestro pequeño saquito. Al pulsar el botón adecuado se consigue abrir su menú de acciones, entre las que se contempla el cambio de vestuario (parece que las posibilidades de personalización van a ser una brutalidad), la gestión de nuestras pegatinas (elementos que iremos ganando y que podemos colocar por todo el escenario, incluso para interactuar con mecanismos) y demás gracietas que nuestro protagonista puede ejecutar (pulsando las flechas direccionales conseguimos que cambie expresiones faciales, pulsando los gatillos gesticula los brazos, etc).

Pero entremos en materia. ¿De qué demonios va este juego? Pues de pasar pantallas saltando. Así de claro y catalán, que se dice por aquí. Se trata de un plataformas normal y corriente, y que tiene en la posibilidad de crear escenarios interactivos, originales y compartirlos, su mayor punto fuerte. Recolectaremos esferas y llegaremos a un punto final en el que se medirá el tiempo, y el número final de ítems recogidos. Si lo hemos hecho bien, pasaremos a la siguiente pantalla y se guardará nuestra puntuación que competirá, vía online, con la que otros hayan conseguido.

Ya basta de dar vueltas. Pasemos a lo que interesa, el editor de niveles. Ya queda claro que el juego parte de una estructura semejante a la de un plataformas tradicional, pero no tengo tan claro si su evolución seguirá manteniendo esas reglas.

Lo que podemos hacer en el universo de los SackBoys, es sencilla y brutalmente increíble. Editar la luz, el tiempo, el tono, los elementos, la estructura que los forma, el plano de profundidad, los retos, las construcciones, los materiales... creedme si os digo que los tutoriales gigantescos están justificados. Aprender a usar todos los recovecos que nos regala el motor será una ardua tarea (amenizada brillantemente por sus tutoriales interactivos) y el que lo consiga, se enfrentará a todo un reto creativo.

Pero señores, la mejor parte del título que nos ocupa, no son los gráficos (muy bien conseguidos gracias a sus efectos de post proceso, a un particular uso de la profundidad de campo y al brillante diseño de los SackBoys). La mejor parte del juego es su sistema de físicas que podría clasificarse como lo más brillante que ha pasado en esta generación (a falta de que lo superen, que seguro que no tardarán).

Los materiales elegidos por nosotros se comportan de manera correcta, con una fricción determinada y un peso adecuado a su tamaño. La madera es madera y se rompe como la madera y el metal es metal y pesa como el metal, con todas sus consecuencias. Todo tiene una interacción real con nuestro protagonista y la libertad para colocar elementos a nuestro gusto es abrumadora.

Podremos elegir los elementos que hayamos ganado (en la beta se ganan jugando partidas normales) y colocarlos. Modificando a nuestro antojo su tamaño, su rotación, su escala, profundidad y posición global en el escenario. Una vez colocados, caerán (cosas de la física) hasta tocar el suelo y permanecer en su posición final.

Pero ese motor de físicas tan impactante y que conseguirá que muchos de vosotros babeéis creando desquiciantes niveles, también tiene algo que, particularmente, no me acaba de gustar.

Quizá para un jugón como yo, que viene de la vieja escuela y para el que el género de las plataformas tiene su máximo exponente en los "Mario Bros" en dos dimensiones, la apuesta jugable de 'Little Big Planet' no acaba de funcionar.

Entendedme, no es una crítica al juego, que seguro que a muchos de vosotros encantará. Es que eso de que el personaje salte, empujado con una inercia real, cuando llegue al punto álgido progresivamente vea disminuida su potencia hasta formar una parábola y caer, es demasiado. Antes, en los juegos que todos tenemos en mente, este mismo proceso se simulaba (físicas falsas que le llaman los entendidos) y pese a que de real no tenía nada, sí que le daba una dimensión más directa.

Imagino que es cuestión de acostumbrarse y de acabar de hacerse a la idea de que, desde que los sistemas de físicas reales inundaron los videojuegos, los plataformas ya no volverán a ser los mismos.

little_big_planet1.jpg

Tras este pequeño y quisquilloso paréntesis, prosigamos con el análisis. Una vez que hayamos conseguido crear nuestro propio mundo y lo hayamos guardado, podemos compartirlo. Y es aquí donde 'Little Big Planet' se convierte en algo mayúsculo. Todos los componentes de red social que se le han añadido, sistema de votaciones de pantallas, vestidos, iconos, chat, intercambio de ítems o juego en red, se ponen de acuerdo para prologan la experiencia jugable hasta el infinito y más allá.

Por que pedirle al juego que busque una partida y te añada para competir en un escenario con otros jugadores, es algo muy divertido y demencial. Ver a un buen número de SackBoys saltando por una pantalla construida con toda la mala intención del mundo e intentando conseguir el máximo número de esferas, es algo digno de ver y de jugar. Y si además, añadimos la posibilidad de jugar con otros SackBoys controlados por tus amigos en la misma consola y a la vez que tú, la diversión se dispara.

Hay que decir también que la beta trae consigo algunos errores. Diversos cuelgues en la consola y sobretodo una buena dosis de lag en las partidas multijugador. Por supuesto esperemos que para la versión final hayan desaparecido de la faz de la tierra y que la experiencia sea completa.

En resumen, si es que aún seguís leyendo (que la cosa se ha alargado), la sensación que provoca 'Little Big Planet' es inmejorable. Es divertido, desquiciante y alocado, con posibilidad casi infinita de crear escenarios y con unas herramientas de red social que para sí querrían muchas aplicaciones web 2.0.

Eso sí, si os consideráis unos enamorados de las plataformas tradicionales y por ende con unas físicas más falsas que la palabra de 'Alan Wake', quizá en 'Little Big Planet' os sintáis un poco extraños. Habrá que acostumbrarse, imagino que es el futuro.

Ahora toca esperar y ver qué pasa. Sony se ha jugado mucho en este título y no son tontos, saben que lo que tienen entre manos es muy bueno e intentar reinventar el género de las plataformas no está al alcance de todos, pero... ¿conseguirá el favor de sus usuarios?

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Ficha Técnica: 'Little Big Planet'

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  • Plataformas: PlayStation 3
  • Distribuidor: Sony
  • Estudio: Media Molecule
  • Lanzamiento: 23 Octubre
  • Precio: Por confirmar
Little Big Planet
  • Plataformas: PlayStation 3

  • Distribuidor: Sony

  • Estudio: Media Molecule

  • Lanzamiento: 23 Octubre

  • Precio: Por confirmar

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