Los superhéroes suelen ser personajes mitificados y puestos tanto en pedestales como ejemplos a seguir. El bombazo del Universo Cinematográfico Marvel y algunas entregas exitosas de otros universos como Man of Steel y The Batman en caso de DC y The Boys en Prime Video han hecho crecer enormemente la base de fans de estos personajes.
Que algo masifique su número de fans trae un "problema" inevitable: una gran mayoría cuenta con enormes lagunas de los personajes que idolatran. ¡Y no es algo malo! No todo el mundo tiene la paciencia y el interés de sentarse frente a una pantalla durante horas a informarse sobre todos los detalles de un personaje. Si bien clasificarlo de "problema" es injusto, como mínimo da para debate.
Nadie puede negar que la mayoría de películas y series de superhéroes se han esforzado en mostrar la mejor cara de los personajes. Ciertamente hemos visto algunos dramas, pero nada que el público medio no pueda soportar, sentirse identificado y verlo como un impulso motivacional para el desarrollo. La historia de Doctor Strange en What if...? es un ejemplo prefecto.
Algunas películas y series, en su mayoría no tan populares como otras positivas, se han atrevido a mostrar facetas muy oscuras de los superhéroes. The Boys es el buque insignia de estas producciones (y Deadpool, pero su humor lo suaviza bastante), The Punisher, Daredevil, Watchmen, Jupiter's Legacy, Dredd, The Batman, etc. Llegados a este punto, creo que entendéis por dónde voy.
El pasado de Robert Downey Jr e Iron Man: problemas con la botella
Robert Downey Jr. es Iron Man. Lo es tanto que Disney y Marvel ni siquiera se han molestado en buscarle un sustituto en el UCM como han hecho con Capitán América... al menos no de forma tan directa. Sobra decir que el personaje no es perfecto y mucho menos el actor. Su imperfecta historia es otro de esos detalles que nos convence de que no hay otro actor mejor para el papel.
¿Quién era Robert Downey Jr. antes de ser Iron Man? Es una buena pregunta. En 1999, el actor confesó públicamente su adicción a las drogas y el alcohol con la siguiente declaración: "Es como tener un arma cargada en la boca y el dedo en el gatillo, sabes que en cualquier momento se va a disparar, pero te gusta el sabor del metal del arma". Entonces, tenía una condena de tres años de libertad condicional y una buena colección de vacaciones en centro de rehabilitación.
Para evitar convertir la publicación en una biografía, me acogeré a la síntesis: Robert Downey Jr. comenzó su adicción a las drogas desde muy joven y trabajó durante bastantes años como actor sin la confianza de sus compañeros de profesión. No era para menos. Los problemas de actor con la justicia por culpa de las drogas y el alcohol no eran precisamente un secreto.
En 2006, Marvel se propuso estrenar su primera película como estudio cinematográfico independiente. La gran apuesta fue Iron Man con una invasión de 140 millones de dólares. Y las expectativas no eran bajas: querían una figura que representase esta nueva etapa. ¿Y a quién echaron el ojo para el papel?
La junta directiva de Marvel tachó de loco a David Maisel, antiguo presidente de Marvel Studios, por escoger a Robert Downey Jr. en vez de a Timothy Olyphant para el papel de Iron Man. El presidente contaba con el apoyo de Jon Favreau, director de la película Iron Man. ¿Resultado? Recaudó 98 millones de dólares durante su primer fin de semana solo en Estados Unidos y fue el comienzo oficial del UCM.
Mi junta pensó que estaba loco por poner el futuro de la compañía en manos de un adicto. Les ayudé a entender lo bueno que era para el papel. Todos confiábamos en que estaba limpio y se mantendría limpio.
Robert Downey Jr. pasó de tener los bolsillos llenos de droga y alcohol a tenerlos lleno de dinero. Y a partir de entonces nunca volvió a sus malos hábitos. ¿Pero por qué el caprichoso destino, mediante Maisel y Favreau, quiso que Dawney fuese Tony Stark? La razón la encontramos en los cómics.
La serie de comics Demon in a bottle o El Demonio en la Botella se compuso de nueve números que mostraron una de las caras más oscuras de Tony Stark: su adicción al alcohol. Iron Man fue pateado del pedestal de la noche a la mañana y mostrado como un humano corriente, adicto y completamente vulnerable. Se convirtió en el primer superhéroe de renombre en destrozarse de una forma tan brutal.
El Whiski se convirtió en el peor enemigo de Tony Stark e Iron Man. La cosa se puso tan fea para el millonario que estuvo a punto de no sobrevivir a su adicción... pero finalmente acabó superando su adicción. La película Iron Man 2 nos muestra a Tony Stark en sus peores momentos e Iron Man 3 las secuelas de todos los excesos a lo largo de los años. La interpretación de Downey fue genial. Si bien no lo hace tan dramático como en los cómics, fue suficiente para que muchas personas se interesasen.
Todos opinamos que no existe mejor actor que Robert Downey Jr. para interpretar a Iron Man... pero muchas personas lo creen sin ser conscientes de hasta qué punto esto es así. El paralelismo entre el personaje y el actor es brutal, y fue obra de dos hombres que confiaron en un tercero que finalmente supo reaccionar. No existiría UCM tal y como lo conocemos sin Dawney.
Y me gustaría deciros que Iron Man es el único superhéroes con problemas de drogas y alcohol, pero os mentiría. Batman tuvo un problema muy serio de adicción con una droga llamada Venom (la misma que toma Bane) y no buscó ayuda en Alfred hasta el punto más desesperado. Capitán América tuvo una adicción a las metanfetaminas y casi mata a golpes a Daredevil. Finalmente, Roy Harper (discípulo de Arrow y Arsenal) tardó años en superar su adicción a la heroína.
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