La supervivencia a la hora de viajar en plan mochilero tiene ventajas e inconvenientes. Entre lo bueno está la sensación de descubrimiento, el mimetizarte con sus gentes o el logro de salir adelante por tus propios medios y sin información. Por otro lado también está la posibilidad de meter la pata hasta el fondo con una decisión por falta de conocimiento, no gestionar tus recursos para el día a día o, en el peor de los casos, acabar en una zona que ni los locales se atreven a pisar.
Suele ser así como acabas a merced de un dragón calamar gigante que lanza fuego por la boca, uno de los muchos peligros en una de las experiencias más satisfactorias y adictivas que nos ha dado el mundo del videojuego reciente. Si Subnautica fue uno de los juegos más aplaudidos del año pasado, no fue por casualidad. Es, sin duda alguna, uno de los mejores survival que he podido jugar.
Un survival calmado, pero no por ello menos peligroso
Atrapado en un planeta en el que la vida submarina gana por goleada a la de los pies en tierra firme, Subnautica nos propone sobrevivir en uno de los ambientes más misteriosos y amenazantes a los que la humanidad se ha enfrentado. Unas profundidades marinas inmensas y apabullantes en las que conseguir recursos, avanzar en la cadena alimenticia y, si tienes suerte, poder escapar de allí con vida.
Lo que empieza como un juego bastante contemplativo, plagado de nuevos seres a los que perseguir jugueteando y preciosos biomas que se van pintando a tu avance, pronto deja ver su lado más cruel para enseñarte a tratar sus peligros con respeto. A través de la experiencia y el estudio de patrones y comportamientos, consigue que incluso los ambientes más hostiles puedan ser un relajante paseo.
Que tengas la posibilidad de estar siempre a salvo ayuda, y mucho, a que te aventures más allá de lo que aparentemente harías si fueses más conservador. Al fin y al cabo en Subnautica debes sobrevivir, sí, pero también buscas seguir creciendo a nivel tecnológico para, por ejemplo, no tener que preocuparte de cazar para comer o buscar los materiales que te permitan hidratarte.
Lo que empieza como una pequeña base en una cápsula de escape, pronto puede convertirse en toda una instalación submarina que se alimente de energía nuclear, contenga huertos con una producción constante y una desalinizadora que te nutra de agua potable las 24 horas del día.
El progreso y el chute de endorfinas
Empezar con un cuchillo y acabar con un submarino completamente equipado es sólo la punta del iceberg de un sistema de crafteo que no se limita a crecer por querer ser cada vez más grande, sino apuntando a la sensación de riesgo y recompensa que tan bien ayuda a que el juego sea cada vez más y más adictivo.
Jugando con mi pareja (que también ha acabado enganchada), llegué a un punto en el que una sala de escáner equipada con distintas mejoras me permitía marcar en el HUD dónde estaban cada uno de los materiales que necesitaba. Me sorprendió que me preguntase si eso no hacía que el juego perdiese un poco la gracia.
“Bueno, piensa que para llegar hasta aquí primero he tenido que estar buscando a ciegas sin saber qué buscar o dónde hacerlo, después he conseguido herramientas que me facilitaban un poco el poder conseguirlos y ahora, cuando ya estás casi a punto de acabar hasta las narices de buscar piedritas, el juego te da la facilidad de encontrarlas para que puedas seguir explorando y construyendo sin problemas. Que sigas enganchado, vamos.”
Que prácticamente todo lo que encuentras acabe siendo tan útil como espectacular, es el principal motivo de seguir buscando planos y materiales, de aventurarte más allá de lo desconocido para sorprenderte, una vez más, con cómo sus creadores han pensado en ese nuevo detalle o posibilidad que ahora te parece, más que útil, imprescindible.
Sorpresas que te atrapan cada vez más
Subnautica podría quedarse ahí, con el objetivo de que sigas explorando cuevas subterráneas, adentrándote en la nave estrellada que te ha metido en ese problema o maravillándote con las magníficas bestias que se encuentran más allá del abismo que limita el mapa, pero le sabe a poco.
Así, lo que empiezan como escuchas de radio y mensajes en PDA que te animan a visitar zonas que aún no conoces y conseguir planos que no sabías ni que existían, pronto se desarrollan como algo mucho más interesante, con una historia sobre virus alienígenas y sorpresas que ni de lejos esperabas vivir en un juego sobre cazar pescados con las manos.
No es el Ciudadano Kane de los videojuegos, está claro, pero sin conocer en absoluto hasta qué punto quiere contarte una historia, cuando empieza a desarrollarse y conseguir que lo juegues por algo más que conseguir una mejora para tu submarino, es cuando Subnautica explota por completo.
Es cierto que el margen de mejora es enorme, especialmente en algunos aspectos técnicos (lamentablemente debéis huir de la versión para Xbox One, al menos por el momento), pero todo lo que ofrece a nivel jugable es tan atractivo, que es imposible no perdonarle algunos de sus errores.
La opinión de VidaExtra
Los viajes siempre son enriquecederos y, con el de Subnautica, he aprendido a amar un género que no me llamaba en absoluto por haberme entregado no pocas decepciones. Por su ritmo y accesibilidad, es uno de los títulos que más me han enganchado en los últimos años y, sorpresa tras sorpresa, me ha ido atrapando con sus garras cada vez más.
Subnautica es el tipo de juego del que te pediría que huyeras si tienes poco tiempo para jugar. Y es que si acabas enganchado a esta formidable epopeya submarina, lo que te faltará a partir de ese punto serán horas de sueño. ¿Quién dijo que los niveles submarinos eran un tostón?
A favor
- Infinidad de horas por delante
- Tan largo como adictivo
- Sabe jugar con la narrativa y la supervivencia sin agobiar
En contra
- A nivel técnico tiene algunos bajones, especialmente en consola
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