Castlevania: Lords of Shadow 2: análisis

Castlevania: Lords of Shadow 2: análisis
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No debe de ser fácil encargarse de una franquicia como ‘Castlevania’, pero Mercury Steam se salió con la suya cuando lanzó al mercado una entrega que rompía por completo con todas las anteriores. El primer ‘Castlevania: Lords of Shadow’ tiene sus fallos, y se ganó un montón de detractores por la mencionada ruptura con lo clásico, pero lo cierto es que en conjunto podemos decir que es un muy buen título de acción.

Quizás una parte del problema con ‘Castlevania: Lords of Shadow 2’, porque lo tiene, viene de ahí, de las expectativas, pero lo cierto es que el juego cuenta con otros puntos demasiado oscuros como para dejarlos pasar. Han transcurrido algo más de tres años desde que fuera lanzada la primera entrega de la trilogía (con ‘Castlevania: Lords of Shadow – Mirror of Fate’ haciendo de puente) y esperábamos algo más.

Una historia que no llega a enganchar

En esta ocasión controlaremos a Drácula, el cual se ha despertado tras una siesta de varios siglos, y junto a él deberemos ir a darle su merecido a Satán: el muy mamarracho está preparando su vuelta aprovechando la ausencia del Príncipe de las Tinieblas durante cientos de años, así que alguien tendrá que pararle los pies. Gran personaje, grandes objetivos, tonterías las justas.

Hasta aquí todo bien, pero el juego cuenta con un puñado de personajes y giros de guión que, tras unas pocas horas juego, dejarán de importarnos (¿tiene ahora Drácula que evitar que un extraño gas verdoso-satánico se propague por la ciudad?). Es muy complicado conectar con la historia o con los personajes. La culpa, ya os lo digo, no la tiene el jugador: el drama familiar del Dragón ni nos va ni nos viene a estas alturas (tampoco está muy bien retratado, la verdad) y, al final, todo se reduce a seguir avanzando y aniquilando a cualquier criatura que ose cruzarse en nuestro camino.

Es una lástima que en un juego con tantas horas por delante y con un universo tan rico y jugoso como el de Castlevania cuente con una historia no demasiado inspirada y una forma de narrarla tan atropellada.

Los combates, punto fuerte de Castlevania: Lords of Shadow 2

Antes de meternos de lleno en los combates, punto fuerte del juego, merece la pena destacar el buen trabajo de Mercury Steam la hora de solucionar ciertos problemas técnicos. La primera entrega tenía problemas con la cámara y para el cierre de la trilogía el estudio ha querido darle total libertad al jugador para moverla a su antojo. El resultado es similar al de títulos como ‘DmC’ y se aleja de una vez del sistema heredado de juegos como ‘God of War’. Funciona a la perfección (salvo algún momento muy concreto) y nos ayuda a sentirnos cómodos con sus controles.

Ayuda también este nuevo sistema de cámaras a la exploración: los escenarios cuentan con diversas bifurcaciones gracias a las que podremos encontrar secretos con diversas mejoras. Al final sólo hay una ruta de salida para cada nivel, pero tendremos total libertad para explorar sus recovecos e incluso volver a escenarios ya visitados gracias a unas estancias con mapas. Muy útil para acceder a zonas bloqueadas por no disponer de ciertas magias o habilidades durante la primera pasada.

Castlevania: Lords of Shadow 2

En los combates, ahora sí, es donde ‘Castlevania: Lords of Shadow 2’ saca lo mejor que lleva dentro. Llegaremos a usar todos los botones del pad para llevar a cabo ataques, contraataques y coberturas, pero también para usar magias y objetos. El látigo es en esta ocasión una extensión sanguinolenta del brazo de Drácula. Una espada y unas garras de fuego serán las otras armas a nuestro alcance. La espada nos ayudará a recuperar salud y a congelar lo que haga falta, mientras que las garras nos serán de utilidad a la hora de destrozar escudos y ciertos elementos del escenario. Esto significa que habrá pequeños y sencillos puzzles a resolver para los que deberemos usar la magia de alguna de estas armas. Y esa magia tiene un medidor. Y se gasta. Y para rellenarla deberemos darle para el pelo a los malos con el látigo hasta que mueran y dejen caer unos orbes rojos que nos permitirán cargar la espada o las garras a nuestra elección.

Cada arma lleva asociadas un buen puñado de técnicas que podremos ir comprando/mejorando, pero lo más interesante es su sistema de maestría por niveles que nos obligará a usar las distintas técnicas si queremos ir subiendo. Ideal para darle en los morros a los jugadores que optan por atacar usando siempre la misma técnica: la maestría para los maestros.

En cuanto a los enfrentamientos, los hay de tipo arena (pártele la cara a todos estos enemigos antes de seguir, aunque no se nos bloquea el paso de forma artificial) y los que ponen a Dracul delante de jefazos de grandes dimensiones. Aquí es donde lo vamos a pasar mejor, aunque es cierto que algunos final bosses son demasiado facilones.

¿Sigilo en Castlevania? No era necesario

En su afán por darle un aire completamente nuevo a esta entrega, Mercury Steam ha introducido una serie de fases de sigilo que nadie entiende muy bien de dónde han salido. Esto no es ‘Metal Gear’ y Drácula nunca debería andar escondiéndose de nadie, pero lo peor es que estas zonas, más allá de lo poco que nos entusiasma el sigilo en un Castlevania, están muy mal resueltas. Son puro y aburrido trámite. Son molestas.

Es cierto que estas zonas de sigilo no son especialmente numerosas en la estructura del juego, pero nos preguntamos por qué una y otra vez. Nos obligan a convertirnos en rata, a morder cables para abrir puertas y a poseer a ciertos enemigos para burlar sistemas de seguridad, pero todo parece estar metido con calzador. No hay lugar para la estrategia ni para la improvisación y debemos hacerlo todo siguiendo unos determinados pasos. Fijaos si tienen poco sentido que si eliminamos estas zonas ahora mismo de un plumazo el juego no se resiente lo más mínimo. De hecho ganaría muchos puntos.

Castlevania: Lords of Shadow 2: conclusiones

Castlevania: Lords of Shadow 2

Mercury Steam vuelve a acertar a la hora de ofrecer combates divertidos gracias a todas las posibilidades que ofrecen las armas y magias en poder de Drácula, pero no acaba de dar con la clave en el resto de elementos. La historia no engancha, los personajes no son demasiado carismáticos (incluso Drácula es un poco sosainas), el plataformeo es excesivamente sencillo (el camino está señalado y no hay desafíos), los puzzles no son muy numerosos y sí muy simplones, las zonas de sigilo son el peor invento que se le podía haber metido a un ‘Castlevania’...

No es un mal juego, tan solo es un juego más. Y lo lamentamos profundamente porque queríamos y esperábamos un gran cierre para la historia de Gabriel Belmont.

,5

A favor

  • Llevar a Drácula
  • El sistema de combates
  • La BSO de Oscar Araujo

En contra

  • Las zonas de sigilo. Esto no es un Metal Gear
  • La historia y cómo está narrada
  • Los personajes secundarios
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