Análisis de Rocket Arena, un juego divertido y fresco que arrastra demasiados problemas

Análisis de Rocket Arena, un juego divertido y fresco que arrastra demasiados problemas

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Rocket Arena

Rocket Arena es un juego divertido, pero después de haberle echado muchas horas puedo decir tranquilamente que tiene muchos problemas. Más de los que me gustaría haberme encontrado. Ninguno de ellos impide disfrutar del juego durante partidas cortas, es ideal para entrar un rato, echar 10 o 15 minutos y a otra cosa, pero tampoco ofrece muchísimo más.

Creo que uno de los principales puntos negativos radica en su modelo de negocio. Con los mandos en la mano, las sensaciones que uno tiene con Rocket Arena son las que ofrece un juego free to play de manual, pero la realidad es que es un juego de pago. Es decir, a pesar de tener que comprarlo, el juego le planta en la cara al jugador un tipo de menús, una presentación y un sistema de microtransacciones más propio de los juegos gratuitos que de los de pago. Lo peor es que esta sensación llega nada más entrar al juego, no se entiende como algo secundario como puede pasar en otros títulos de pago que incluyen microtransacciones.

Rocket Arena, un juego en equipo que ofrece pocas opciones para jugar de verdad en equipo

El otro gran problema a mi entender es la plantilla de personajes jugables. Rocket Arena se basa en partidas entre equipos de 3v3 y, muy al estilo Super Smash Bros., la forma de eliminar a los oponentes es rellenando su barra de daño hasta poder echarlos del mapa. Tiene diversos modos de juego con distintos objetivos, pero la mecánica para acabar con los oponentes es siempre esa: expulsarlos fuera de los límites del mapa.

Decía que el otro gran problema es la plantilla de personajes porque no hay sinergias entre ellos. Es cierto que no está planteado como Overwatch, por ejemplo, donde los equipos son más grandes y lo ideal es encontrar la balanza entre los personajes de ataque, los de defensa y los que curan. Cuando todo el equipo está bien organizado y engrasado, las partidas son una auténtica maravilla. En Rocket Arena todo es mucho más directo. Cada jugador elige a su personaje de entre un buen puñado sin necesidad de tener en cuenta qué otros personajes eligen los compañeros y venga, a disparar.

Eso hace muy difícil el juego en equipo incluso aunque haya comunicación. La cual, por cierto, debe ser mediante voz obligatoriamente porque el juego no ofrece ningún tipo de sistema de ping o de frases hechas para que el resto de compañeros estén al tanto de nuestros planes más allá de dar las gracias o decir bien jugado. Por mucho que los jugadores se comuniquen entre sí, lo máximo que pueden hacer dada la velocidad de la acción y el reducido tamaño de los mapa es avisar de que van a ir por un lado o por otro, quejarse y poco más. No hay personajes que puedan curar a otros o asistirlos de alguna forma para mejorar sus habilidades, no hay verdadero juego en equipo.

De nuevo, alguien podría decir: “pero es que Rocket Arena no es ese tipo de juego”. En efecto, yo también lo de dicho antes, pero por esa misma razón nos vamos quedando cada vez con menos opciones para que un juego en equipo sea de verdad un juego en equipo y pueda ofrecer razones suficientes para querer jugar una partida más sin quedarse en lo que se queda: le dedicas 10 minutillos y te vas a otra cosa.

Rocket Arena

Hay otro aspecto del juego que también me ha llamado la atención porque no le he encontrado demasiado sentido. Antes de empezar a jugar hay que pasar por un tutorial que, entre otras cosas, enseña al jugador que se puede disparar al suelo para saltar más alto e incluso disparar a las paredes para subir grandes alturas. Lo malo es que luego, durante las partidas, no hay ni motivos ni casi opciones para poder llevar a cabo estas acciones.

Los niveles, dado que la forma de acabar con los oponentes es mandarlos fuera de los límites, se basan en escenarios flotantes. Estos mapas son muy pequeños y por norma general no están diseñados para poder sacarle partido a las mecánicas que comentaba antes de usar el disparo para saltar más alto o escalar paredes. Es más, las propias dinámicas del juego, donde la acción se sucede a toda velocidad, impiden que el jugador pueda estar pensando en si quiere subir por aquella pared o hacer un salto un poco más alto de lo normal. Lo que va a querer hacer el jugador en todo momento es ir a por el objetivo, disparar a todo lo que se mueva y esquivar cohetes porque de lo contrario morderá el polvo en segundos.

Un matchmaking lento como pocos

Otro tema que no he comentado y que me parece tirando a grave tratándose de un juego específicamente desarrollado para ser jugado online en equipo es lo muchísimo que tarda en encontrar partida. En solitario he llegado a esperar 3 o 4 minutos a que el matchmaking encontrara compañeros y oponentes. En equipo con dos amigos más, la espera ha llegado a ser tan larga que hemos tenido que cancelar (cuando el juego deja, porque en ocasiones ni siquiera permite cancelar) y volver a probar. Eso de tener que esperar 10 minutos probando una y otra vez para ver si encuentra partida no tiene ningún sentido. Y le pasa tanto con el cross-play activado como desactivado. Alguien podría decir "es que claro, si el juego tiene pocos jugadores...", pero lo cierto es que incluso buscando una partida con amigos para jugar contra bots tarda lo mismo...

A pesar de todas estas pegas, el juego es divertido. Siempre teniendo en cuenta que se disfruta más en pequeñas dosis que en largas sesiones de juego, la verdad es que las partidas son divertidas. Muy locas, ya he comentado las pocas o nulas opciones que da a nivel de trazar estrategias de equipo, pero suficientemente satisfactorias como para querer volver un rato al día siguiente.

Hay diversos modos de juego, todos ellos versiones de los típicos modos online que podemos encontrar de forma habitual en los juegos por equipos, como capturar zonas o simplemente duelo por equipos, y resultan divertidos. Aunque hay otro pero relacionado con los personajes: además de no tener sinergias entre ellos, están algo descompensados.

Rocket Arena

Hay un par de ellos que son especialmente fuertes, así que todo el mundo intenta seleccionarlos y, como los equipos no pueden formarse con personajes repetidos y sólo es 3v3, pasa lo que pasa. Las fortalezas de ciertos personajes se acentúan más en determinados modos, con lo cual es muy difícil competir de forma más o menos justa salvo que todo el mundo lleve los mismos personajes. Al final todo esto va minando las ganas de echar otra partida y volvemos a lo que he comentado varias ocasiones en este análisis: Rocket Arena es ideal para echar dos o tres partidas e irse a otra cosa.

La opinión de VidaExtra

Rocket Arena hubiera dado una sensación muy distinta de haber sido un free to play. Seguiría teniendo los mismos problemas a nivel de equilibrio entre personajes y mecánicas, pero pagar 30 euros por un juego con este planteamiento tan enfocado hacia los micropagos y con esa propuesta jugable tirando a fresca, desenfadada y sin muchos fuegos artificiales, juega en este caso muy en su contra.

Una vez superado eso, que no es poco, Rocket Arena es uno de esos títulos ideales para el verano. Entras, te echas un par de risas (si es con amigos mejor) y te olvidas hasta el día siguiente. Tiene desafíos para ganar monedas con las que desbloquear objetos cosméticos sin pasar por caja, además de la moneda premium, partidas clasificatorias con su propio rango, y unas mejoras para los personajes llamadas Cachivaches que también suben de nivel y con los que se aumentan ciertas características: correr más rápido, saltar más alto, esquivar durante más tiempo y un largo etcétera.

Si fuera un juego gratuito lo recomendaría sin demasiados problemas como opción interesante para echar unos ratos con los amigos de vez en cuando. Siendo un juego de pago tampoco digo que haya que huir de él, pero creo que lo que ofrece se queda un poco por debajo de lo que un juego por equipos de este tipo debería dar.

Rocket Arena

Rocket Arena

Plataformas PC, PS4 y Xbox One (versión analizada)
Multijugador
Desarrollador Final Strike Games
Compañía EA
Lanzamiento 14 de julio de 2020
Precio 29,99 euros

Lo mejor

  • La acción loca y directa
  • Las partidas son rápidas
  • El diseño de los personajes y escenarios, sin ser lo más original del mundo, resulta agradable y refrescante

Lo peor

  • Parece estar planteado como free to play pero es de pago
  • No hay verdadero juego en equipo
  • Falta cierto equilibrio entre la plantilla de personajes

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