Análisis de Debris Infinity, el matamarcianos arcade al que recurrirás en tus horas muertas

Análisis de Debris Infinity, el matamarcianos arcade al que recurrirás en tus horas muertas

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Debris Infinity

El mejor regalo que nos pudo brindar Bizarre Creations con aquel Project Gotham Racing 2 de la primera Xbox fue ese minijuego llamado Geometry Wars, un arcade de pura cepa ante el que podíamos perder horas delante de la pantalla por lo mucho que llegaba a picar por el simple hecho de lograr las mejores puntuaciones. Gustó tanto, de hecho, que se independizaría en Xbox 360 con el adictivo y sobresaliente Geometry Wars: Retro Evolved 2.

Si hacemos referencia a ese clásico instantáneo del género es porque se trata de la influencia más evidente del indie español Debris Infinity, el cuál salió en Steam Early Access a finales de 2017 y con una posterior conversión a Nintendo Switch en pleno 2018, hasta el punto de colarse en el top 10 de juegos españoles de los premios DeVuego 2018. Sin embargo, no le había prestado tanta atención hasta que descubrí que está próximo a su estreno en Xbox One, donde gozará de resolución 4K a 60 fps en Xbox One X, al igual que la versión original disponible en Steam por menos de 5 euros.

Como en las recreativas, pero sin monedas

Debris Infinity

Más allá de una estética tremendamente similar a las obras de Bizarre Creations, hay algo que me llamó poderosamente la atención desde un primer momento en Debris Infinity al iniciar el juego: ese ránking que se apodera de su introducción para destacar los diez mejores del mundo.

Es algo sobre lo que se reincidirá en cada partida, al terminarla, y que ayuda a aumentar esa sensación de pique que muchos tuvimos con los colegas en cualquier visita a los salones recreativos: ver quién se alzaba con más puntos. Y aquí lo veremos constantemente: tanto desde el menú como en la propia partida, avisándonos con cada hito que vayamos superando, no solamente al batir nuestra propia puntuación, sino entre los 100 primeros.

Debris Infinity es un matamarcianos (y asteroides) que va al grano. De diseño pulcro en los menús y colorido en cada partida, no tendremos que comernos mucho el coco: hay que disparar a todo lo que se mueva sin que nos hagan mucho daño. Si destruimos las figuras al poco de aparecer, nos darán más puntos. Si hacemos combos, más aún. Y si hacemos una cadena de muertes con enemigos del mismo color, contaremos a mayores con el incentivo de acabar desbloqueando una mejora temporal para la nave.

Los cántabros SVC Games han sabido crear un videojuego que, pese a tomar prestadas ciertas ideas de otros juegos (hasta la cadena de colores nos puede evocar a un clásico de Treasure que no necesita presentación alguna), sabe jugar muy bien sus cartas gracias a un control exquisito y de lo más fiable.

Al haber unos contrastes tan marcados en pantalla, con figuras de distintas formas y colores, no habrá despiste alguno y todo funciona como debería. Tan solo fastidia un poco que ciertos enemigos aparezcan a veces justo delante de nuestras narices, sin casi tiempo a reaccionar. Y eso que podemos ralentizar la acción para salir ilesos de emboscadas con mala baba.

Sé escurridizo e intenso con Debris Infinity

Debris Infinity

Debris Infinity se engloba en tres modos principales con leves diferencias entre ellos, salvo por ese espíritu de la inmediatez: el estándar lo tenemos en el clásico modo Normal, donde jugamos "hasta que el cuerpo aguante" sin que nos maten. Ahí es donde perderemos la mayor cantidad de horas.

En Time Attack lucharemos contra el crono, mientras que en Power Wave estaremos ante una variación del Normal, a modo de oleadas aleatorias y con un tiempo límite que podremos aumentar brevemente. Este último es bastante exigente y da bastante juego, en parte por lo diferentes que pueden ser las partidas debido a que en el modo Normal todo sigue un patrón.

Donde ya no me ha convencido es en el modo Co-op con otra persona, puesto que ahí uno se encargará única y exclusivamente del movimiento de la nave y el uso de la anomalía temporal (lo que ralentiza la pantalla) y el otro tan solo de disparar y la posibilidad de utilizar la explosión cuántica (la bomba).

Sí que tiene más sentido, por otro lado, el otro modo multijugador: Versus. Ahí estamos ante el típico modo Normal, pero compitiendo contra otra persona, de tú a tú, y frente a los mismos peligros (compartiendo la pantalla, nada de partirla en dos). Ideal entre colegas que tengan la misma destreza.

Por último, lo mal llevada que está su interfaz de juego por culpa de mostrar información relevante en los extremos de la pantalla, lo que provoca que nos perdamos detalles en plena faena. Y eso que sí se muestra un círculo alrededor de la nave que refleja el nivel del escudo y de la propia energía.

La opinión de VidaExtra

En resumen, Debris Infinity se nos antoja como una alternativa interesante y de lo más económica para cualquier amante de los Geometry Wars. Nos puede llegar a picar lo suyo por culpa de ese marcador online y realmente no necesita mucho más para tenernos enganchados. Y visualmente, a pesar de su minimalismo sobre el escenario, es una delicia por todo ese festín tan bruto de colores y explosiones. Además, está mejorado en Xbox One X.

Debris Infinity

Debris Infinity

Plataformas Nintendo Switch, Steam y Xbox One (versión analizada)
Multijugador Sí, local (hasta dos jugadores)
Desarrollador SVC Games
Compañía SVC Games
Lanzamiento 11 de octubre de 2019 (Xbox One)
Precio Por confirmar (4,99 euros en Steam | 4,99 euros en eShop)

Lo mejor

  • Arcade de pura cepa
  • Su ránking online nos pica lo suyo
  • El reto que suponen las oleadas superiores

Lo peor

  • El modo Co-op no aporta nada teniendo el Versus
  • La interfaz es mejorable por culpa de esos extremos
  • Tener que competir contra Geometry Wars

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